La compañía volverá a entregar una cuantía excepcional, como ocurrió con los beneficios de 2008
Ninguna política de retribución al accionista de una empresa española ofrece rentabilidades de doble dígito en un solo pago. Hasta que llegan los dividendos extraordinarios. Los accionistas de Endesa recibirán una remuneración récord, la segunda en poco más de cinco años, y la eléctrica española ofrece en esta ocasión un 26% de rentabilidad.
Endesa confirmó la semana pasada que repartirá como retribución 8.252,9 millones de euros, la cantidad que ingresará por la venta de su negocio en Latinoamérica a su matriz, Enel, y una cifra nunca abonada por una cotizada de la bolsa española. A la italiana le corresponden más de 7.597 millones al controlar un 92% de la española, mientras que al resto de accionistas se les entregará un total de 643 millones de euros (teniendo en cuenta que Endesa conserva en autocartera un 0,138% del capital).
En la práctica, el inversor con acciones de la compañía cobrará 7,795 euros por título, una entrega que se incluye en el EcoDividendo, la estrategia de elEconomista que recoge los pagos próximos más interesantes entre las españolas. El rendimiento del dividendo lo convierte en el mayor que ha entregado nunca Endesa. Y eso que en 2009, los accionistas de la empresa ya recibieron un suculento pago. La compañía los premió con 5,897 euros por acción, que en aquel momento suponía una rentabilidad cercana al 29%. En aquella ocasión, la cuantía tan elevada se debió a unos beneficios extraordinariamente altos -de 7.169 millones de euros, el mayor de su historia hasta la fecha- por las plusvalías obtenidas con la venta de activos a E.ON. Pero en estos últimos años, la retribución ha pasado por todo tipo de episodios y no solo ha habido pagos de tal calibre.
Hay que recordar que Endesa decidió suspender, en un primer momento, el dividendo que debía entregar en enero de 2012 con cargo a los resultados de 2011. Sí pagó el siguiente, el que solía abonar en julio, pero entonces volvió a optar por no remunerar al accionista ante la caída de sus beneficios por los cambios regulatorios en España y los problemas con el déficit de tarifa. Se vio obligada a anunciar que no repartiría ni un céntimo de sus resultados de 2012, es decir, que no hubo ninguna entrega en 2013. Endesa -y Enel como accionista mayoritario- rechazó así a la opción del pago en acciones (scrip dividend) que tanto han explotado las cotizadas españolas para mantener la retribución sin salida de caja y a base de ampliaciones de capital con las que el inversor que exige el efectivo va diluyendo su participación en el capital y en los beneficios de la compañía.
Pero ahora la política de retribución de Endesa podría tomar un nuevo camino. El consenso de mercado prevé este año un punto de inflexión en los beneficios de la compañía, de forma que en 2015 retomará el crecimiento -se espera una primera mejora del 10%-. Esto le permitirá mantener una política en la que los analistas esperan un pago al año, la opción que empleó este ejercicio.