Todas las miradas se centraron esta semana en la reunión del Banco Central Europeo. Y no defraudó. El mercado, que estaba expectante ante esta cita, reaccionó atacando máximos, aunque se quedó a un paso de romper resistencias.
Y es que la institución monetaria decidió sacar toda su artillería pesada con la que pretende acabar con la deflación. El presidente de la entidad europea, Mario Draghi, anunció un nuevo recorte en el precio del dinero con una rebaja de los tipos de interés hasta el 0,05 % -un nuevo mínimo histórico-, desde el 0,15 % anterior. Además, bajó la facilidad de depósito, que ya estaba en negativo hasta el -0,2 %.
Pero la reunión dio para más. Se llevará a cabo un nuevo programa de estímulos. A la ya anunciada inyección de liquidez para la banca, LTRO (que comenzará el 18 de septiembre), se unirá en octubre un programa de compra de activos, en el que está incluido la adquisión de ABS de créditos a particulares y empresas, y sobre el que se discutió la posibilidad de comprar también deuda soberana. Con estas decisiones se pretende reactivar el crédito y mejorar las perspectivas de crecimiento económico.
Otro aspecto que tuvo repercusión en los mercados a lo largo de la semana fue el conflicto entre Rusia y Ucrania. Los rumores sobre un alto al fuego se hicieron efectivos en la jornada del viernes -como confirmaron el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y los dirigentes rebeldes- cuando Kiev y los separatistas prorrusos firmaron un protocolo para iniciar dicha actuación.
No todos los mercados aprovecharon la situación de la misma manera. Uno de los más beneficiados fue el Ibex 35, al vivir su semana más alcista desde el mes de enero, tras repuntar un 3,92 % en las últimas cinco jornadas. El índice de referencia español cerró en los 11.148,9 puntos, a tan solo un 0,35 % de romper su resistencia clave, situada en los 11.187 puntos. "Veremos si durante las próximas semanas y hasta el 3 de octubre, cuando comparezca de nuevo Mario Draghi, a las bolsas les es suficiente este combustible o si por el contrario nos quedamos a medio gas", explica Javier Urones, analista de XTB.
Hasta ocho valores cerraron la semana en máximos anuales: Bankinter, CaixaBank, Mediaset, Gas Natural, Iberdrola, Red Eléctrica, Enagás y Santander. Destacaron los tres primeros, ya que además de romper su techo del ejercicio se coronaron como los más alcistas, con repuntes del 8,32, del 7,03 y del 6,62 %, respectivamente.
En el resto de Europa la tendencia semanal fue similar y aunque se quedaron más lejos que el Ibex de tocar su máximo anual, todas las plazas de tiñeron de verde. El Ftse Mib fue el más adelantado, al subir un 4,62 %, mientras que el EuroStoxx 50 y el alemán Dax 30 acumularon un 3,23 y un 2,92 %, respectivamente. Por su parte, el francés Cac 40 avanzó un 2,41 %.
"Las bolsas europeas no han hecho más que reforzar la potente vuelta mensual que vimos en agosto y es un nuevo argumento que invita a considerar una próxima consolidación o corrección en los principales índices del Viejo Continente como una oportunidad para los inversores para incrementar el peso de la bolsa europea en sus carteras", señala Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader.
En estos momentos, Europa se destapa como una oportunidad de inversión, ya que está más barata que Wall Street en cuanto a PER -número de veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción-. Mientras que un inversor que tomase posiciones en el S&P 500 tardaría 15,7 años en recuperar su inversión por la vía del beneficio, en el EuroStoxx 50 la espera sería de 13,2 años. Pero siempre hay excepciones. En este caso es el Ibex 35, que se mantiene como el más caro de Europa en cuanto a PER, ya que cotiza en las 15,9 veces, por lo que también supera la ratio de Wall Street.
Al otro lado del Atlántico, la semana fue algo diferente, ya que tuvo cuatro días (el lunes las bolsas cerraron por la festividad del Labor day). Así, el índice S&P 500 y el Dow Jones al cierre del mercado europeo se mantenían prácticamente planos.
Apetito por la deuda
Pero como nadie se mantuvo impasible ante las palabras de Mario Draghi, la renta fija también quiso protagonismo. El bono español a una década cerró la semana en un nuevo mínimo histórico, con un interés del 2,043 %. Así, la prima de riesgo -que mide la diferencia entre el bono alemán a 10 años y su homólogo español- se fue al nivel más bajo desde mayo de 2010, al relajarse 23 puntos en las últimas cinco sesiones y cerrar en 111 puntos básicos.
Otro que marcó historia fue la referencia a una década italiana, que también cerró en su nivel más bajo con una rentabilidad del 2,254 %, mientras su prima de riesgo se relajó 22 puntos básicos. "Tras las medidas del BCE, España e Italia deberían continuar la senda marcada por Irlanda", explica Miguel Ángel Paz, de Unicorp. En el caso de Irlanda, -con su prima de riesgo situada por debajo de los 100 puntos básicos- el rendimiento de la deuda a 2 años se situó en negativo por primera vez, (en el -0,004 %).