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Italia descarta más ajustes, pese al alza de la prima de riesgo y a la recesión

  • Renzi saca adelante la reforma del Senado sin resolver los retos económicos
El primer ministro de Italia, Matteo Renzi.

El día después de que Italia volviera a entrar en recesión, por tercera vez desde 2007, el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, se apuntó a la táctica de ver el vaso medio lleno. "Desde 2015 -aseguró ayer ante el Parlamento- habrá una fase de recuperación más pronunciada". Además, Padoan defendió la labor de su Gobierno explicando que es "prematuro lanzarse a evaluaciones" sobre la medida estrella del Ejecutivo de Matteo Renzi, es decir, la bajada de impuestos de 80 euros mensuales en la nómina de los trabajadores de clase media.

Padoan subrayó que "sólo han pasado tres meses" desde la entrada en vigor de la medida, y aseguró que el país no necesitará una nueva tanda de ajustes en el otoño.

Sin embargo, el Ejecutivo transalpino tendrá que tapar las grietas de los Presupuestos para 2015, lo que enlaza con el hecho de que Padoan admitió ayer que, sin nuevos recortes, el Gobierno tendrá que reducir, a partir del próximo enero, las desgravaciones fiscales para familias y empresas.

El control del gasto público sigue siendo el ancla de la esperanza del primer ministro, Matteo Renzi, y de sus ministros. Sin embargo, cualquier ahorro, ha avisado Carlo Cottarelli -el comisario que está analizando los despilfarros de la Administración pública transalpina-, no sirve si no se acompaña con reformas estructurales.

Faltan medidas de calado

De momento, el primer ministro parece más comprometido en sacar adelante la transformación del Senado en una cámara de las autonomías, que en enfrentarse a las reformas del mercado laboral y de la justicia, medidas que la mayoría de los analistas considera fundamentales para la recuperación.

Así que mientras Renzi logró ayer otro visto bueno a su reforma de la Cámara Alta, tuvo también que encajar una dura crítica procedente de Mario Draghi. El antiguo gobernador del Banco de Italia, y actual presidente del BCE, explicó que "una de los componentes del bajo PIB italiano es el insuficiente nivel de las inversiones privadas". Es más, según el banquero central del euro, el resbalón de la economía italiana se debe "a la incertidumbre sobre las reformas, un freno muy poderoso que desalienta las inversiones".

Se trata de un golpe de gracia para el joven primer ministro transalpino, que hasta ahora pensaba haber logrado prestigio y autonomía en Europa, gracias a su ambicioso programa. "Para los países de la zona euro ha llegado la hora de ceder soberanía a Europa por lo que atañe a los cambios estructurales", recalcó Draghi, además de explicar que "los países que han cumplido programas convincentes de reformas estructurales van mucho mejor que quienes no han cumplido o lo han hecho de forma precaria".

Italia, con sus reformas a medias, no puede considerarse a salvo. Al contrario, amenaza con volver a ser un foco de infección para los demás países. Ayer la prima de riesgo transalpina volvió a subir hasta los 180 puntos básicos, peligrando con comprometer los 2.000 millones de ahorros que el Gobierno de Renzi había anunciado en primavera, cuando los mercados de la deuda parecían haber vuelto a la tranquilidad.

Venta de más deuda

El Tesoro italiano intenta aprovechar la calma antes de la tormenta. En los últimos meses, Roma se ha beneficiado del bajo nivel de rentabilidad de sus bonos -el 2,7% para los bonos a diez años- para vender más deuda de lo estrictamente necesario.

Según el último informe del Banco de Italia, a finales de mayo el Tesoro transalpino había acumulado más de 92.000 millones de liquidez, frente a los 60.000 millones del mismo periodo de 2013. Como es lógico, el temor del Gobierno italiano es que la recesión en la que acaba de recaer pueda perjudicar las próximas subastas de deuda.

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