Más vale prevenir que curar. Para evitar errores del pasado, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sigue en su propósito de adelantarse a posibles faltas en la comercialización de productos de inversión. "Supervisión preventiva", como lo califica el regulador.
Para ello, el organismo que dirige Elvira Rodríguez pretende aprobar una nueva normativa en la que se incrementa la información requerida a las entidades financieras, así como la periodicidad en la que se reclama. La intención de la CNMV es intensificar especialmente la supervisión sobre las entidades con mayor número de clientes minoristas y sobre las que comercializan "activamente" instrumentos complejos.
El organismo ha publicado un proyecto de circular sobre el que los interesados podrán enviar comentarios hasta el próximo 22 de septiembre. Es en esa fecha cuando acabará la consulta pública y cuando está prevista la aprobación de la nueva normativa, que ampliará las exigencias actuales vigentes desde 2010.
Si la CNMV da este nuevo paso en la supervisión es porque, pese a experiencias como la de las preferentes, los inversores minoristas no dejan de acercarse a productos complejos en un contexto en el que resulta complicado encontrar rentabilidades atractivas. De hecho, el supervisor español también está trabajando este año en la construcción de un código de colores gradual, con el que el pequeño inversor pueda diferenciar claramente si un producto financiero posee mayor o menor complejidad. Algo que ya existe en otros países como Portugal.
Inmediata y detallada
En líneas generales, el organismo reclamará a las entidades información más detallada, inmediata y con mayor frecuencia. Para empezar, las firmas que presten servicios de inversión a particulares deberán explicar más detinadamente características de los productos para "identificar el grado de complejidad" de lo que se está vendiendo al minorista. Se reclamarán mayores condiciones sobre el vencimiento, la garantía o el porcentaje de rentabilidad además de homogeneizar las unidades de volumen.
Otro de los aspectos sobre los que la CNMV persigue más transparencia es el patrimonio gestionado de este tipo de clientes y el asesoramiento que realizan las entidades. En este sentido, el organismo solicitará información más precisa del patrimonio asesorado y detalles en relación a las recomendaciones que se han realizado al cliente.
Entre otras cosas, también se pretende que las firmas comuniquen a la CNMV más datos acerca de la tipología de clientes así como de los incentivos cobrados. En esta nueva circular también se reserva una parte para mejorar la información que reportan las entidades respecto a las reclamaciones que ponen los clientes por la atención recibida. El organismo quiere conocer más, por un lado, los motivos que alegaron los inversores particulares para presentarlas y, por otro, la antigüedad que tengan esas reclamaciones.
Mayor frecuencia
De nada sirve tanta información si no se presenta con regularidad. Cuando las entidades tengan más de 10.000 clientes minoristas o sean activas en la venta de productos complejos tendrán que enviar "los estados relativos a la colocación, recepción, transmisión y ejecución de órdenes" trimestral y anualmente. Cada primer mes del año (antes era el segundo) deberán presentarse los estados anuales.
