
Dicen que cuando uno se espera lo peor y al final pasa solo lo malo, es motivo de alegría. Quizá por ello, desde la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva quiten hierro a la reciente reforma fiscal anunciada por el ministro Montoro, que limita hasta 8.000 euros anuales las aportaciones deducibles y que crea un nuevo instrumento de ahorro, el plan Ahorro 5 en el que las rentas estarán exentas de tributación si se mantiene la inversión a cinco años.
Sin embargo, si uno lo piensa detenidamente, lo cierto es que la reforma fiscal desoye todas y cada una de las peticiones que desde la patronal se han venido demandando en los últimos años y, lo peor para ellos, crea una figura alternativa (aunque algunos lo llamen solo complementaria) que sí goza de algunas de esas demandas.
Por ejemplo, el primer gol a favor del nuevo producto de ahorro llamado plan Ahorro 5 en el partido que mantendrá frente al plan de pensiones es que los rescates sí tributarán en forma de rentas del capital, es decir a un tipo de entre el 19 y 23% a partir de 2016, frente a los planes de pensiones, cuyos rescates seguirán tributando como rentas del trabajo. Y éstas, por mucha rebaja que haya anunciado Montoro, seguirán siendo superiores a las rentas de capital.
Liquidez
Segundo gol. La liquidez. En un contexto de crisis como en el que aún nos encontramos los pocos que pueden ahorrar pensando en su jubilación quieren saber que tienen la opción de recurrir a ese ahorro si se ven en la necesidad de hacerlo. Pues, de momento, si ese ahorro es en planes de pensiones no tendrán nada que hacer ya que, aunque se había hablado de la posibilidad de que se permitiera su rescate pasados los primeros 10 años, la nueva reforma fiscal no incluye ni una palabra al respecto. Por el contrario, los que opten por un plan Ahorro 5 podrán rescatar su inversión pasados los primeros cinco años.
Pero hay además un tercer gol a favor de los nuevos productos de ahorro que crea esta reforma. Y ése es la seguridad. Según consta en la reforma estos seguros, depósitos o cuentas garantizarán al menos el 85% del capital mientras que en los planes de pensiones, salvo los garantizados, ganan o pierden en función del mercado en el que inviertan. Hay excepciones, y éstas se llaman planes de pensiones garantizados que aseguran el cien por cien de la inversión inicial y que, según datos de Inverco, suponen el 33% del total de planes de pensiones.
Sin embargo, en este partido entre los planes de pensiones y los nuevos productos, a los segundos también parece que les han colado un gol. El único. Y es que aunque las ganancias generadas en los planes Ahorro 5 estarán exentas de tributación, no contarán con las deducciones fiscales de las que sí disfrutan los planes de pensiones o los Planes de Previsión de Ahorro Asegurado (PPA) y que se incluyen en la base imponible. Sin embargo, lo cierto es que al limitar a 8.000 euros anuales las aportaciones máximas deducibles independientemente de la edad que tenga el partícipe, cuando la industria lo que pedía era que la aumentara, serán menos los inversores que puedan beneficiarse de esa rebaja fiscal.
De esta manera los planes de pensiones pasan a convertirse en los grandes perjudicados de la última reforma fiscal del Gobierno ya que la entrada en el mercado de un nuevo producto de ahorro a largo plazo con ventajas fiscales, el primero desde los PIAS, les obligará a ceder parte de un pastel ya de por si pequeño que, además, en los últimos años no ha hecho otra cosa que consumirse...