El apetito por la deuda pública española se extiende también a la emitida por empresas y bancos del país. Para evidencia, los precios históricamente bajos a los que las compañías están colocando sus bonos. Pero otra muestra clara es que los inversores no solo están acudiendo a las emisiones, sino que están comprando la deuda en el mercado secundario, en el que se negocian los títulos tras ser emitidos. ¿Y qué implican estas compras?
Esto se traduce en que los bonistas acumulan ya importantes ganancias con las colocaciones de este año. Hasta 14 emisiones de deuda de empresas y bancos españoles suman más de un 4% de rentabilidad adicional por su cotización en mercado desde que se lanzaron.
La comodidad que ofrece un bono es que el inversor lo compra para recibir un cupón -un interés año a año- de manera similar a cuando adquiere acciones para cobrar dividendos. Con la tranquilidad de que si espera al vencimiento de esa deuda, en principio, recupera la inversión inicial. Esa es la postura de muchos particulares, esperar al vencimiento e ir cobrando los cupones, pero la realidad es que con la renta fija también se puede ganar dinero -o perder-. Y no hay que esperar hasta el final de la vida de la deuda para hacer efectivas las ganancias. Un inversor que comprase bonos a 5 años de Bankia en enero o deuda a 10 años de Abertis en marzo, gana un 7% solo gracias a la subida del precio de estos títulos en mercado -cuando el precio sube, la rentabilidad cae y a la inversa-. Otras emisiones cerradas este año por Acciona, Caja Rural de Navarra, Sacyr, BBVA, Almirall, Abengoa, Mare Nostrum, OHL, Adif, Enagás y Banco Santander se revalorizan más de un 4% en mercado.

Fernando García, director de mercados de capitales para empresas y bancos de Société Générale, adjudica estas ganancias a que "el sentimiento alrededor de lo español ha mejorado incluso de forma más clara en los últimos dos meses". Y explica también otra realidad. La crisis ha motivado que una empresa española se vea obligada a ofrecer rentabilidades mucho más altas que sus comparables en Alemania o Francia. Ahora, con la menor percepción de riesgo sobre España, "la deuda de las españolas ha ido convergiendo con la de sus comparables y, aunque queda algo de recorrido, ya no es una diferencia tan abismal", señala Fernando García.
Las que más gustan
Entre las más beneficiadas se encuentran Almirall (ALM.MC), Abengoa (ABG.MC) y OHL (OHL.MC). El mercado les exige una prima adicional por tener un rating fuera del grado de inversión, más conocido como bono basura o high yield. Es por ello que, pese a que también han emitido a precios más bajos de los habituales, la búsqueda de rentabilidad en un escenario de tipos casi nulos ha despertado claramente el apetito de los inversores por esta deuda que aún ofrece un plus.
Los bonos colocados hace unos meses por Almirall y Abengoa ganan en torno a un 7% en mercado y en el papel colocado por OHL en marzo, las ganancias también superan el 5%. Los títulos de la farmacéutica, por ejemplo, se están intercambiando a una rentabilidad inferior al 3,4%, tras venderse al 4,625%. Por tanto, los tenedores de estos bonos están ganando, pero ahora claramente el rendimiento que ofrecen para los nuevos inversores es mucho menos atractivo.
Hay otro tipo de deuda que acumula fuertes ganancias: los bonos convertibles de Acciona y Sacyr, que suman un 20 y un 8,4%, respectivamente. Aquí, no obstante, entra en juego cómo ha evolucionado el precio de la acción -Acciona sube un 40% y Sacyr un 3,5% desde sus emisiones-, ya que el inversor compra un título de renta fija que se convertirá en acciones. En los convertibles de Acciona, pese a pagar un cupón del 3%, con el precio al que cotizan en mercado la rentabilidad real para quien compra ahora hasta vencimiento es negativa.
Incluso la deuda perpetua -sin vencimiento, pero que se negocia igualmente en mercado- emitida por BBVA y Santander puede venderse hoy con ganancias del 7,7 y del 4% en cada caso.
¿Se puede ganar más?
Cuando la burbuja en renta fija está en boca de muchos, ¿queda mucho margen de mejora para la deuda privada española? ¿Pueden los inversores acumular más ganancias tras el buen comportamiento de los últimos meses? Para Fernando García, ya queda "poco recorrido". Una opinión que comparte Pablo González, consejero delegado de Ábaco Capital, que invita a la "cautela" a partir de ahora.
"Es momento de ir reduciendo posiciones en deuda corporativa española, de ser más conservador y preservar el capital sin tomar riesgos. Todavía pueden correr 20-25 puntos básicos, pero el diferencial ahora es mínimo y si somos positivos y creemos en una recuperación, lo lógico es que las rentabilidades suban", apunta. Con todo, el experto considera que "todavía habrá emisiones interesantes de españolas este año".