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El Eibar, ejemplo para la economía y la sociedad

La lección más interesante que nos da el fútbol es que no siempre gana el que más dinero tiene, aunque en su crueldad más absoluta se puede perder una final de la Champions en el minuto 93 frente a quien más recursos tiene y más se reparte de un negocio que está mal montado. Y es que si en algo es ejemplo el fútbol, especialmente en España, es de un desastroso reparto entre sus actores.

Los clubes más grandes y con mayores recursos económicos son los que se llevan mayor cantidad de los derechos televisivos. Mientras que Real Madrid y Barcelona se reparten 140 millones de euros, el equipo que menos cobra en Primera División apenas alcanza los 20 millones. Esta situación crea un sistema de castas que no se repite en la Premier o la Bundesliga, donde la diferencia de ingresos entre el equipo que más cobra y el que menos apenas alcanza los 25 millones de euros.

El absurdo al que ha llegado el fútbol español es tan inconsecuente que al equipo que debería ser un ejemplo para toda la sociedad y especialmente para los políticos por su gestión económica se le ponen problemas para subir a Primera. El Eibar, que acaba de conseguir la machada en sólo dos temporadas de subir de segunda B a Primera, está obligado a ampliar capital para ascender porque el dinero que ponen sus propietarios tiene que alcanzar el 25 por ciento del depositado de media por todos los equipos de Primera y Segunda, quitando el de los dos que más capital tengan y los dos que menos.

Esta exigencia se le requiere a uno de los pocos equipos que no ha cometido en los últimos años ni un solo exceso en materia económica, no tiene deuda, que no genera ningún año déficit, que se gestiona como lo hacen la mayor parte de los hogares, no gastando más de lo que se tiene. El equipo armero, acusado durante décadas de jugar tanto en Ipurua como fuera de casa al patadón, porque sus profesionales eran los que menos tiempo tenían para entrenar al trabajar al margen del fútbol, es un ejemplo de lo que la economía y la sociedad española necesitan. Para contener gastos en época de carestía renunció a su filial y llegó a acuerdos con otros clubes como Real Sociedad y Celta para que le cedieran jugadores. Su gestión es la demostración de que se puede alcanzar la cima con menos dinero, esforzándose más que los que son mejores, gestionando con cabeza y no como otros, que se endeudan y pagan tarde, mal o nunca.

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