La confianza en la recuperación de la economía española va sedimentando en forma de mejoras en las calificaciones del rating. Según lo visto en los últimos años, se trata de indicadores que van con cierto retraso frente a la evolución del ciclo económico, ya que las revisiones bajistas empezaron cuando la crisis financiera ya había estallado y comienzan a revisarlas al alza tiempo después de que la recesión haya acabado.
Parece un camino lento pero seguro. A medida que el riesgo soberano mejora su perfil de riesgo, las agencias se animan a mejorar las calificaciones de las empresas del país. El jueves fue Fitch quien se atrevió a ser pionera en volver a situar el rating de dos bancos españoles, BBVA y Santander, en notable. En concreto, elevó su nota en un escalón, desde BBB+ hasta A-, con perspectiva "estable". Un paso que supone, además, poner a las dos entidades por encima incluso del Reino de España, que tiene un rating para Fitch de BBB+ después de que se lo subiese un peldaño el 25 de abril. De este modo, los dos bancos españoles alcanzan a Red Eléctrica y Enagás, que hasta ahora eran las dos únicas compañías del país con una calificación de notable.

Diversificación
Uno de los puntos más importantes que destaca la agencia para justificar la revisión del rating de las dos firmas es su elevada diversificación geográfica, que permite rebajar su perfil de riesgo crediticio. "Se benefician de tener franquicias que operan en el mercado minorista de un buen número de países europeos, lationamericanos y en EEUU", remarca Fitch en un comunicado. Santander y BBVA generaron solamente el 14 y el 30% de su beneficio ordinario (excluido el inmobiliario) en España en el primer trimestre, lo que muestra el elevado grado de diversificación de las dos grandes entidades del país. Además, la agencia destaca la importancia de la mejora del entorno económico del mercado doméstico como otro de los pilares en la mejora de su perfil de riesgo.