
En sus dos años y medio al frente del BCE, Mario Draghi ha dejado frases que son ya parte de la historia de la entidad por su trascendencia y por su impacto en los mercados. La última, del 8 de mayo, sirvió para debilitar al euro en un 2,7%, que es la mitad de lo que subió en 2014... y sin adoptar ninguna medida, le bastó con afirmar que en junio estarían "cómodos con actuar".
Ocho de mayo de 2014, Bruselas, 14:28 horas. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, se prepara para salir ante los periodistas después de que la entidad haya decidido mantener sin cambios su política monetaria. A su alrededor, los precios se atascan y el miedo a una inflación baja se extiende por Europa... y los inversores comienzan a demandar soluciones en forma de estímulos.
14:52. Draghi lleva 32 minutos hablando y su discurso no deja ningún resquicio a los estímulos monetarios. Sus palabras son herméticas: la inflación ha avanzado dos décimas respecto al mes anterior, hasta el 0,7%, por lo que está en la tendencia correcta. Los inversores actúan en consecuencia y se atiborran de euros y empujan a la divisa hasta el entorno de 1,40 dólares (máximo desde octubre de 2011). Es en ese momento cuando Super Mario susurra una frase que cambia el rumbo del mercado: "El Consejo de Gobierno está cómodo con actuar en la reunión de junio". Una persona con un puñado de palabras modifica el camino de los mercados mundiales: las bolsas comienzan a subir con fuerza y el euro cae más de un 1% en apenas una hora, una caída igual a todo lo que subió en 2012 y la mitad de lo que subió en 2013.
La colección de frases para el recuerdo de Mario Draghi cada vez es mayor. El banquero central italiano, apodado Super Mario precisamente por su capacidad para cambiar el signo de los mercados, es uno de los grandes valedores del euro. La situación actual de la eurozona no se entiende si no se tiene muy presente su intervención de julio de 2012. En el momento más crítico de la moneda común, cuando estaba al borde de la ruptura, bastaron unas palabras sanadoras suyas para curar todos los males. "Haré todo lo que sea necesario para salvar el euro y, créanme, será suficiente".
Si ahora la periferia está de moda y los inversores se pelean por conseguir papel de España, Italia o Irlanda (la demanda ha superado con creces la oferta en las últimas emisiones), Draghi fue el creador de esta tendencia. Las compras de bonos soberanos del BCE fueron directas, entre septiembre de 2010 y febrero de 2012, con el programa SMP; e indirectas con las dos rondas de préstamos a la banca (LTRO).
Lecciones para frenar el euro
Uno de los retos a los que se ha enfrentado el BCE una vez que el mercado comprendió que "el euro es irreversible" ha sido frenar la apreciación de la divisa. Los analistas marcan los 1,40 dólares como el nivel clave a partir del cual cada avance de la moneda europea tiene un impacto negativo sobre los precios.
Draghi siempre ha defendido que el tipo de cambio no es un objetivo que tenga el BCE en su mandato, sin embargo, desde el momento en el que su apreciación amenaza la estabilidad de la inflación, ya pasa a ser una preocupación para la entidad. "Si el euro se dispara hacia niveles de 1,45 podríamos estar hablando de un riesgo de deflación importante", explica Pedro Servet, director de Divisas de Citi en España, "según nuestras estimaciones, un 10% de apreciación del euro tendría un impacto en el PIB de la eurozona de un 1%".
Los susurros de Draghi también han servido para frenar el avance del euro desde que comenzara a apreciarse con fuerza en 2013. "El tipo de cambio es importante para el crecimiento y la estabilidad de precios, por lo que seguiremos de cerca su evolución", advirtió en la reunión de octubre de ese año. En este periodo, cada vez que volvían las presiones alcistas con la moneda única, Super Mario salía ante los mercados para recordar que "vigila de cerca" la evolución del euro. La estrategia de momento ha dado sus frutos, ya que sin apenas adoptar nuevas políticas (sus únicas medidas en el último año y medio han sido dos rebajas de tipos), ha conseguido que el tipo de cambio no haya alcanzado los 1,40 dólares.
'Murmullo' a la banca
Una de las advertencias más recurrentes de Draghi ha sido la de recordar a la banca la posibilidad de situar la tasa de depósitos en negativo. Esto es, la cuenta que facilita el BCE para que las entidades financieras de la eurozona depositen su exceso de liquidez. Con un tipo de interés negativo, el organismo europeo trataría de forzar a la banca a mover su dinero y, de este modo, ayudar a que el crédito fluyese hasta la economía real. Cuando empezaron estas amenazas, a finales de 2012, la banca aparcaba más de medio billón de euros en esta facilidad, mientras que los manguerazos de liquidez de los LTRO no llegaban a las empresas.
"El BCE está estudiando medidas no convencionales y técnicamente estamos preparados para situar la facilidad de depósito en tipos negativos", advirtió Draghi y la banca captó el mensaje.
Ha pasado ya un año y medio desde que comenzara a lanzar este aviso y la facilidad de depósito sigue anclada en el 0% y además no ha adoptado ninguna medida heterodoxa. Sin embargo, las entidades financieras casi han retirado toda su liquidez de esta facilidad.