El miedo ya no cala en los mercados con tanta facilidad. La huida de inversores de la deuda periférica que se produjo la semana pasada parece, de momento, pasajera, y este miércoles el mercado volvió a asentarse tras la oleada de ventas. La prima de riesgo española vivió su mejor jornada desde principios de enero y se recobró la tendencia que se había instalado en los últimos meses: la deuda de países como España o Italia atrae más que la alemana.
Prueba de ello es que la demanda de bonos germanos volvió a frenarse en la subasta a 10 años que celebró el Tesoro alemán. El organismo recibió peticiones por 4.232 millones de euros (frente a los 4.563 millones de la emisión anterior y los más de 5.000 de hace un par de meses) para vender finalmente 3.772 millones de los 5.000 previstos. El resto, hasta alcanzar esa cifra, se colocará en el mercado secundario. La rentabilidad media pagada, un 1,41%, fue inferior a la subasta previa, cuando desembolsó un 1,49%, pero la emisión repercutió rápidamente sobre el interés del bund, que escaló hasta el 1,424% desde el 1,35% al que cotizaba el día anterior.
Este ascenso, unido a las compras de deuda española, estrechó esa rentabilidad adicional que el mercado exige al bono español a 10 años frente al homólogo alemán. La prima de riesgo se redujo 15 puntos básicos, registrando la segunda mayor caída del año. El diferencial acabó en los 159 puntos básicos, después de que el rendimiento de los bonos españoles a una década pasara del 3,093 al 3,014%. Se resistió, por tanto, a romper de nuevo la barrera del 3%.
Este jueves precisamente es el turno del Tesoro español, que vuelve a los mercados con una subasta de bonos a 5 y 10 años. A diferencia de Alemania, la demanda está lejos de suponer un problema, pues el apetito de los inversores por la deuda periférica se sigue demostrando en cada colocación. En la última de este tipo, las peticiones triplicaron la oferta. Lo que sí se contrae es la cantidad que el Tesoro se ha propuesto colocar.
Esta vez, el objetivo se ha situado entre 2.500 y 3.500 millones de euros, a diferencia de otras ocasiones en las que se aspira a recabar hasta 4.500 millones. Y es que a estas alturas del año, el Tesoro ya ha reunido el 51% de sus necesidades de financiación a medio y largo plazo anunciadas para 2014, después de celebrar su primera emisión privada de bonos ligados a la inflación europea.
Al resto de deuda periférica, aunque en menor medida, también llegaron las compras, tras los repuntes sufridos en las sesiones anteriores. La rentabilidad del bono italiano a una década se relajó levemente, del 3,26 al 3,2%, y en el caso de Portugal, el interés de la deuda a 10 años pasó del 3,969 al 3,833%.