Parecía que el futuro del carbón sería crónica de una muerte anunciada debido a su repercusión dañina para el medioambiente, pero el conflicto entre Ucrania y Rusia ha despertado el temor a la escasez de gas, erigiendo al carbón como el sustituto más probable
El conflicto entre Ucrania y Rusia ya ha generado subidas en el precio del carbón, que podría ser el sustituto del gas que llega a Europa desde Rusia. Hace tiempo que todo apuntaba a que el carbón era un recurso energético condenado a desaparecer, debido al creciente compromiso que parecen haber adquirido muchos países para evitar la polución que genera, ya que esta materia daña el medioambiente al ser quemada por el elevado nivel de dióxido de carbono que desprende, un gas considerado de efecto invernadero. No obstante, ahora el conflicto entre Rusia y Ucrania parece haber cambiado las tornas y ha reavivado el interés por esta materia prima, dejando a un lado los problemas medioambientales que produce e impulsando su precio.
Este interés llevó al precio de los futuros con vencimiento en el año 2015 hacia el ascenso durante el pasado mes de abril, hasta situarse en el nivel más elevado desde principios de año, rozando los 84 dólares por tonelada. Un alza que tiene su explicación en varias razones: por un lado, la atracción del mercado hacia el carbón reside en la posibilidad de que éste cumpla una función de sustituto del gas que llega desde tierras rusas. Y es que supone más del 40% de las importaciones de los 28 países de la Unión Europea.
Y además... Polonia
El otro factor que pudo haber generado las subidas del carbón se encuentra en Polonia, donde Kompania Weglowa, la compañía polaca que más carbón produce de la Unión Europea, avisó el pasado 14 de abril de que pararía la producción de nueve minas entre las 15 que gestiona. Un parón que se hizo efectivo el 28 de abril y que tiene su origen en las escasas ventas de la materia que estaba registrando la empresa. El anuncio llegó justo a tiempo para generar la especulación de que, si hay menos gas y además la oferta de carbón se deteriora, las subidas para este último están aseguradas.
El desinterés por la materia que llevó a la empresa polaca a cerrar sus minas, se ve bien reflejado en el descenso que ha experimentado desde los máximos que alcanzó en el año 2008. En junio de aquel año los futuros del carbón llegaron a alcanzar los 211,25 euros por tonelada y desde entonces han tenido que hacer frente a un descenso superior al 60% aproximadamente.
La dependencia europea de la energía rusa es sobradamente conocida, y el conflicto en Ucrania ha avivado el temor de un posible recorte por parte de Moscú, que dejaría en pañales a las plantas de energía del continente europeo. De hecho, fuentes recogidas por Bloomberg avisan de que las sanciones al comercio que ya se han impuesto a Rusia han afectado a algunas compañías energéticas.
En este sentido, la posibilidad de que el carbón vuelva a ganar protagonismo como recurso energético y cumpla un papel importante como sustituto del gas natural ha aumentado con el conflicto, aunque esta especulación podría haber perdido peso el miércoles, al anunciar Vladimir Putin que retirará las tropas de la frontera con Ucrania y que las elecciones en el país son el camino correcto.
Además, un posible corte del suministro energético ruso a Europa tampoco parece probable a corto plazo, ya que en este momento una parte muy importante de su presupuesto público se financia con los ingresos que recibe por la exportación de energía al Viejo Continente.
Con todo, como señala Bloomberg, teniendo en cuenta que Europa es escéptica a la práctica del fracking (técnica para extraer el shale gas o gas de esquisto) y cada vez se aleja más de la energía nuclear, si finalmente tiene la intención de sustituir el gas ruso, no hay muchas más opciones disponibles, con lo que el carbón podría ampliar su uso durante más tiempo de lo que se estimaba.
De hecho, el consenso de analistas recogido por esta agencia espera una subida en el precio del carbón al contado hasta superar la cota de los 80 dólares por tonelada al final del año 2014, desde los 75,3 dólares a los que se mantiene en este momento.
