Bolsa, mercados y cotizaciones

Cura de humildad para el Ibex 35, que renuncia a atacar sus máximos

La semana prometía mucho, pero la ambición de que el Ibex reventase sus máximos se desvaneció el jueves, arrastrada por la particular tragedia griega que vivieron los mercados. Vayamos por partes: el indicador español arrancó el lunes con buenas expectativas y los ojos de los inversores sobre él, a la espera de que superase su máximo anual (los 10.677,20 puntos). Lo espoleaba el anuncio, días atrás, de que el BCE prepara un paquete de medidas para junio. El viento soplaba a favor, con un euro en mínimos desde abril (en la cota del 1,37) y el bono a diez años en mínimo histórico. También el Eco10, el índice de ideas de inversión de elEconomista, alcanzaba máximos el lunes y el miércoles.

Pero el jueves, el Ibex 35 veía cómo su sueño de romper resistencias se desvanecía. Caía un 2,3% y, el viernes (cuando vencían opciones y futuros, la hora bruja) cerraba la semana en los 10.478,70 puntos, tras subir un 1,1 % en el día y perder un 0,08 % en la semana. La que el viernes se cerró fue la primera semana bursátil bajista de cinco, y dejó la sensación de que los inversores estaban esperando el menor signo de debilidad para recoger beneficios.

Las claves para entender lo que ocurrió el jueves tanto en el Ibex (para el que fue la segunda peor sesión del año) como en el resto de bolsas periféricas hay que buscarlas en el Mediterráneo. El rumor sobre un nuevo impuesto a los inversores en deuda helena -desmentido más tarde por el Gobierno griego- hizo retroceder a la banca y llevó a los tenedores de bonos periféricos a venderlos, por el temor a que una tasa similar se aplicase en otros mercados. En España, los bancos del Ibex se dejaron 6.700 millones de capitalización en una sola jornada. Pese a ello, Bankia logró convertirse en el valor que mejor se comportó en el conjunto de la semana (se revaloriza un 6,16%), seguida de Telefónica y Dia. En el otro lado de la balanza, OHL, IAG y FCC experimentaron las mayores caídas.

Otro de los lastres del mercado fue la decepción por los datos de crecimiento del PIB publicados en Francia e Italia. Rodrigo García, analista de XTB, apunta que la presión vendedora que atacó a las bolsas se debió, entre otras razones, "a la cantidad de papel soltado en resistencias, que revela la importancia del nivel de los 10.660 puntos".

Pero la tragedia griega no se limitó a los rumores sobre el impuesto. A los inversores les preocupa el rumbo que puedan tomar las elecciones (locales, regionales y europeas) en Grecia este domingo y el 25 de mayo. Según las encuestas, el partido opositor, la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), está ganando terreno a la formación en el poder, Nueva Democracia, liderada por Andonis Samarás. Así, no extraña que el Ase ateniense retrocediese un 8,7% en la semana. Por su parte, el PSI 20 luso se dejó un 5,6%, lastrado en parte por el anuncio de la ampliación de capital de Banco Espírito Santo (BES) y el MIB italiano se dejó un 3,5%, mientras que en el resto de plazas europeas predominó el tono mixto.

El bono se mantiene por debajo del 3%

En el mercado de deuda la calma chicha tardó poco en disiparse. La trágica sesión del jueves devolvió la rentabilidad del bono a 10 años por encima de la cota del 3% (protagonizó su mayor repunte diario desde junio del año pasado), aunque finalmente las compras del viernes le permitieron despedir la semana en el 2,953% (al contrario que en la renta variable, cuando hay compras baja la rentabilidad). Si bien la deuda italiana siguió la estela de la española y en la última sesión de la semana se relajó, no consiguió volver a bajar del 3% (lo logró el pasado miércoles) y cerró en el 3,063%. Peor suerte corrieron Grecia y Portugal, ya que el rendimiento de sus respectivos bonos a una década continuó escalando. En el caso del papel luso, el interés alcanzó el 3,741%. Por su parte, el bono griego a 10 años terminó en el 6,860%.

Debe tenerse en cuenta que, pese a que el falso rumor sobre la tasa a los tenedores de deuda helena disparó las alarmas, es cierto que el mercado necesita una excusa para recoger beneficios, ya que tanto la deuda de Irlanda y Portugal como la italiana y española ya habían marcado mínimos históricos.

Por su parte, la prima de riesgo española vivió una jornada de infarto el jueves, cuando se disparó 23 puntos básicos, hasta superar los 171 puntos, su nivel más alto desde marzo. Eso sí, el viernes se relajó 9 puntos básicos para cerrar la semana en los 162 puntos. En el caso del riesgo país griego, la escalada semanal fue de 88 puntos básicos, por lo que volvió a superar los 500 puntos por primera vez desde finales de marzo. El diferencial luso siguió sus pasos, con una subida de 33 puntos básicos, hasta los 241 puntos.

En el mercado de divisas, el euro sigue a la baja en su cruce contra el dólar. En este sentido, la moneda común cayó un 0,45% en la semana, hasta los 1,3696 dólares, logrando bajar de los 1,37 dólares, algo que no consigue desde el mes de febrero.

Después de una semana tan volátil, ¿qué se puede esperar la próxima? Según Rodrigo García, de XTB, "con la próxima reunión del BCE a la vuelta de la esquina y un ojo puesto en Ucrania (cuyo conflicto parece momentáneamente olvidado por los mercados) es razonable que se produzca un nuevo ataque a resistencias. Esperamos una fluctuación con sesgo alcista entre los 10.250 y los 10.600 puntos. Los mercados dan por hecha las implementación de medidas expansivas por parte del BCE, lo que agradará a los parqués". Una de las citas clave será la publicación, el jueves, del dato preliminar de HSBC sobre actividad manufacturera en China, que se prevé que se contraiga. ¿Será un nuevo detonante de una corrección bursátil? Habrá que esperar para verlo.

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