Una de bancos. Así podría titularse la película que los mercados protagonizaron este jueves y en la que sólo había un antagonista: Grecia. Y es que las alarmas desatadas en el país heleno no entendieron de fronteras y se propagaron rápidamente a otros estados, principalmente los periféricos, donde el sector bancario fue el principal blanco de las ventas. De hecho, las entidades cotizadas del Ibex 35 se dejaron nada más y nada menos que 6.747 millones de euros de capitalización. Pero vayamos por partes.
En primer lugar, saltó a la palestra la posibilidad de que el Estado griego aprobase un impuesto retroactivo a los tenedores de bonos griegos extranjeros. Un gravamen que alcanzaría el 33% para las entidades y alrededor del 20% para los particulares, algo que, no obstante, el país se apresuró a desmentir. "Un impuesto de carácter retroactivo es muy complicado que se aplique. Era un rumor que había en el mercado pero con un grado de probabilidad muy bajo", afirma Miguel Ángel Bernal, profesor y coordinador de departamento de investigación del IEB.
Una opinión que comparten los analistas Ramón Morell y Constantinos Cardiasmenos, quienes explican que "no es la primera vez que se habla de ello y no se ha ejecutado nunca. Los bancos son los primeros que bloquean esta medida".
Además de la rumorología legislativa, la preocupación sobre el rumbo que puedan tomar las triples elecciones -locales, regionales y europeas- en Grecia el próximo 18 y 25 de mayo toma vuelo. En este sentido, según las encuestas el partido de la oposición, Syriza, comienza a comerle terreno al actual partido en el poder, Nueva Democracia, liderado por Andonis Samarás.
De hecho, la formación política Pasok, con quien Nueva Democracia tuvo que formar un gobierno de coalición, ha caído a la última posición. Un escenario que dispara todas las alarmas teniendo en cuenta que el líder de la oposición, Alexis Tsipras, es contrario a las políticas de ajustes llevadas a cabo por Samarás.
A ello hay que sumar el frenazo que sufrieron las economías de Francia e Italia. En el caso de la primera, el PIB en los tres primeros meses del año no mostró crecimiento, frente al 0,2% del mismo periodo del año anterior. Por su parte, la economía italiana se contrajo un 0,5%. Todo un caldo de cultivo que llega en un momento en el que muchos mercados cotizan cerca de sus resistencias, como es el caso del Ibex 35, y en el que los inversores necesitan una excusa para recoger beneficios.
Adiós a la resistencia
El dicho comprar con el rumor y vender con la noticia alcanzó su máxima expresión. Y es que las incertidumbres desatadas en Grecia salpicaron rápidamente a otros países, como España. Si el Ibex 35 esperaba impaciente la ruptura de su resistencia, correspondiente a los máximos anuales de abril en los 10.677 puntos, el varapalo que sufrió lo aleja de este nivel. Y es que el índice de referencia español cedió un 2,35% en la jornada y cerró en los 10.365 puntos. De este modo, ve cómo su nivel clave se aleja, del que ahora se queda a un 3%.
Tan solo Viscofan aguantó las cifras positivas en el índice, que se vio lastrado por las caídas de la banca. En tan solo una jornada, los siete bancos cotizados del selectivo perdieron casi 6.800 millones de euros. El profesor de banca Juan Fernando Robles considera que el anuncio -después desmentido- del nuevo impuesto en Grecia no debería haber causado las pronunciadas caídas sufridas en el sector financiero, ya que la banca española no es una gran tenedora de bonos helenos. De hecho, Miguel Ángel Bernal explica que "la banca había subido mucho. Existía un optimismo enorme de cara a los test de estrés y se aprovechó para recoger todas las plusvalías acumuladas".
Los mayores descensos vinieron de la mano de la banca mediana, donde Sabadell se dejó casi un 6%. Le siguió Banco Popular, que se dejó un 5,09%, lo correspondiente a 535 millones de euros de capitalización. CaixaBank, Bankinter y BBVA se dejaron más de un 3%. Por su parte, Banco Santander, que cerró la sesión del miércoles en su precio más alto desde 2011, se dejó un 2,8%, seguido de Bankia, que cedió un 2%.
Robles, que habla de "sobreactuación" por parte del mercado, cree que el movimiento bajista del jueves responde más bien a motivos técnicos: "La banca está en máximos y es posible que haya alcanzado una resistencia, de modo que cualquier signo, por mínimo que sea, que haga pensar al inversor que el sector puede caer, le lleva a recoger beneficios. Es probable que en las próximas jornadas este movimiento se dé la vuelta", explica. Además, añade que nada hace pensar que las perspectivas para la banca sean negativas, ya que se trata de un sector muy ligado al ciclo económico.
La banca española no fue la única en la que los inversores deshicieron posiciones. En este sentido, Grecia, foco de las tensiones, tuvo que ver cómo en una sola sesión tres de sus bancos principales, National Bank of Greece, Attica Bank y Alpha Bank, caían de media un 8,7%. Un comportamiento que llevó al selectivo del país, el ASE, a retroceder un 4,6% hasta mínimos desde diciembre de 2013.
Italia y Portugal no fueron menos. En el caso del mercado transalpino, UBI banca y Mediolanum despidieron la jornada perdiendo más de un 7%. Les siguieron Banca Popolare di Milano, Banca Monte dei Paschi di Siena e Intesa Sanpaolo con descensos superiores al 6%. Es más, sólo entre estas cinco entidades se dejaron más de 3.400 millones de capitalización. A este respecto, el Ftse Mib italiano firmó su tercera sesión consecutiva a la baja tras descender un 3,6%.
Mientras, en Portugal entidades como Banco Espirito Santo, BPI o Banco Comercial Portugués tuvieron que hacer frente a retrocesos de entre el 5 y el 7%. Otros mercados como Francia, Alemania o Reino Unido corrieron más suerte, ya que sus respectivos índices aguantaron mejor el chaparrón. Así, el Cac 40 galo, el Dax germano y el Ftse 100 británico, retrocedieron un 1,3, un 1 y un 0,6%, respectivamente.
Buenas noticias... mal resultado
Al otro lado del Atlántico tenían mejores noticias. Y es que se conoció el dato de peticiones semanales de subsidio por desempleo, que bajaron en 24.000 solicitudes, hasta las 297.000, la cifra más baja desde el mes de mayo de 2007. Sin embargo, las buenas nuevas no libraron a los principales índices de Wall Street de las cifras negativas. Al cierre del mercado europeo tanto el Dow Jones como el S&P 500 cedían más de un 1%, caída que provocó que el primero de ellos volviese a teñirse de rojo en cuanto a la rentabilidad anual.