Un día, una reunión, un mensaje y múltiples consecuencias. Así se podría resumir esta semana en los mercados. El jueves todos los ojos estaban puestos en un organismo, el Banco Central Europeo. Aunque no se esperaba que la institución anunciase nuevas medidas, la picardía de su presidente, Mario Draghi, al comunicar que "el Consejo de Gobierno está cómodo con actuar en la próxima reunión de junio si es necesario", impactó directamente en todos los mercados: el de renta variable, el de renta fija y el de divisas, ya que los inversores empezaron a anticipar las posibles medidas que se pueden tomar el próximo 6 de junio.
En este sentido, uno de los principales afectados fue el euro, que pasó de acercarse peligrosamente a la cota de 1,40 en su cruce contra el dólar, a bajar de los 1,38 dólares por primera vez en 13 sesiones. En este sentido, despidió la semana en los 1,3765 dólares, tras caer un 0,8% en las últimas cinco sesiones, mínimos desde principios de abril. Es más, la divisa común se depreció contra siete de su diez principales cruces, destacando el dólar australiano, frente al que retrocedió un 1,7%, y el yen japonés, contra el que cayó un 1,2%.
Otro de los activos que se movió al son de las palabras de Draghi fue la renta variable. De hecho, el Ibex 35 se quedó a un paso de marcar un nuevo techo anual. Eso sí, tras la fiesta alcista, la resaca llevó al selectivo a los 10.487,2 puntos en la jornada del viernes, por lo que acumuló una mínima subida semanal del 0,12% -en la última sesión de la semana cayó un cerca de un 1%-. Y es que el índice tenía otros frentes abiertos, como la recta final de la temporada de resultados correspondientes al primer trimestre del año (sólo quedan por rendir cuentas Sacyr, Técnicas Reunidas, OHL y Acciona, que lo harán la semana que viene). Si bien es cierto que el 58% de las compañías que han pasado examen ha sorprendido positivamente al mercado, en el otro 42% restante se encuentran pesos pesados del Ibex como son Telefónica y prácticamente todo el sector bancario, a excepción de Santander. De hecho, Bankia, Bankinter y Banco Popular se situaron entre los diez valores más bajistas de la semana al descender entre un 3 y un 5%. Mientras, el castigo que sufrió la teleco que preside César Alierta fue del 3,8%.
En todo caso, la evidencia sigue siendo que las estimaciones de beneficio para el conjunto del año no dejan de empeorar. En los últimos tres meses las ganancias estimadas por los expertos para el Ibex han caído más de un 4%, lo que unido al avance del 5,8% que acumula el selectivo en el año tiene una consecuencia inmediata: la bolsa española sigue encareciéndose. De este modo, el PER (número de veces que el precio recoge el beneficio) se sitúa ya en 17,4 veces, la tercera ratio más elevada en los últimos diez años.
Se disipa la fiebre compradora
Para los principales índices europeos las palabras de Mario Draghi también se quedaron en una euforia inicial. En la sesión del viernes prácticamente toda Europa se tiñó de rojo y el balance semanal fue mixto. Mientras que el Cac 40 francés, el Dax alemán y el EuroStoxx 50 se subieron al carro de las cifras positivas con repuntes del 0,4, 0,3 y 0,2%, respectivamente, el Ftse Mib italiano despidió las últimas cinco sesiones con un descenso del 1,8%. Por su parte, el Ftse 100 británico cerró prácticamente plano. "Lo más importante ha sido ver cómo finalmente el Dax 30 alemán no ha conseguido batir la resistencia que sugerimos vigilar desde hace varias semanas, concretamente los 9.730/9.800 puntos. Seguimos insistiendo en el hecho de que será difícil confiar en un contexto alcista sin que el selectivo germano logre batir resistencias", señala Joan Cabrero, analista de Ágora A. F
Una situación que también se vivió en Wall Street, ya que a cierre de mercado europeo el Dow Jones avanzaba un 0,24% en la semana y el S&P 500 retrocedía un 0,5%.
El bono sigue marcando mínimos
En el caso del mercado de deuda, la rentabilidad del bono español a 10 años fue el mejor reflejo de la influencia del Banco Central Europeo. En este sentido, el interés del papel a una década continuó en mínimos históricos y cerró en el 2,916%, frente al 2,976 % con que había iniciado la semana -el jueves bajó de la cota del 2,9%, hasta el 2,884%-.
La prima de riesgo, por su parte, siguió relajándose y concluyó la semana en los 146 puntos, 7 puntos básicos menos que el viernes anterior. En el caso del riesgo país portugués la bajada fue de 10 puntos, hasta niveles de 2010, la misma que protagonizó diferencial italiano, hasta los 150 puntos (mínimos de 2011).
Además, el seguro de riesgo de impago español, más conocido como CDS, descendió hasta niveles de 2009 al situarse en los 87 puntos, es decir, los inversores demandaban 87.000 dólares por asegurar cada millón en deuda española. Para que se haga una idea, a principios del ejercicio esta cifra era de 133.000 dólares.
Telefónica lastra el intento del Ibex de marcar nuevos máximos
Tras un jueves en el que el Ibex vivió su sesión más alcista desde principios de marzo y en el que se quedó a un 0,8% de marcar nuevos máximos anuales, la jornada del viernes trajo de la mano las cuentas de Telefónica correspondientes a los tres primeros meses del año. Y el resultado no fue positivo. La teleco presentó un beneficio de 692 millones, un 6,4% inferior al esperado, algo que propició su desplome en bolsa. En este sentido, la compañía cayó en la última sesión de la jornada un 2,6%, lastrando así la evolución del selectivo. Además, otros valores como Bankinter, ArcelorMittal o IAG descendieron entre un 3 y 5%.