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Pemex encarga a Crédit Agricole iniciar su salida de Repsol, según web

Por Jose Elías Rodríguez y Tracy Rucinski

MADRID (Reuters) - El empeoramiento de las ya deterioradas relaciones de Pemex con el presidente de REPSOL (REP.MC) Antonio Brufau, habría llevado a la compañía pública mexicana a poner a la venta su participación del 9,3 por ciento en la petrolera española, dijo el lunes el diario El Confidencial citando fuentes financieras.

Aunque ni Pemex ni Credit Agricole quisieron comentar la información, dos fuentes próximas a la petrolera mexicana dijeron a Reuters este fin de semana que Pemex estaba considerando la venta de su participación en Repsol, valorada en unos 2.400 millones de euros, tras nombrar esta última un consejero delegado que no habría contado con el visto bueno de la mexicana.

La semana pasada el consejo de administración de Repsol designó como consejero delegado - con funciones ejecutivas - a Josu Jon Imaz, presidente de la filial Petronor y ex presidente del PNV, un nombramiento considerado por los analistas como continuista de la estrategia de Repsol y en el que el representante de la mexicana votó en contra.

Según el nuevo organigrama, el director financiero de la firma seguirá reportando a la presidencia mientras que la estrategia dependerá de Brufau en su papel de presidente del consejo.

De acuerdo con las fuentes citadas por El Confidencial, la venta del 9,3 por ciento en Repsol podría hacerse a corto plazo mediante la colocación en bolsa de la mitad de la participación, cerca de un 5 por ciento, un porcentaje que el mercado podría absorber sin mayores problemas, según analistas de Banc Sabadell.

En cuanto a los posibles compradores, Expansión publicaba el lunes que Villar Mir estaría interesado en entrar en Repsol, hecho que fue desmentido rotundamente por el grupo cabecera de la constructora cotizada OHL.

"No ha habido ningún contacto ni conversación para tomar una participación en Repsol", dijo un portavoz de Grupo Villar Mir a Reuters.

¿EL DESENLACE DE UNA RELACIÓN TORMENTOSA?

A pocas semanas de la visita del presidente mexicano Enrique Peña Nieto a España, las tensiones de Repsol con su accionista Pemex se han recrudecido con el nombramiento del nuevo CEO.

Después de tratar de enterrar el hacha de guerra en enero de 2012 con una alianza a largo plazo que se ha tornado en papel mojado, la eventual salida de Pemex del accionariado de la petrolera española pondría fin a muchos años de complicadas relaciones entre ambas compañías.

El cuestionamiento de la gestión de Brufau, evidenciado en distintos foros públicos, tuvo su origen en el frustrado asalto a la cúpula de la española por parte de Pemex y Sacyr, otro de los accionistas de referencia, cuando Luis del Rivero era aún presidente de la constructora en 2011.

Tras la salida de Del Rivero, las relaciones con Sacyr se han encauzado, pero Pemex ha intensificado sus ataques en plena reforma energética de México, que cuenta con unas grandes reservas de hidrocarburos sin explotar y que ahora se han abierto a la inversión extranjera.

"La salida final de Pemex pondría fin al riesgo de desinversión de este accionista (que ha estado anunciando su marcha a lo largo del último año), así como a los conflictos del consejo de administración", según los expertos de Sabadell.

Si finalmente se materializa la venta de la participación que tiene en Repsol a través de su división internacional y de varios instrumentos de permuta financiera (equity swaps), Pemex obtendría recursos para invertir en el extranjero ante la previsible mayor competencia en su país de origen.

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