De forma recurrente y en ciclos de cinco años el bono alemán se aleja periódicamente a máximos frente al estadounidense ampliando la brecha por encima de los 100 puntos básicos (1 punto porcentual). Así lo hizo en 2000, en 2005, en 2010 (aunque en esa ocasión se quedó en 90 puntos) y repite este año. Por así decirlo, la prima de riesgo estadounidense respecto a la alemana se acercó a la cota de 122 puntos, al tocar los 117.
Este punto ha sido incapaz de perforarlo en el siglo XXI, lo que podría dar una señal de que es hora de que vuelva a estrecharse. La rentabilidad del título de EEUU avanzó hasta el 2,79% y el alemán cerró en el 1,61%. A pesar de que la brecha entre los dos se acercó a máximos, los analistas no esperan grandes cambios en el diferencial. El consenso de mercado de Bloomberg sitúa este spread en los 100 puntos básicos al final de mes y en el entorno de los 110 puntos al cierre del primer semestre. La banca de inversión espera que la rentabilidad del estadounidense avance al 2,9% a finales de marzo y por encima del 3,1% en junio. Sus previsiones para el alemán son del 1,9 para este mes y del 2% en junio.
El trasfondo
En el fondo de este movimiento se sitúan las políticas monetarias divergentes en la eurozona y en EEUU y el momento de la recuperación económica en las dos regiones. La Fed encara el fin de los estímulos monetarios este año y ya se empieza a vislumbrar la subida de los tipos oficiales, lo que empujará las rentabilidades del resto de activos. Ya lo empieza a descontar el mercado y los analistas estiman que la rentabilidad del bono del país cierre el año en el 3,4%. Por el contrario, en Europa se esperan "tipos en estos niveles o más bajos durante un periodo prolongado de tiempo", como explica en cada reunión el presidente del BCE. Esto significa el camino contrario de la Fed y, por tanto, rentabilidades menores a este lado del Atlántico.
