
Nuevo giro inesperado en la política de retribución al accionista. Cuando la cancelación del dividendo ya era agua pasada y Telefónica había retomado los pagos en efectivo con la rentabilidad más atractiva de la bolsa española, la operadora sorprendió este jueves al anunciar que deja de abonar todo el dividendo en metálico para ofrecer casi la mitad en acciones nuevas.
El pago a cuenta de los resultados de este año, el que abonará en noviembre, se repartirá bajo la fórmula del scrip dividend, con lo que tendrá que ampliar capital para remunerar. El mercado recibió los resultados de la compañía y el cambio de política con una caída del 2,05% en bolsa, hasta los 11,245 euros.
Los cerca de 1,5 millones de accionistas de Telefónica podrán optar por vender en mercado los derechos que se le asignan por cada acción, aceptar que la compañía se los cambie por títulos nuevos o reclamar que se los compre para recibir así dinero en metálico. En este último caso, el pago anunciado es de 0,35 euros, que se complementarán con 0,4 euros que Telefónica sí abonará completamente en efectivo en mayo de 2015.
De esta forma, distribuirá un total de 0,75 euros por acción, por lo que mantiene intacta la cifra con la que remunera con cargo a los resultados de 2013. La contrapartida es que los accionistas que solicitan el pago en metálico sufren una dilución. Con el scrip dividend, se amplía el capital y quien no recibe nuevas acciones diluye, por tanto, su participación tanto en el capital como en el beneficio de la empresa.
Otro hito en su historia
Telefónica, tras utilizar el scrip en una sola ocasión, había huido de esta práctica que sigue utilizando la banca y otras empresas como Repsol, Iberdrola o ACS porque no les interesa pagar la integridad en efectivo. De hecho, la operadora ha sido más partidaria de la filosofía de recomprar acciones para amortizarlas con la que inició su política de retribución después de la llegada de César Alierta a la presidencia de la compañía. En mayo de 2012 fue cuando de forma excepcional amplió el capital un 1,6% para remunerar a quienes no reclamaron efectivo. Al 38% del capital que solicitó efectivo, la compañía les pagó 0,285 euros. Después de esto, Telefónica prefirió suspender el dividendo en lugar de seguir utilizando el scrip dividend.
César Alierta justificó que la decisión se ha tomado porque algunos accionistas prefieren recibir acciones. "No veo puntos negativos", aseguró Alierta a elEconomista, recordando que es voluntario y que tiene el aspecto positivo del tratamiento fiscal. Es cierto que es de las pocas ventajas de esta fórmula, ya que el inversor difiere la tributación hasta el momento en el que venda las acciones, mientras las tenga en su poder no ha de rendir cuentas. En cambio, el dividendo en efectivo tributa entre el 21 y el 27% en función de la cantidad. Eso sí, los primeros 1.500 euros que se reciben están exentos.
Alierta también quiso reiterar su "compromiso con el dividendo", pero no aclaró si el scrip dividend será una fórmula puntual de nuevo, exclusiva para el pago del próximo noviembre, o si volverá a emplearse en 2015 y años posteriores. En su caso, podría seguir pagando en efectivo si quisiera, pero para hacerlo destinaría un 74% de sus beneficios y su propósito ahora es seguir bajando la deuda y acelerar las inversiones este año.
Pierde el liderazgo
De momento, el cambio supone que Telefónica deje de ser la compañía con la mayor rentabilidad por dividendo en efectivo de la bolsa española. Con sus dos pagos en metálico, la teleco ofrecía un 6,7%, un interés que no paga ninguna otra cotizada. Solo Santander lo supera, con un 8%, pero en su caso todas las entregas son con scrip dividend, por lo que quien reclama el dinero realmente no gana esa rentabilidad si se tiene en cuenta que se diluye después.
El Santander, por ejemplo, ya ha diluido un 29% a los inversores que siempre han rechazado títulos del banco. Una forma de paliarlo, en parte, es amortizar acciones más tarde, como anunció esta semana Repsol y como hacen Iberdrola o ACS, pero la teleco no se pronunció al respecto.