Bolsa, mercados y cotizaciones

La ley de oro de la inversión: periodificar las inversiones

Su depósito acaba de vencer y se niega a renovarlo a un interés del 1,4 por ciento, que es lo que ofrecen ahora de media los bancos. Ha decidido que es el momento de saltar a los fondos de inversión para arañar una mayor rentabilidad y tiene a su disposición una cantidad importante para construir su cartera desde cero. Lo primero es diseñar su estrategia de inversión, es decir, el modo en que quiere distribuir su dinero (si la mitad la destinará a activos más conservadores y la otra mitad a activos con más riesgo, por ejemplo, o viceversa), y lo segundo es pensar en qué modo hará sus aportaciones.

Y justo ahí, en ese punto, es cuando aparecen dudas de todo tipo... ¿Existe algún día o mes concreto en que sea mejor para hacerlas?, ¿es preferible aportar de vez en cuando o acostumbrarse a hacerlo sistemáticamente? o, más complicado aún, ¿hace falta estar pendiente del mercado para elegir cuándo hacerlas?

Juan Luis Luengo, responsable de fondos de inversión de Citi en España, asegura que a un inversor retail "le debe importar poco si la bolsa sube o baja porque lo que tiene que hacer es sistematizar sus aportaciones", en vez de modularlas en función del momento de mercado. "A día de hoy, el porcentaje de clientes que las realiza es pequeño. Sin embargo, cuando hemos efectuado este tipo de campañas, nuestra experiencia es que la gente que hace este tipo de suscripciones se mantiene fiel durante muchísimo tiempo", añade.

Pero, ¿por qué es importante acostumbrarse a hacer aportaciones de forma periódica? ¿acaso tiene más ventajas que aportar dinero a su inversión de forma esporádica? Sí. Una de las claves la explica Fernando Luque, senior editor de Morningstar. "Cuanto mayor sea la frecuencia de la aportación, más se reduce el riesgo de elegir un mal día. Si alguien tiene la posibilidad de hacer aportaciones mensuales, ya estaría muy bien", apunta. Se trata de una frecuencia con la que también están de acuerdo en Citi, donde aseguran que no es necesario fijar un día en concreto para hacer una aportación mensual. "No creemos que se deba tener un calendario específico en cuenta. Precisamente, cuando optamos por esta forma de invertir, lo que buscamos es evitar el market timing (buscar el momento óptimo de invertir en mercado) y tener que decidir cuándo hacer la inversión. Si la inversión se hace a largo plazo realmente va a ser muy poco relevante si invertimos un día u otro", añade Juan Luis Luengo.

Otra de las ventajas de sistematizar las aportaciones, derivada de la anterior, es que también se obtendrán rentabilidades más consistentes, menos volátiles. En esta línea se pronuncia Antonio Salido, director de márketing de Fidelity, cuando afirma que "los planes sistemáticos no mejoran la rentabilidad, sino que son buenos para obtener rendimientos consistentes, ya que se reduce la volatilidad de esa rentabilidad". Salido utiliza como ejemplo para ilustrar su explicación el hecho de que igual que un inversor puede hacer una aportación un día que se está produciendo un rally del 15 por ciento, también puede hacerla otro día en que el mercado caiga otro 15 por ciento. "Con lo cual, si se realizan aportaciones todos los meses, se estará promediando". Y este factor, el de promediar las pérdidas y ganancias no es trivial. "Una de las peticiones más frecuentes de nuestros clientes, en Citi, es que quieren que se les construya una cartera en la que no pierdan nada desde el principio. La psicología importa mucho", apunta Luengo.

Y para ello, para sistematizar las aportaciones, el instrumento apropiado son tanto los fondos de inversión como los planes de pensiones. "El fondo de inversión es el producto idóneo para ello, no un valor puntual de la bolsa española", explica Luque. Una opinión que coincide con la que mantienen en Citi, donde aseguran que encajan muy bien en el universo de fondos y planes de pensiones porque las aportaciones periódicas no dejan de ser un instrumento fundamental para fomentar el ahorro a largo plazo. Pero además, acostumbrarse a hacer este tipo de aportaciones "también resulta útil cuando no sabemos cómo y cuándo entrar en mercado volátil. En ese escenario, nosotros solemos recomendar repartir la inversión en varias veces e ir entrando poco a poco", sentencia Luengo.

¿Qué resulta más rentable a largo plazo? comprar y mantener

En realidad, las ventajas que tiene para el inversor el ahorro a largo plazo a través de aportaciones sistemáticas no se queda en un intangible. Distintos estudios demuestran, incluso, que se pueden lograr rentabilidades superiores si se invierte de forma periódica en lugar de hacer aportaciones de forma extraordinaria. Así lo refleja Citi en un ejemplo, donde se recogen los rendimientos que alguien habría obtenido si hubiera realizado aportaciones a uno de sus planes de pensiones, Citi Equity Euroland PP. En la primera hipótesis, un cliente aporta 150 euros al mes durante el periodo comprendido entre 2003 y 2008. En ese caso, se habría generado una rentabilidad del 30,4 por ciento. En la segunda, en la que otro cliente decide invertir de golpe todo el dinero, el rendimiento generado cae hasta el 16,5 por ciento y eso, sin hablar del coste de oportunidad que supone tener inmovilizada toda la inversión. "Se obtienen mejores rentabilidades [con las aportaciones sistemáticas], sobre todo cuando se producen caídas en el mercado. Con lo cual se trata de fomentar el ahorro periódico", apunta Juan Luis Luengo, de Citi.

En la misma línea existe otro estudio de Morningstar. En él, queda demostrado que para el particular es más rentable comprar y mantener, que reducir la exposición a bolsa después de que ésta suba y aumentarla después de que caiga. En este caso, se parte de la base de que el cliente tiene 1.500 euros al mes para invertir. En un supuesto, se aumenta o reduce exposición en función del comportamiento del mercado. Y en el otro, la aportación se mantiene constante. Según explican en Morningstar, el resultado de aplicar la primera estrategia a la bolsa española desde el año 1993 habría sido que la persona en cuestión habría obtenido una cantidad de 550.000 euros a finales de 2013 frente a los 665.000 euros que se habría conseguido ahorrar si se hubiera decantado por comprar y mantener la inversión. "La diferencia se debe evidentemente al hecho que si bien uno está menos invertido en los momentos de caídas (y, por lo tanto, el patrimonio total sufre menos en esos periodos), también está menos invertido en los momentos de subida (y, por lo tanto, se aprovecha menos de esas subidas)", señala su autor, Fernando Luque.

¿Qué implica perderse los mejores días de mercado a largo plazo?

Sobre la estrategia de considerar el valor de largo plazo también habla otro estudio de Fidelity. Desde la gestora han calculado cuál sería la rentabilidad neta que obtendría un inversor si se hubiera mantenido invertido todo el tiempo durante quince años consecutivos (1997-2012) y la que lograría si, por contra, se hubiera perdido los mejores 10, 20, 30 y 40 días de mercado.

En uno como el español, por ejemplo, el resultado es que perderse los diez mejores días de ese periodo implicaría haber generado un rendimiento negativo del 3,84 por ciento, frente a las ganancias del 1,64 por ciento que habría obtenido cualquier persona que hubiera mantenido su inversión durante quince años. Pero esta situación se agrava aún más cuando un inversor se pierde los mejores 40 días en ese mismo periodo (quince años), ya que la pérdida de rentabilidad es del 12,94 por ciento. Y no se trata de una situación aislada para un determinado mercado, la historia se repite cuando los protagonistas son el francés o el británico. "Predecir los movimientos para intentar evitar las pérdidas a corto plazo puede significar también perder las ganancias a largo plazo. Incluso la pérdida de sólo unos días durante un alza del mercado puede reducir de manera significativa el rendimiento total de sus inversiones", alertan desde la gestora.

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