
Aunque Edouard Carmignac, fundador y actual presidente de Carmignac Gestión, lleva veinticinco años al frente de la gestora, ya ha manifestado su intención de buscar un sustituto. El veterano hace un repaso a las medidas tomadas por el Banco Central Europeo (BCE), los retos a los que se enfrenta Francia, los emergentes y al panorama actual de la gestión.
El crecimiento sigue siendo flojo en Europa, que debe hacer frente también a un posible riesgo de deflación. ¿Cuál es su análisis de la situación?
Europa se enfrenta a una seria amenaza: ¿cómo puede aliviar el problema de sus deudas, sin inflación ni crecimiento? Los tipos reales suben y aumentan el peso del pago de la deuda. La cuestión principal es saber cómo va a relanzar la actividad en este contexto.
¿Le gustaría que el BCE hiciera algo más?
Ha hecho mucho ya y el balance de Mario Draghi es bueno. Pero, efectivamente, ahora es preciso hacer más. Aun cuando muchos países han realizado reformas, falta un incentivo para relanzar la actividad, el crédito y la inversión, en particular, en la Europa del sur. El BCE observa que hay una fragmentación de la zona euro y que las empresas tienen poco acceso al crédito. De ahí su idea de adquirir carteras de deuda. Pero aún no existen los instrumentos.
En mi opinión, lo más sencillo es influir en el tipo de cambio. Esto es posible dejando de esterilizar las operaciones de inyección de liquidez o reduciendo los tipos de interés en terreno negativo. El nivel del euro es un obstáculo para los países del sur.
Teniendo en cuenta los costes salariales medios de la zona euro, el cambio de la moneda única por dólares debiera situarse entre 1,1 y 1,2 dólares. Hay, al menos, un 10% de ganancia de competitividad con el cambio que puede producirse.
Francia acusa a la fortaleza del euro de aniquilar sus esfuerzos de competitividad. Pero, en su opinión, ¿las reformas francesas están a la altura?
Hay un problema de legibilidad y de credibilidad de las reformas que se llevan a cabo. La administración actual nos dice: vamos a rebajar las cargas de las empresas y a intentar reducir el gasto público. Muy bien, pero estoy esperando a ver qué pasa concretamente, porque su margen de maniobra para reactivar la confianza en este país es mínima.
¿Qué sería necesario para reactivarla?
Le quedan tres años a esta presidencia. Sería preciso que François Hollande adquiriera un compromiso a tres años. Que diga exactamente lo que va a hacer, con objetivos cifrados, año por año, en porcentaje y en importe, en primer lugar, en los gastos del Estado y no solamente en tendencia sobre los déficits. Que indique asimismo en qué porcentaje piensa reducir el tipo marginal del impuesto sobre la renta y el tipo del impuesto de sociedades, año por año.
Todo el mundo, incluido el Gobierno, sabe hoy en día que el sistema francés debe evolucionar. Y que hacen falta más que palabras. Esto es lo que las empresas y las familias quieren realmente: un rumbo, un plan de acción concreto, medidas tangibles en el tiempo. Nuestro drama actualmente es que las familias no consumen porque no saben cómo serán gravados el año próximo. Se promete estabilizar la presión fiscal y un mes más tarde nos enteramos de que la CSG (Contribución Social Generalizada) puede dejar de ser deducible. ¡Nos inventan un impuesto sobre el impuesto! Es algo insostenible.
En las finanzas, París ha perdido mucho en competitividad. Carmignac se ha reforzado recientemente en Luxemburgo, donde ha creado una sociedad de gestión. ¿Este éxodo es inevitable?
Estamos presentes allí desde hace diez años. Hemos exportado nuestros fondos a todos los países europeos gracias a nuestra plataforma de distribución en Luxemburgo. Francia apenas representa ahora el 20% de nuestra clientela. Somos una sociedad internacional, tanto por su clientela como por sus inversiones y sus equipos. Actualmente, es preciso reclutar talentos allí donde se encuentren. Y tenemos verdaderas dificultades para reclutar talentos en París. Si queremos encontrar a un buen gerente especialista en mercados emergentes o materias primas, es más fácil encontrarlo en Londres que en cualquier otra parte. Hasta ahora, conseguíamos reclutarlos pero cuando les dices que ahora van a pagar en París un tipo impositivo del doble al que ya pagan la cuestión se complica...
El éxodo de talentos es mucho mayor de lo que se cree en Francia, con la consiguiente pérdida de empleos que esto genera. Nuestros gobernantes no deberían olvidar que por cada ejecutivo clave expatriado, se pierden una media de 10 empleos de apoyo.
Después de los excepcionales años 2009 y 2010, los tres últimos años han resultado más decepcionantes para Carmignac. ¿Su tamaño le impide invertir como quisiera?
Nuestro tamaño es un buen tamaño. Nos confiere un peso crítico frente a los emisores. Tenemos acceso, por ejemplo, a todos los directivos de empresa, tanto en Francia como en el extranjero. Esto nos permite también ser bien tratados por los sindicatos de emisión de las empresas y reclutar a personal de calidad. El tamaño de nuestros fondos buque insignia, Carmignac Patrimoine (más de 25.000 millones de euros), teniendo en cuenta que operamos en todos los mercados de acciones y obligaciones mundiales, no nos parece un problema. Apenas gestionamos el 3% de los saldos vivos de BlackRock y el 5% de los de Fidelity. La verdadera cuestión es: ¿Tenemos los equipos adecuados para gestionar estos saldos vivos? Estos últimos años, hemos ampliado en gran medida los equipos con personal de gran calidad.
¿Cómo se sitúa en el panorama de la gestión?
Carmignac es un gestor de riesgos y no un recolector de saldos vivos. Nuestros clientes confían en nosotros porque saben que en el pasado, cuando vinieron malas épocas, pudieron atravesarlas. Es nuestra imagen de marca. Actualmente, intentamos mantener a la vez el rendimiento, la liquidez y la transparencia. Y rendimiento a largo plazo significa gestión de riesgos. No basta solamente con un rendimiento mayor que los índices cuando los mercados son favorables. Es cierto que cuando los mercados son muy buenos tendemos a un rendimiento menor que los índices. El pasado año, fuimos menos agresivos que otros porque estimábamos que la visibilidad no era suficiente.
¿No se vieron sorprendidos por la reversión de los mercados emergentes el verano pasado?
Es un buen ejemplo. Comenzamos a aligerar la posición en emergentes a principios de 2013. Pero en mayo, nos vimos sorprendidos por el discurso de Ben Bernanke, que anunció la progresiva retirada de la política monetaria expansionista de la Fed, provocando un verdadero punto de ruptura en los mercados emergentes. No esperábamos que llegara tan pronto. El cambio de actitud de Ben Bernanke en septiembre, aunque un poco tarde, nos dio la razón.
Los mercados emergentes están bastante tocados en este momento. ¿Cómo abordan 2014 a este respecto?
Los mercados emergentes ocupaban en torno al 19% de nuestras carteras a comienzos de 2014. Pero es preciso distinguir dentro de los países de esta categoría a aquellos que tienen verdaderos problemas, como Argentina, de los otros. México, por ejemplo, es un país que ha realizado reformas importantes, especialmente en el plano energético.
Las personas ignoran hasta qué punto los costes unitarios del trabajo han bajado en este país con respecto a los demás. Su crecimiento se ve impulsado por Estados Unidos. Es un actor que pierde poco a poco su estatus de emergente. La India, supone el 4% de nuestro saldo vivo. Cabe pensar que es posible una verdadera recuperación con una política monetaria astuta llevada a cabo por el banco central y con un cambio político importante que se anuncia en el país.
¿Y China?
China tiene un problema, que es el de la contracción del crédito. El país está en vías de absorber su exceso de creación de liquidez y esto genera tensiones en el mercado. Observamos que esto está relativamente bien gestionado y las valoraciones lo tienen en cuenta. Por otra parte, ¡nuestros mejores resultados el año pasado se obtuvieron en títulos chinos!
¿El quid de los mercados europeos?
Europa es menos segura. El entusiasmo un poco loco de los inversores durante el año pasado hizo que todo remontara, incluso los valores cíclicos. En nuestra opinión, el mercado europeo es vulnerable puesto que es realmente necesario que la recuperación mundial sea fuerte para que la correa de transmisión arrastre a Europa. Nosostros éramos muy escépticos sobre este punto y observamos, desde hace varias semanas, advertencias sobre los resultados de las empresas, especialmente cíclicos. En nuestra opinión, este período de advertencia no ha concluido. Tendremos aún una revisión a la baja de los resultados en muchos de los sectores en Europa.
¿Cómo preparan en Carmignac su sucesión?
Me hace gracia cuando me hacen esta pregunta, porque por mi edad podría ser el hijo de Warren Buffet. Espero gozar de buena salud. A finales de enero, celebramos los veinticinco años de Carmignac y hablamos de los veinticinco años futuros. Está claro que no voy a dirigir esta empresa durante otros veinticinco años. Sería irresponsable no pensar en mi sucesión. Estoy obligado a mejorar la calidad de los equipos para tener una mayor opción de delfines. Pero, por ahora, prefiero no dejarlo muy claro... y que gane el mejor.
¿El mejor será más bien un buen directivo o un buen gestor de activos?
Efectivamente, es preciso distinguir la gestión de los fondos de la gestión de la empresa. Fidelity, por ejemplo, ha conseguido esto. En su caso, cuando llegó la tercera generación, Abigail Johnson se trasladó de la gestión hacia la administración de la firma. Mi hija ha hecho como ella, comenzando en la gestión, con un recorrido elogiable. Actualmente, dirige la oficina de Londres y lleva a cabo su actividad con mucha energía y talento. Veremos si consigue nuestra entrada en Londres, que es muy importante para nosotros. En cuanto a la parte de la gestión de activos, será necesario encontrar al mejor de los gerentes, alguien que sea capaz de obtener buenos resultados y motivar a los equipos.