
Por si alguno de ustedes acaba de volver de Marte, hoy se estrena la cuarta película de la saga Indiana Jones ('Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal'), 19 años después de la tercera entrega. Es, sin duda, el acontecimiento cinematográfico de la temporada y la clave que determinará si el año será bueno o no para una industria que atraviesa la mayor crisis de su historia.
Más aún, determinará el futuro de la fórmula más de moda en la actualidad ante la falta de imaginación de los estudios: la resurrección de las viejas sagas exitosas.
Hay pocas dudas de que, en su primer fin de semana, la película arrasará en taquilla. Además, en EEUU -donde se estrenó ayer-, es fiesta el lunes por el Memorial Day, con lo que el fin de semana durará cinco días para la taquilla. Pero la gran pregunta es si aguantará después de esa fecha o se vendrá abajo. Hay análisis para todos los gustos, desde los que esperan un bombazo que recaude 800 ó 900 millones de dólares hasta los que se temen que el producto pierda dinero.
EL coste de Indiana Jones
En EEUU, una gran producción tiene éxito si alcanza los 350 millones y se queda en aceptable si no pasa de 225 millones. En el caso de Indiana Jones, la ventaja es que su coste ha sido bastante reducido: 125 millones, según los estudios Paramount (propiedad de Viacom). Claro que los expertos añaden a eso una participación en los beneficios de George Lucas, Steven Spielberg y Harrison Ford (productor, director y protagonista), así como los costes de marketing, que pueden elevar el coste total a una cifra entre 175 y 250 millones.
Algo que no es tan fácil de rentabilizar. Según las estimaciones de MarketWatch, la Paramount -que tiene que repartir los ingresos con las salas que proyectan la película- tendría que ingresar entre 400 y 500 millones para cubrir gastos, y confiar en las ventas y alquileres en DVD para obtener beneficios.
Ingresos 10 veces superiores a los gastos
Eso dependerá, por supuesto, de si el regreso de Indy convence a los fans de las tres entregas ochenteras y a la nueva generación de espectadores que sólo ha visto aquellas películas por la tele. Y no va a ser fácil: Ford ya tiene 65 años (podría estar cobrando su pensión) y no termina de resultar creíble dando saltos, puñetazos y latigazos; además Indy tiene un hijo, lo cual siempre es un elemento de rechazo para los fans; y, al parecer, esta entrega rebasa todos los límites de la credibilidad, con cosas como una persecución en la jungla en lo que parecen dos autopistas paralelas, una explosión nuclear a la que sobrevive Jones refugiándose en un frigorífico y hasta un encuentro con extraterrestres.
Pero si alguien puede conseguir este desafío, es Indiana Jones: las anteriores entregas de Indiana Jones obtuvieron unos ingresos 10 veces superiores a sus costes. Y tiene a su favor que, en general, resucitar las viejas sagas cinematográficas es rentable.
No todas las sagas que vuelven ganan dinero
Aunque también ha habido también sonoros fracasos. El más notable fue el de 'Instinto Básico 2' en 2006, estrenada 14 años después del inolvidable cruce de piernas de Sharon Stone: costó 73,8 millones y recaudó sólo 40,7 en todo el mundo, con unos ridículos 6,3 millones en EEUU. Tampoco fue para tirar cohetes el retorno de Superman 19 años después de 'Superman IV' (¿alguien vio eso?). Aunque recaudó la nada despreciable cifra de 412 millones, costó la cifra récord de 284,5 millones sin contar el marketing. Una vez descontada la parte de las salas, la película apenas cubrió costes.
La principal lección de los precedentes es que una saga que revive con el mismo actor como protagonista suele ser rentable, pero sólo si los costes se mantienen bajos. El mejor registro lo tiene 'Psicosis', cuya continuación de 1983, 23 años después de la de Hitchcock, fue protagonizada también por Anthony Perkins: aunque no batió ningún récord de taquilla, recaudó 73,7 millones frente a un coste de 10,6.
Más recientemente, Sylvester Stallone ha confirmado esta fórmula: el regreso de Rambo 20 años después sólo recaudó 103,9 millones, lo que sólo bastó para pagar los 50 millones que costó; mejor le fue a Rocky Balboa, que recaudó 164 millones frente a un exiguo coste de 25,3. En este caso, ayudó que la película no presentara a Stallone como el triunfador de la Perestroika, sino que estuviera cargada del realismo que le falta a la nueva cinta de Indy. Eso sí, si finalmente la película resulta un bombazo en taquilla, no lo duden: habrá quinta entrega.