Bolsa, mercados y cotizaciones

La 'casa Rusia' se abre a los inversores

Es uno de los mercados emergentes que menos confianza ha generado en los últimos años y esto explica la huida de dinero a la que ha tenido que hacer frente, con la consecuente caída en bolsa. Pero su suerte puede cambiar ya que el reputado gestor Jim Rogers ha dicho que por primera vez en 50 años va a comprar acciones rusas. ¿Acierta o se equivoca con esta estrategia?

Ser un país emergente hoy en día no es fácil y si encima tu economía está ligada a las materias primas y, por ende, a la demanda de otros países emergentes, es todavía más complicado convencer a los inversores de que uno sí tiene valor que ofrecer. Pero Rusia ha demostrado que incluso en ese complicado contexto puede ganarse el favor de algún que otro gestor estrella. Su nombre es Jim Rogers. El reputado gestor ha anunciado que va a comprar acciones rusas por primera vez en 50 años ya que, según comunicó a la cadena CNBC, "es uno de los mercados más odiados y ahora mismo ofrece grandes oportunidades". La gran duda está en si tiene razón Rogers en fijarse de nuevo en el mercado ruso o es otra de sus estrategias fallidas.

No hay una respuesta clara ya que, si bien Rusia ofrece un gran atractivo por valoración, su situación económica, dista mucho de verse calificada como economía en recuperación. De hecho, aunque Rusia acabó 2013 con un crecimiento positivo del 1,3%, la cifra es la más baja desde la crisis de 2008 debido en gran parte a la caída de las exportaciones de petróleo y gas -es el primer productor de gas del mundo con un 24% de la exportación mundial y el tercero de petróleo-. Unas caídas de ingresos que pueden seguir a la baja teniendo en cuenta el estancamiento de los precios energéticos, la caída de la demanda en países emergentes y, sobre todo, el aumento de competencia de EEUU gracias a las fuertes inversiones en extracción de gas por la polémica técnica del fracking.

Más clase media

Este contexto pone de manifiesto la necesidad que tiene la economía rusa de cambiar su modelo de producción y dar entrada a otras fuentes de ingresos. Y ahí el consumo interno es donde reside la clave y la esperanza del repunte económico. "En 2014 prevemos una mejora del consumo del crecimiento del PIB donde la creciente penetración del consumo privado sigue siendo robusta", afirma Klaus Bockstaller, gestor del fondo Pictet Russian Equities, uno de los tres más rentables de los últimos cinco años. De hecho, pese a que la confianza del consumidor ruso está en mínimos de 2011, la tendencia es que la aportación del consumo al PIB ha ido en aumento en los últimos años y se ha convertido, según explican en Bank of America, en el gran contribuidor al crecimiento desde 2011 (un informe del banco ruso Sberbak dice que ha contribuido en un 80 por ciento al crecimiento ruso desde 2004). "Las personas con salarios de más de 1.000 dólares al mes han pasado de 1,5 millones de 2005 a 25 millones en 2012 y se espera que la clase media suponga la mitad de la población rusa a finales de la década", afirma Bank of America.

Sin embargo, en que este pronóstico se cumpla o no, mucho tiene que ver su divisa. La fuerte caída del rublo al calor de la crisis argentina que le llevó a marcar mínimos desde 2009 podría frenar el consumo sobre todo si forzara al banco central ruso a subir los tipos de interés. Una posibilidad que parece poco probable a corto plazo teniendo en cuenta que el banco central, a diferencia de Turquía, Sudáfrica o India, ha optado por mantener los tipos en el entorno del 8,25% -aunque sí intervino en el mercado para frenar la depreciación de divisa-, apoyado quizá por una caída de la inflación del 6,5% de diciembre al 6,1% en enero que le permite acercarse a su objetivo de inflación del 5%. Incluso desde Citi ven esa caída del rublo como algo positivo. "Las ventas de las últimas semanas han llevado al rublo a su precio justo y una divisa más débil va a facilitar el ajuste macroeconómico con el telón de fondo de impulsar el reto de la demanda interna".

Las dudas que genera su economía no encuentran sin embargo réplica en lo que se refiere a su mercado. Según los datos de FactSet el índice ruso RTS es el más barato de todos los emergentes, y también desarrollados, al cotizar con un PER (número de veces en que el beneficio está en el precio de la acción) de 5,5 veces, muy por debajo de las 7 veces de su media histórica de los últimos años. Además, la crisis de los emergentes apenas ha variado las recomendaciones del consenso de analistas que recoge Factset. Tanto es así que la mitad de las compañías que cotizan en el principal índice ruso cuenta con una recomendación de compra, las mismas que antes de que se desatara la crisis de los emergentes. Por no mencionar que ofrecen un potencial medio a doce meses del 26% ya que solo dos cotizan por encima de su precio objetivo. Eso sí, las mejores recomendaciones no están ni en las gigantes Gazprom o Lukoil sino en compañías pequeñas y medianas como Sollers y M. Video, ambas ligadas al consumo.

Quien quiera seguir los pasos de Jim Rogers y mirar a Rusia a largo plazo, puede echar un vistazo a fondos como Raiffessen Russland, Parvest Equity Russian Opportunities o Pictet Russian Equities ya que si bien todos ellos están en pérdidas a uno y tres años, han premiado con rentabilidades anualizadas del 20% a quien decidiera invertir en ellos hace cinco años.

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