Más de 20 años después siguen sin limpiarse la zona y nadie se responsabiliza de la fuga de la empresa de pesticidas Union Carbide
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
La ONG Amnistía Internacional (AI) recordó esta semana a los cientos de supervivientes del escape de gas en una fábrica de pesticidas en la región india de Bhopal (centro) en la noche del 2 al 3 de diciembre de 1984 y que causó la muerte a 20.000 personas, partiendo en una marcha hacia Nueva Delhi en demanda de justicia y de una vida digna para todos los afectados por este accidente, que contaminó todas las tierras de cultivo y el agua de los ríos con productos químicos.
En este sentido, la Organización solicitó al Gobierno de India que "tome medidas" para ayudar a estas personas que "lo han perdido todo" y que hace más de 20 años que "están abandonadas". Por ello, pidieron que se facilitara "de forma inmediata" el suministro de agua potable a la población de la región de Bhopal, en cumplimiento de la orden emitida por el Tribunal Supremo en 2004.
Esta catástrofe humanitaria y medioambiental tuvo lugar en 1984 cuando se produjo un escape en la fábrica de pesticidas de la compañía estadounidense Union Carbide que costó la vida a miles de personas y que dejó sin hogar a otros cientos. Después de esta tragedia, los pocos supervivientes se encontraron indefensos, ya que no tenían donde vivir, ni agua potable ni terrenos para cultivar, al estar todo contaminado por las sustancias químicas producidas por la fuga.
Sin embargo, a pesar del apoyo recibido, señala la ONG en su Boletín 'Corporate Action Network', a su llegada a Nueva Delhi la comitiva se encontró "con todo tipo de obstáculos" para poder mantener una conversación con el primer ministro, en la que pretendían explicarle su situación y las medidas que solicitan para solucionar esta problemática. Uno de estos obstáculos fue la detención de 300 manifestantes que estaban protestando pacíficamente delante del Ministerio de Químicos y Fertilizantes.
Muchos de los detenidos habían recorrido más de 800 kilómetros para presentar sus peticiones. Así, tras la carga policial, dos personas tuvieron que ser llevadas al hospital al sufrir diversas contusiones.
En el mismo sentido, Amnistía Internacional envió también una carta al primer ministro del país, Manmohan Singh, para solicitar que acabe con la represión de estos manifestantes pacíficos que exigen sus derechos. En la misiva se pide además que se tomen medidas para asegurar el suministro de agua potable para esta comunidad según lo que determinó el Tribunal Supremo hace más de dos años.
Desde la ONG solicitaron asimismo la "limpieza inmediata" de la zona, en especial de los terrenos cercanos a la fábrica accidentada, donde todas las zonas acuíferas fueron contaminadas, así como la "pronta, imparcial y transparente" investigación policial sobre las causas que produjeron este accidente que causó el desalojo de los residentes de Bophal, con el fin de exigir responsabilidades.
A pesar de todas las reivindicaciones, el primer ministro no respondió a estas demandas, por lo que los afectados decidieron optar por una huelga de hambre de carácter indefinido hasta que se les escuche.
Al mismo tiempo que daba comienzo esta huelga de hambre, otra protesta se producía en la capital india. Esta vez los manifestantes reivindicaban la limpieza del río Narmada (cercano a Bhopal) contaminado también por la explosión de gas de esta zona hace ahora 22 años.
Según informes de la Campaña para la Justicia Internacional en Bhopal, cientos de policías cargaron contra los manifestantes, con el fin de disolver la huelga de hambre, lo que produjo nuevos disturbios.
SACUELAS QUE CONTINUAN
En diciembre de 1984 se produjo en la zona un escape de 40 toneladas de gases letales de la fábrica de pesticidas de Union Carbide Corporation, al registrarse un escape en uno de los tanques durante las operaciones rutinarias de mantenimiento. Se trataba de isocianato de metilo y cianuro de hidrógeno, entre otras sustancias tóxicas.
Se calcula que, al tercer día del desastre, habían muerto unas 8.000 personas por exposición directa a los gases. Las vítimas mortales fueron finalmente unos 20.000. Union Carbide se negó a suministrar información sobre la naturaleza del envenenamiento, lo que habría supuesto para los médicos la posibilidad de dar un tratamiento adecuado a las personas intoxicadas.
Todavía hoy, ni Union Carbide ni su propietaria actual, Dow Chemical, ha dado información a los supervivientes y a las agencias médicas indias sobre la composición exacta del gas liberado y sobre sus efectos para la salud humana. Su primera propietaria abandonó la fábrica dejando atrás miles de toneladas de sustancias peligrosas y, al pueblo de Bhopal, un suministro de agua contaminada y un legado tóxico que todavía hoy les causa daños.
En la actualidad, aproximadamente 540.000 de las personas expuestas a los gases pueden tener sustancias tóxicas en su flujo sanguíneo y los hijos de los afectados se enfrentan a las secuelas de este legado tóxico. Los más de 150.000 enfermos crónicos que sobrevivieron a la catástrofe siguen necesitando tratamiento médico.