Bolsa, mercados y cotizaciones

La 'primavera accionista' quiere florecer en España

Las luchas entre propietarios y activistas que forman parte de los consejos de administración pueden aportar valor. Si tuviera la oportunidad, seguro que le encantaría preguntar a Tim Cook, presidente de Apple, qué piensa de la presión que Carl Icahn está metiendo sobre la firma para que eleve su plan de recompra de acciones hasta los 150.000 millones.

Formalmente, Cook se ha pronunciado y ha recomendado al resto de propietarios que vote no a esta propuesta -figura en el orden del día de la junta de accionistas del 28 de febrero-. En la intimidad, es probable que esté molesto con este inversor, que es la cabeza más visible de los activistas, pero no es el único. Y es que los dos últimos años han sido muy intensos en decir que no.

En 2012, por ejemplo, un 27% de los accionistas de Barclays votaron en contra de las retribuciones de los directivos. Dos años después, el caldo de cultivo llega también a España. Por primera vez las juntas de accionistas tendrán que votar las retribuciones. Un primer paso que podría convertirse en tan sólo la punta del iceberg de los movimientos de activismo que estamos viendo en otras partes del mundo.

El voto sobre retribuciones es consultivo, pero no dejaría en buen lugar a una firma que se saltara por alto un voto negativo por parte de la junta de accionistas. Además, cuando entre en vigor la reforma de la Ley de Gobierno Corporativo que regresó el 17 de enero al Gobierno tras la consulta, las empresas tendrán que replantearse el sistema de retribución si no obtienen el visto bueno de los accionistas.

Mayor inversión extranjera

España era para muchos inversores un mero mercado de cinco, es decir, de aquellas compañías que formaban parte del EuroStoxx 50. Pero la crisis ha puesto a nuestro mercado de moda, algo que tiene consecuencias, como la posible entrada de este tipo de inversores. En los últimos meses, hemos visto varias incursiones en empresas españolas -Bill Gates en FCC; o Gilinski y Martínez en Sabadell; o el Grupo Financiero BX+ en Popular-. Un apoyo que se traducirá, como poco, en influencia en los consejos de administración de estas firmas.

"Primero hemos visto cómo llegaban los fondos buitre y ahora que ya conocen el mercado es posible que comiencen a desembarcar los activistas", explica Jesús Alfaro desde Linklaters. "El objetivo de este tipo de inversores suele ser mejorar el gobierno corporativo de las compañías y optimizar el capital libre de caja", añade. Su gancho está en conseguir seducir a los fondos de inversión tradicionales con sus ideas, de manera que voten a favor de sus propuestas. Y su objetivo es claro tomar esas medidas para generar valor en la acción; ya sea vía precio en bolsa; ya sea vía mejora de la política de retribución.

Pero los activistas, normalmente hedge funds, no pueden actuar en soledad. Deben mover conciencias. Con la legislación actual, para poder incluir algún punto en el orden del día de una junta de accionistas en España se debe ostentar el 5% del capital. Cuando entre en vigor la reforma del Código del Buen Gobierno, que está pendiente de aprobación, ese porcentaje caerá hasta el 3%, por lo que será más fácil la puerta de entrada, pero será complicado influir si no cuentan con aliados poderosos y esos son los fondos de inversión "tradicionales". Es a éstos a los que hay que atraer para que voten a favor de las ideas de los activistas.

Las gestoras actúan

En algunas gestoras importantes, además, está calando la idea de que hay que tomar cartas a la hora de exigir a las empresas ciertas mejoras en el gobierno corporativo. Fidelity, por ejemplo, ha adelantado que votará en contra de los informes de retribuciones de las empresas de las que sus fondos ostentan acciones si las empresas no cuentan con un plan de incentivos que sea a largo plazo; es decir a cinco años. Esta política se aplicará en Reino Unido y en Europa.

Fidelity piensa que obligar a los ejecutivos a controlar los títulos de las empresas que dirigen durante más tiempo asegura que no tomarán decisiones que sólo generen valor a corto plazo. Fidelity gestiona el mayor fondo de renta variable española, el Fidelity Iberia.

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