El terremoto de los mercados emergentes acaparó el protagonismo durante prácticamente toda la semana. Primero, por la devaluación de sus divisas, ya que la caída del peso argentino contagió al resto de monedas, que cayeron, de media, un 0,53% en las cinco sesiones.
Ante esta tesitura, fueron muchos los bancos centrales que se vieron obligados a tomar cartas en el asunto. Primero fue India, donde el RBI (Banco de la Reserva de la India) subió los tipos de interés hasta el 8%, desde el 7,75% anterior. Le siguió Turquía, que elevó el precio del dinero hasta el 12%, una subida de 425 puntos básicos. Y, por último, fue Sudáfrica, que situó los tipos de interés en el 5,5 desde el 5%.
Pero también centró la atención de los inversores la temida repercusión que esto podría tener en las compañías españolas. El mercado español es uno de los mayores perjudicados por la crisis emergente según los analistas, ya que las empresas españolas son las más expuestas a Latinoamérica al proceder de esta región un 25% de los ingresos totales -Brasil y México representan un 50% de esta cantidad-. Según una encuesta elaborada por elEconomista a una decena de analistas, los valores más perjudicados por la crisis emergente son BBVA, Telefónica y Mapfre, por la alta exposición de sus negocios a la zona.
Sin embargo, a pesar de que en un primer momento el azote a la bolsa española fue notorio -fue la más perjudicada de Europa en las tres sesiones siguientes al estallido de los temores en Argentina, al dejarse más de un 5 %-, la repercusión final en los mercados occidentales ha sido nimia. Los expertos creen que el comportamiento de los mercados ha sido "exagerado" y responde más a una recogida de beneficios por parte de los inversores. A este respecto, la exposición de Ecotrader a bolsa es del 33%, el nivel más bajo desde septiembre de 2012.
El Ibex 35 cerró el viernes en los 9.920,2 puntos, tras sumar un avance del 0,52% en las últimas cinco sesiones, siendo el índice más alcista entre las bolsas del Viejo Continente, ya que el Ftse Mib italiano subió un 0,31% y el Cac francés, un 0,1%. Los valores que más impulsaron al selectivo de referencia en la semana fueron CaixaBank, que subió un 8,08%; Bankinter, un 7,82%; Acciona, un 6,9%; y Mediaset, un 5%.
En el lado opuesto se situó el Ftse 100 británico, que sufrió una caída del 2,3; le siguió el Dax alemán (un 0,91%); y el EuroStoxx (un 0,47%).
"Las bolsas europeas abrían con subidas, pero hacia el mediodía, cambiaron los números verdes por los rojos. El responsable de desatar las ventas fue el dato de inflación de enero de la eurozona, que se situó claramente por debajo de lo esperado (0,7%, frente al 0,9%). Esta referencia puso de relieve que la inflación sigue su senda bajista (desde el 0,8% de diciembre), y no se estabiliza, contradiciendo las previsiones del BCE al respecto", explica Daniel Pingarrón, analista de IG.
Además, el balance del mes también es positivo. El selectivo sube en este periodo un 0,04%, siendo el único de Europa que se sitúa en positivo junto al Ftse Mib italiano, que repunta un 2,38%. Esto presagia el aforismo de que, si enero es positivo, el resto del ejercicio es de ganancias (tan sólo se ha roto esta regla en tres de los últimos veinte años).
Además, en estas dos últimas sesiones se han presentado los resultados de la mayoría de bancos y ninguno ha dado un susto. Tan solo falta Bankia, que presenta el próximo lunes. "Las entidades nacionales se apresuran a realizar un lavado de cara ante la llegada inminente de los test de estrés a la banca europea durante los próximos meses", advierte Javier Urones, analista de XTB.
Wall Street no da tregua
Al otro lado del charco, lo que muchos temían que podría condicionar los movimientos de la Reserva Federal (Fed) -la crisis de los emergentes-, se quedó finalmente en una anécdota, ya que la institución no cambió su hoja de ruta prevista. Ben Bernanke culminó esta semana su mandato como presidente de la Fed, ya que se produce el cambio del bastón de mando de la institución, que coge Janet Yellen. Un hecho sin precedentes por ser la primera mujer en presidir la institución más poderosa del mundo. El helicóptero Bernanke se despidió con la última reunión del Comité de Mercado Abierto del banco central estadounidense (FOMC, por sus siglas en inglés), en la que, por primera vez, todos los miembros votaron a favor de seguir con la reducción gradual de los estímulos y la reunión se saldó con otro recorte del Quantitive Easing (QE3) de otros 10.000 millones de dólares de su programa de compra de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas.
La fiebre vendedora se contagió también al otro lado del Atlántico y se instauraron los números rojos el viernes. Tanto el Dow Jones como el S&P 500 caían al cierre europeo en torno a medio punto porcentual.
La renta fija atrae a los inversores
Parece que la inestabilidad de las bolsas provocó un trasvase de los inversores al mercado de deuda. La rentabilidad del bono español a diez años bajó hasta el 3,659%, por debajo del 3,796% del viernes anterior. Pero la de su homólogo alemán aumentó ligeramente hasta el 1,659%, por encima del 1,658% de la semana pasada. La prima de riesgo -que mide la diferencia entre la rentabilidad del bono de referencia español y la del bund alemán- cayó 14 puntos, hasta los 200 puntos básicos, desde los 214 puntos de la semana anterior.
Por su parte, la rentabilidad del T-Note estadounidense se alejó esta semana del 3% -despidió la sesión del viernes en el 2,6676%, por debajo del 2,715% de la semana anterior-, pero la mayor parte de los expertos considera que podría seguir subiendo en 2014. Los más comedidos establecen el nivel en el 3,4%, pero los más arriesgados suben el límite hasta el 3,75%.
En cuanto al euro, continuó depreciándose en su cruce contra el billete verde -acumuló una bajada del 1,23% en la semana-, hasta situarse en los 1,3499 dólares. Y acumuló su sexta sesión consecutiva a la baja, algo que no ocurría desde mayo de 2013.

