Lo que mucho sube, tarde o temprano tiene que bajar, algo que ha experimentado esta semana la renta variable. Tras protagonizar un arranque de año en el que los alcistas se habían hecho fuertes, las últimas cinco sesiones han dejado claro que no estaba todo dicho. De hecho, los principales índices de Europa han dejado atrás las cifras positivas y se apuntan pérdidas en el año.
¿El apoyo de los bajistas? China, que fue la excusa la perfecta para caer al presentar un PMI manufacturero por debajo de 50 puntos, lo que indica contracción. De ese modo, la actividad del sector industrial de China se contrajo en enero por primera vez en seis meses al caer hasta los a 49,6 puntos, desde los 50,5 puntos de diciembre.
Además, Argentina también se encargó de calentar los ánimos, ya que la devaluación de su moneda desató las alarmas a nivel mundial.
España no ha sido una excepción. El Ibex 35 perdió el viernes prácticamente todo lo conseguido desde que comenzó el año -fue uno de los más penalizados de la eurozona- y si la semana pasada logró coronar los 10.500 puntos, ahora tiene que conformarse con luchar para reconquistar el 10.000, ya que en las últimas cinco sesiones ha retrocedido un 5,7% -la mayor caída semanal desde septiembre de 2012-, hasta cerrar en los 9.868,9 puntos, siendo el más bajista de Europa. Una penalización que ha llevado al índice español a situarse en terreno negativo en el año, con una bajada del 0,5%.
En este punto, perdidos los 10.000, el siguiente soporte a vigilar para Joan Cabrero, analista de Ágora Asesores Financieros, se sitúa en los 9.250 puntos, nivel del que el Ibex se encuentra a un 6,7% de distancia. "Todo apunta a que las caídas, rebotes al margen, todavía podrían tener continuidad en próximas fechas por lo que no estamos por la labor de buscar incorporación en bolsa en estos momentos", indica Cabrero. De hecho, esta semana el equipo de analistas de Ecotrader ha reducido su exposición a renta variable, desde un 44 a un 38%.
Jaime Díez, analista de XTB, señala también que "desde el punto de vista técnico, la corrección continuará aunque de manera más pausada y lateral buscando mínimos en la zona de 9.650-9.800 puntos. En la parte alta, ya existen más referencias que complicarán la vuelta a los 10.550 y su superación la aplazamos para mitad de febrero".
Pero la ralentización del gigante asiático no fue lo único que movió al mercado. El terremoto que han sufrido las divisas de los países emergentes a raíz del desplome vivido por el peso argentino que en las dos últimas sesiones llegó a caer un 16%, afectó a varias compañías españolas que presentan una elevada exposición a Latinoamérica, como Banco Santander, Mapfre o BBVA (que también estuvo penalizado por el desplome de la lira turca al tener una participación del 24,9% de Garanti Bank). Precisamente, las dos últimas (Mapfre y BBVA) se situaron entre las más bajistas en el balance semanal, con caídas del 10,3 y 8,9%, respectivamente. Junto a FCC, que perdió un 9,4%.
Quién tampoco ha escapado a las ventas ha sido Repsol, ya que podría convertirse en uno de los mayores tenedores de deuda argentina si acepta la indemnización del país por la expropiación de YPF de 5.000 millones de dólares en bonos del Estado, por lo que cayó un % semanal.
La fuga de capitales vivida en América Latina el viernes sembró el pánico generalizado en el resto del mundo, hasta el punto de que ni una sola bolsa en Europa ha cerrado en positivo en el balance semanal. Siguiendo al Ibex 35 se han situado el EuroStoxx 50, que ha perdido un 4%; el Cac francés, con un descenso del 3,8%; el Dax alemán, que ha retrocedido un 3,6%; el Ftse Mib italiano, con una caída del 3,06%; y el Ftse 100 británico, que ha sido el menos afectado al perder un 2,4%.
Y si en Europa las principales bolsas han cedido de media un 3,8%, en Estados Unidos no ha sido distinto. Los principales índices estadounidenses también han retrocedido de media un 2,3% en los últimos cinco días al cierre europeo.
La deuda se resiente
La prima de riesgo española por su parte, también se ha resentido y ha subido 18 puntos básicos en la semana, hasta los 214 puntos, con la rentabilidad del bono español a 10 años en el 3,796%. Una semana en la que el Tesoro ha colocado 10.000 millones en la mayor emisión sindicada de su historia con una demanda récord.
El Ibex 35 se desplomó el 3 64%
