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Ministro Economía cifra 3.000 millones dólares pérdidas directas

Javier Martín.

Beirut, 10 ago (EFECOM).- El ministro libanés de Economía y Comercio, Samir Hadad, cifró hoy en 3.000 millones de dólares (unos 2.345 millones de euros) las perdidas directas causadas por la guerra entre el grupo chií Hizbula e Israel, y acusó a este país de perseguir, en realidad, el colapso total del Líbano.

En una entrevista concedida a Efe en Beirut, el ministro trazó un panorama desolador sobre la situación actual y advirtió que aún puede empeorar hasta extremos impensables si no se detiene de forma inmediata el conflicto.

"Las perdidas directas son muy elevadas. De miles de millones de dólares. Hemos perdido la temporada turística, que se prometía muy fructífera, se han echado a perder las cosechas, nos han destruido fabricas, carreteras, puentes y otras infraestructuras", enumeró.

"No hemos podido evaluar aún los daños en otros puntos del país, pero le puedo decir que las pérdidas directas superan los 3.000 millones de dólares, lo que representa un 15 por ciento de nuestro Producto Interior Bruto", aseguró.

Hadad resaltó, no obstante, que ésta es "una sola parte del problema".

"Lo peor son la cantidad de oportunidades que se han perdido. Los numerosos inversores que se han marchado. Líbano no tiene recursos energéticos. Ni siquiera una agricultura potente. Nuestro poder es la mano de obra. Si los libaneses abandonan, este país está perdido", indicó.

La economía del Líbano se cimenta en la industria del turismo, el comercio a gran escala y la rentabilidad del dinero que transita por sus bancos, intermediarios de las grandes entidades bancarias de Oriente Medio.

Su agricultura, de tipo mediterráneo, supone el 12 por ciento de su PIB y posee industria textil y refinerías de petróleo.

El sector servicios, con el comercio como principal actividad, genera el 67 por ciento del PIB, mientras que la balanza comercial es muy deficitaria debido a los vaivenes políticos.

El ministro denunció que todo forma parte de un complot urdido por Israel, país que detrás la lucha contra Hizbula esconde un plan más ambicioso destinado a paralizar la sociedad civil y la economía libanesa.

"Le voy a dar un ejemplo. Los aviones israelíes han bombardeado fábricas de leche, de alimentos. ¿Cuál es el valor estratégico de destruir un fábrica? Su intención es clara: aniquilar el país", aseveró.

Hadad dijo no entender, asimismo, la postura que ha adoptado Estados Unidos.

"Han alabado durante años nuestra democracia y han respaldado al nuevo Gobierno tras los incidentes de los últimos años. ¿Qué más podemos darles? ¿Es esta la forma de apoyar al (primer ministro libanés, Fuad) Siniora?".

Preguntado sobre su visión del futuro a corto plazo, el ministro alertó de que si la guerra prosigue durante semanas "el Líbano retrocederá a la edad de piedra".

"La ayuda que recibimos de fuera es importante y espoleará la reconstrucción. Tenemos experiencia en reconstruir. Hemos levantado el país después de una larga guerra, pero, como ya le dije, si no logramos recuperar la ilusión y la inversión libanesa, todo será baldío", detalló.

Hasta la fecha, el Líbano ha recibido donaciones para la reconstrucción procedentes de varios países, en especial de Arabia Saudí y Kuwait, que han aportado 500 y 300 millones de dólares respectivamente para las obras más inmediatas.

El Gobierno de Riad ha destinado, además, un fondo de unos mil millones de dólares para necesidades futuras.

"Hemos creado un fondo independiente para utilizar todo este dinero de una forma transparente y reconstruir así el país. Pero le insisto, necesitamos la confianza del inversor libanés", reiteró.

Hamad confirmó que la situación de la gasolina y el combustible es "muy mala", sobre todo porque aunque se abastezca por mar, después no se puede distribuir por el país al estar destruida toda la red de carreteras.

"Existen dos problemas: uno, la destrucción de las vías de comunicación; dos, que los barcos exigen seguros de guerra para atracar en nuestros puertos. No se fían de los israelíes. Quieren que las compañías aseguren la carga y es muy caro ¿Quién lo paga?", explicó.

"Sí, quizá si la destrucción del Líbano perjudicara la economía de todo Oriente Medio, la guerra habría sido parada con antelación", apostilló. EFECOM

jm/pvr

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