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Simeone y Grifols, las gotas de sangre que nunca se pierden

La leyenda del pupas del Atlético de Madrid la fomentó Vicente Calderón tras el gol de Schwarzenbeck en el minuto 119 de la prórroga en de la final de la Copa de Europa frente al Bayern de Munich. José Eulogio Garate siempre ha dicho que de haber ganado esa final "el Atlético hubiese sido en Europa algo muy importante". Tras aquella derrota cambió la historia del equipo colchonero que hasta finales de los setenta disputaba con el Barcelona la segunda posición en el ranking de Ligas ganadas. La herida del Atlético se hizo tan grande que incluso le llevó a los dos años del infierno en Segunda.

Hacía falta que regresara Caballo Loco para cambiar la historia como en Little Big Horn, derrotar al general Custer, y reivindicar que "las tierras de cada tribu están donde yacen sus muertos". Ese Caballo Loco que ha devuelto la sangre a los atléticos después de sufrir la permanente pérdida de su identidad (Torres, Agüero, Forlán y Falcao) es Diego Pablo Simeone. Al autor del gol de la liga del doblete de pequeño le regalaron un fuerte, pero sus indios jugaban al fútbol y ganaban a los vaqueros.

Simeone cogió hace dos años un equipo destrozado que había sido campeón de la Europa League y consiguió repetir hazaña, dos copas del Rey y una Súper Copa de Europa... Aunque lo más grande puede estar por llegar. Simeone ha instaurado la filosofía del partido a partido, como ya hizo en Argentina con Estudiantes de la Plata y River (el rojiblanco siempre en la camiseta). El Cholo no da una gota de sangre por perdida, como Víctor Grifols.

El actual presidente de esta empresa catalana que extrae proteínas de la sangre ha conseguido que la firma que fundara en los cuarenta su abuelo, de la que se decía que eran los vampiros de Sarrià, se ha convertido en líder mundial en la fabricación industrial de plasma. Fiel a la filosofía de Julio César de "mientras me quede algo por hacer, no habré hecho nada", Grifols logró a mediados de los noventa licencia de la FDA para su albúmina o la inmunoglobulina. Luego llegaron las compras en EEUU de Seracare, Plasmacare, Talecris y este año la división de diagnóstico de Novartis. Grifols no se arrugó cuando se frustró su primera salida a bolsa en 2002 (hoy su valor se ha multiplicado por 8) y defiende que cuando se llegue a ese río ya procuraremos un puente. Como dice Simeone "si nos detenemos a mirar lo que hacemos, peligro. La historia está para verla cuando uno está grande, está viejo".

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