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S&P no mejorará el rating de España en los próximos dos años

El pasado 29 de noviembre, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's elevaba la perspectiva del rating de la deuda española, pasando así este de negativo a estable. La mejora de la situación económica del país gracias a las reformas estructurales y presupuestarias llevadas a cabo por el Gobierno así como la mejora de la posición exterior de la economía española e incluso el crecimiento gradual mostrado eran las claves a las que la agencia estadounidense aludía para seguir los pasos dados previamente por Fitch y Moody's, que previamente habían mejorado la perspectiva de la deuda del país.

La noticia fue recibida con optimismo por inversores y analistas. Sin embargo, esta mejora no traía consigo un cambio del rating soberano del país. Ni parece que la vaya a la traer en el corto plazo.

Así lo afirman desde la propia agencia. Marko Mrsnik, director de evaluación de bonos soberanos europeos, señala a este respecto que "los altos niveles de endeudamiento de la economía española impiden subir el rating de España de cara a los siguientes ejercicios. Debería haber una reducción del endeudamiento para que haya una mejora en este sentido".

Las medidas tomadas van en la buena dirección pero, según señalaba el propio experto en la presentación del informe sobre perspectivas para empresas no financieras en 2014 presentado ayer por S&P, se debe seguir en la misma dirección -implementando las reformas estructurales por parte del Gobierno, manteniendo el ritmo actual de consolidación presupuestaria y corrigiendo los desequilibrios externos- para que se produzca ese cambio de rating.

En ella se aludió a la mejora de las perspectivas de crecimiento que hay sobre la economía española (la agencia ha elevado hasta el 0,8% su estimación de aumento del PIB para 2014 y hasta el 1,2% para 2015) y sobre como esta leve mejora va a tardar en transmitirse a la tasa de paro del país.

Y es que, según afirmó el propio experto, el mayor crecimiento estimado para España en los próximos años no va a tener reflejo en durante los siguientes ejercicios en la tasa de paro, que seguirá siendo elevada: 26,4% en 2014.

Un hecho que responde a una recuperación "incompleta" aún en muchos países de Europa (además de España), algo que está provocando que se evidencien aún más las diferencias entre Norte y Sur en el Viejo Continente -la brecha en lo referente a la rentabilidad media ofrecida por los países de una y otra zona es cada vez más elevada- y que haya una pérdida de competitividad europea respecto a las firmas estadounidenses.

En lo referente a la financiación de PYMES, Marko Mrsnik afirmaba que "el Banco Central Europeo (BCE) debería tomar medidas que mejoren el acceso a la banca de las empresas continentales" por que hasta ahora las entidades financieras están más pendientes de cumplir con los requisitos de solvencia impuestos que de proporcionar dinero a la economía real. Y es que para los expertos de S&P los bancos actualmente prefieren prestar dinero al Estado que a la economía real gracias a la poca eficacia de los mecanismos de transmisión de la política monetaria.

Este hecho, unido al tapering (el fin de los estímulos financieros por parte de l Fed) y a la brecha existente en el ámbito de los costes de energía entre EEUU y Europa a raíz de la mayor explotación del shale gas en el país norteamericano son algunos de los riesgos que desde la agencia de calificación crediticia.

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