Doce subastas, en doce meses. Trabajo hecho. El Tesoro Público español finalizó ayer su última colocación de letras a un año, los títulos soberanos a corto plazo más populares. El organismo emisor no pudo poner un broche de oro a un año en el que los costes de financiación se han reducido considerablemente.
Pero pese al repunte en el precio que asumió por colocar esta deuda, España logra acabar 2013 con un descenso del 57% en la rentabilidad media pagada por las letras a 12 meses, frente al interés desembolsado el año pasado.
Ayer el Tesoro captó casi 4.539 millones de euros a través de letras a 6 y 12 meses. En este último papel la rentabilidad escaló hasta el 0,883% tras dos meses consecutivos de caídas. No consiguió rubricar, por tanto, el récord que firmó en noviembre, cuando el rendimiento medio se relajó hasta el 0,674% después de la última rebaja de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE).
En cualquier caso, estos intereses nada tienen que ver con lo que España ofrecía a los inversores en 2012 por financiarse a un año vista. En los momentos de mayor tensión, el Tesoro llegó a pagar más de un 5% por títulos a 12 meses, algo que hace meses ni siquiera paga ya por deuda a una década. El año pasado, las letras a 12 meses tuvieron un coste medio del 2,84%, mientras que en 2013 este precio se ha recortado hasta el 1,22%.
Sin competencia al depósito
Uno de los activos que tradicionalmente compite con las letras del Tesoro a 12 meses es el depósito. Los plazos fijos que las entidades financieras ofrecen a este mismo vencimiento también se han vuelto menos atractivos para el inversor a lo largo del año. No obstante, el interés de los depósitos se ha contraído menos, un 35% respecto a la media del año pasado, y continúa por encima de la deuda del Estado -de media los bancos ofrecen en España un 1,55%-.
Así, las letras han dejado de competir tan directamente con los depósitos, mientras que el año pasado sí que dieron más interés entre los meses de mayo y agosto.