Bolsa, mercados y cotizaciones

China quiere ser el 'caballo ganador' en la carrera de 2014

  • El mercado aún no ha compensado la robustez de la economía con subidas

Se acerca el final de año y muchos inversores reflexionan sobre la mejor manera de posicionar sus carteras de cara a 2014. Es bien sabido que la asignación de activos entre distintas clases -en contraposición a la pura selección de valores- es responsable de más de un 70/80% de la rentabilidad del patrimonio y, por ello, merece una dedicación acorde.

El mercado parece seguir incitando a la toma de riesgo. Los tipos siguen artificialmente bajos gracias a la actividad de los bancos centrales y la deuda pública ofrece rentabilidades insuficientes en un entorno de relativa tranquilidad -¿será éste el año de la gran caída en los bonos?-. La renta fija privada, por su parte, tampoco resulta especialmente atractiva en términos agregados. Los diferenciales de crédito se han reducido dramáticamente en los últimos trimestres y el binomio rentabilidad esperada/riesgo invita a la cautela.

En este contexto, y dejando a un lado la inversión alternativa -a la que el inversor de a pie tiene un acceso mucho más restringido-, es comprensible que mucho capital siga migrando hacia la renta variable. La recuperación económica a nivel global sigue su curso y los riesgos de carácter sistémico parecen cada vez más lejanos. Ahora bien, hay que recordar que muchas bolsas acumulan ya importantes subidas y la expansión vía múltiplos nos ha llevado a niveles en muchos casos difícilmente justificables por fundamentales. Por eso, es importante equilibrar las carteras e incidir en aquellas áreas con mayor potencial de revalorización y crecimiento.

Puede que China sea la solución

Y puede que China sea una solución. El mercado chino entendido en sentido amplio (es decir, incluyendo la bolsa de Hong Kong y también las compañías chinas que cotizan a nivel internacional), es uno de los mayores del mundo, tanto por capitalización bursátil como por número de compañías cotizadas. Es verdad que el principal mercado chino y el más atractivo, que es el de acciones clase A, está todavía mayoritariamente reservado a inversores domésticos, pero también que el gobierno chino avanza hacia la liberalización con paso firme. De hecho, el sistema de cuotas QFII -o Qualified Foreign Institutional Investor-, a través del cual los reguladores permiten el acceso al mercado doméstico a algunas instituciones internacionales, es cada vez más amplio.

Por otra parte, existen varios mercados perfectamente accesibles para cualquier inversor que esté interesado en tomar riesgo en el país. Muchas compañías chinas cotizan en mercados occidentalizados de libre acceso como Hong Kong (acciones clase H y Red Chips), Singapur (clase S) o EEUU (ADRs) entre otros. Incluso existe un mercado, el de acciones clase B, que permite a inversores internacionales operar directamente en la China continental. Sin embargo, en él cotiza un paquete de acciones que son menos líquidas y, por tanto, menos atractivas a priori.

Pero ¿es un buen momento para entrar en el gigante asiático? Probablemente sí lo es. Su economía sigue creciendo en su transición hacia el consumo interno, pero el mercado no ha recompensado todavía esa robustez con subidas. Han pesado demasiado hasta ahora los miedos a que el agujero que probablemente existe en el sistema financiero derive en una crisis de tipo sistémico. Si las dudas se disipan, podría haber un rally generalizado. Además, el mercado chino sigue siendo bastante idiosincrático, con lo que su inclusión en cualquier cartera añade valor por la vía de la diversificación. El 31 de enero de 2014, con su particular cambio de calendario, comienza en China el año del Caballo. Procuremos cerrar la verja antes de que se nos escape.

Blas Guerra, miembro de CFA Spain.

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