Si la semana empezó con signos positivos para las principales plazas del Viejo Continente, fueron las ventas las que se apoderaron de las bolsas europeas y provocaron que la sesión cerrase teñida de rojo.
En este contexto, el Ibex 35 protagonizó una de las mayores caídas en Europa al ceder un 1,57% y situarse en los 9.629,8 puntos, la zona más baja desde que el selectivo español conquistó los 10.000 puntos el pasado mes de octubre. Desde los máximos del año el índice se deja en torno al 4%.
La mayor caída en la sesión fue la firmada por Sacyr, que se dejó un 7,87% -no cedía tanto desde septiembre de 2012-, hasta los 3,51 euros, niveles del mes de septiembre de este año. Un día en el que el revuelo sobre un posible cambio en el accionariado de Repsol podría poner en peligro el pago del dividendo de la petrolera, de la que Sacyr posee alrededor de un 9% y mediante el cual paga los intereses de su deuda.
Además, es el valor que más ha cedido desde que el Ibex alcanzó los 10.000, ya que cae en torno a un 14% desde esa fecha. Aún así, se mantiene como el valor con mejor comportamiento en el ejercicio, al repuntar un 123,35% y es uno de los dos valores del Ibex 35 (junto con Ferrovial) que cuenta con la confianza del consenso de mercado que recoge FactSet al poseer una recomendación de compra para sus títulos.
En un día en el que se publicó el índice de confianza alemán ZEW, que marcó su nivel más alto en cuatro años al situarse en los 54,6 puntos, en el resto de los principales índices europeos las caídas también estuvieron por encima del punto porcentual. La excepción fue el Dax alemán, que se dejó un 0,35%, por lo que no pudo renovar sus máximos.
En Estados Unidos la tendencia de los inversores era positiva. Así, por segunda jornada consecutiva, el Dow Jones llegaba a la media sesión por encima de los 16.000 puntos -barrera que cruzó el lunes por primera vez en su historia-, al repuntar un 0,19% y el S&P 500 repuntaba un 0,05%.
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