A pesar de que la banca remunera el ahorro con intereses que no superan el 1,75 por ciento en la mayoría de los casos, a la hora de conceder préstamos personales el tipo de interés mínimo aplicado no baja del 9 por ciento y, en el peor de los casos, llega a superar el 15 por ciento. Ni siquiera el recorte de tipos al 0,25 por ciento del BCE hace augurar mejoras de acceso al crédito del particular.
Pagar en efectivo el coche más popular de octubre, el Renault Megane, es una opción que está a la altura de pocos bolsillos. Ni siquiera ahora que, por primera vez en tres años, las matriculaciones han arrojado un resultado positivo en el acumulado del ejercicio, según publicó esta semana la patronal de fabricantes (Anfac) y concesionarios (Ganvan y Faconauto). Sin perder de vista que las ayudas públicas del Gobierno interfieren en la fotografía que arroja este dato, ya hay quien habla de una leve mejoría en el consumo interno. Pero lo cierto es que los 11.600 euros que cuesta el Megane más básico no los tiene a mano cualquiera y los intereses que cobra la banca por la concesión de préstamos personales pueden superar, en el peor de los casos, hasta el 15 por ciento.
Para que se haga una idea, la diferencia de pedir 11.600 euros a un banco u otro puede ser de hasta 2.200 euros en concepto de intereses y comisiones. En concreto, de las seis principales entidades que operan en el mercado español, la opción más cara es la que ofrece el Santander. En términos generales, el banco que preside Emilio Botín establece un tipo de interés estándar para sus préstamos personales del 15,5 por ciento (modificable en función de las características del cliente). Si éste, además, quiere solicitar un periodo de carencia, que en ningún caso podrá superar los dos meses, el interés exigido se eleva hasta el 16,25 por ciento. Por seguir con el ejemplo del Megane, suponiendo que el cliente amortiza el préstamo en cinco años y paga 12 cuotas al año, el importe total a pagar por el cliente (entre intereses y comisiones) asciende a 17.060 euros, es decir, 5.460 euros más de lo pedido inicialmente.
Se trata de una cuantía significativa si se tiene en cuenta que la banca remunera el ahorro a un año -a través de plazos fijos- con un interés medio del 1,66 por ciento, que previsiblemente seguirá cayendo tras la rebaja en los tipos de interés efectuada por Mario Draghi el jueves, hasta el 0,25 por ciento. Aunque el presidente del BCE hizo hincapié en que su decisión contribuirá a impulsar el crédito, la opinión más generalizada entre los expertos es que ni siquiera el hecho de que el precio del dinero se sitúe en mínimos históricos será capaz de mejorar las condiciones de acceso al crédito a los particulares.

Dónde sale más barato
A día de hoy, la realidad es que el interés más bajo exigido por la banca a cambio de la concesión de un préstamo personal no baja del 9 por ciento. De todos, el banco con el interés menos elevado es Bankia, un 9,37 por ciento. Sin embargo, la comisión de apertura del 2 por ciento, con un mínimo de 120 euros, hace que pase a ser la segunda opción más asequible para el particular. La primera es la de La Caixa. Su ausencia de comisión de apertura y tipo aplicado, al 9,9 por ciento, hacen que pedir 11.600 euros y amortizarlos en cinco años se conviertan al final en el pago de 14.754 euros, es decir, 3.154 euros más sólo en intereses. Si se compara con la alternativa de Bankia, el ahorro es de 51 euros -ningún ejemplo tiene en cuenta la amortización anticipada-.
La tercera opción más asequible para estrenar un Megane es la de BBVA. Con una cuota de 249 euros al mes, el cliente que se decante por la entidad estará asumiendo un interés del 10,37 por ciento y una comisión de apertura del 2 por ciento. ¿En total? Por 11.600 euros, el resultado es que pagará al final 15.147 euros -3.547 euros más-.
La escena se repite con el resto de entidades. Y aún así, según los últimos datos facilitados por el Banco de España (BdE), las entidades financieras que operan en España concedieron préstamos al consumo por valor de 9.977 millones de euros durante los nueves primeros meses del año, lo que implica un 4,55 por ciento más que en el mismo periodo de 2012. Aunque es un pequeño viso de mejora, lo cierto es que aún queda un largo camino por delante donde los intereses que cobra la banca por prestar dinero no ayudan en absoluto.
Por ejemplo, Sabadell exige un 11,5 por ciento (aplicable a clientes con nómina) a cambio de conceder su préstamo. Con una comisión de apertura del 2 por ciento (con un mínimo de 50 euros), el cliente pagará una cuota mensual de 255 euros mensuales para estrenar vehículo, que se transformará en 15.539 euros al término del préstamo, es decir, 3.900 euros más de los 11.600 iniciales. Lo mismo ocurre con el Popular. Aplica un tipo de interés del 12 por ciento y una comisión de apertura que oscila entre el 1 y 3 por ciento. Suponiendo que ésta se sitúa en el 1,5 por ciento, el coste de los intereses y la comisión será de 4.056 euros.