Nueva York, 7 ago (EFECOM).- La bolsa de Nueva York anotaba una moderada tendencia a la baja en la apertura de hoy, a raíz del nerviosismo que generaba la nueva escalada del precio del crudo y en espera de la reunión que celebrará mañana la Reserva Federal (Fed).
Cincuenta minutos después de la apertura, el promedio Dow Jones de Industriales, el más importante de Wall Street, anotaba una bajada de 18,97 puntos, o un 0,17 por ciento, hasta las 11.221,38 unidades, tras perder el viernes 2,24 puntos.
El mercado tecnológico Nasdaq registraba a esa hora una caída de 10,58 puntos, o un 0,51 por ciento, a 2.074,47 unidades, después del descenso de 7,29 puntos de la sesión pasada.
El selectivo S&P 500 retrocedía 2,63 puntos, o un 0,21 por ciento, hasta las 1.276,73 unidades, tras la bajada de 0,91 puntos del viernes.
Por su parte, el tradicional NYSE perdía 24,43 puntos, o un 0,3 por ciento, hasta las 8.246,49 unidades.
A esta hora, el mercado tradicional NYSE movía un total de 300 millones de acciones y el Nasdaq 329 millones.
De las empresas contratadas en el mercado neoyorquino, 1.059 subían, 1.791 bajaban y 169 se mantenían sin cambios.
En el mercado secundario de deuda, las obligaciones a diez años registraban un leve descenso en los precios a raíz de una menor probabilidad de que se produzcan nuevas subidas de tipos de interés, de manera que la rentabilidad -que se mueve en sentido inverso- subía hasta el 4,91 por ciento, desde el 4,9 del cierre del viernes.
En la mañana de hoy, el barril de petróleo tipo Texas para entrega en septiembre se negociaba a 76,4 dólares, 1,64 dólares o un 2,19 por ciento por encima del cierre del viernes, lo que preocupaba a los inversores y afectaba el rendimiento de las bolsas.
La compañía British Petroleum (BP) informó hoy en un comunicado de que inició el cierre del mayor pozo petrolífero de EEUU, situado en Alaska, tras descubrir una gran corrosión y un pequeño derrame en uno de los oleoductos.
"El cierre del campo llevará varios días", indicó la empresa, que adelantó que dejará de producir unos 400.000 barriles de crudo diarios, alrededor del 8 por ciento del petróleo que se consume cada día en EEUU.
A esto se sumaba el nerviosismo de los inversores a la espera de la reunión de mañana de la Fed, en la que se decidirá el futuro de los tipos de interés.
El viernes, el gobierno de EEUU informó de que el desempleo se elevó en julio al 4,8 por ciento, desde el 4,6 por ciento en junio, por encima de las previsiones de los analistas, que calculaban que la tasa de paro se mantendría estable.
En tanto, el mes pasado se crearon 113.000 trabajos no agrícolas, mucho menos que los 145.000 que esperaban los analistas y menos también que los 124.000 del mes anterior.
Un mercado laboral débil indica que la economía no crece con la fuerza suficiente como para generar presiones inflacionarias significativas, lo que da espacio para que las autoridades sean algo menos rígidas en su política de ajuste monetario.
Al analizar el comportamiento del mercado de bonos, se calcula que la probabilidad que ve el mercado de que se decrete una nueva subida de tipos la próxima semana es hoy de un 19 por ciento, menos que el 22 por ciento del cierre del viernes pasado.
Sin embargo, algunos analistas se preguntan si la desaceleración económica es muy fuerte, lo que podría afectar a los beneficios empresariales.
Asimismo, el hecho de que se dé casi por hecho el que los tipos permanecerán sin cambios hace que algunos crean que de confirmarse la noticia no tendría un gran efecto en los mercados. EFECOM
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