Consciente de que las advertencias de la CNMV sobre la emisión de Zinkia dificultarán que culmine con el éxito deseado, José María Castillejo, su presidente, asegura tener otras vías de financiación sobre la mesa para la creadora de Pocoyó, que ya es la marca número 50 en el mundo por visitas en Youtube
Bajo un semblante de aparente calma, José María Castillejo, presidente de Zinkia y accionista mayoritario, no oculta en ningún momento su preocupación por la polémica que ha desatado en el mercado su emisión de bonos al 11% sobre la que la CNMV ha hecho varias advertencias. Después de que se haya cuestionado la propia supervivencia del grupo, que "hoy es cinco veces más grande que cuando salió a bolsa", Castillejo explica que se ha confundido el enfoque. "La viabilidad de Zinkia no está en discusión. Lo único que tiene es un cierre total de acceso a la financiación".
¿Qué expectativas tiene de que la emisión se cierre con éxito y con sobresuscripción?
La confianza es baja, porque las informaciones que han ido saliendo indudablemente han paralizado a los inversores. Tenemos suscripciones, pero estamos bastante lejos de una sobresuscripción.
Si Zinkia no alcanzase los 7,8 millones de la emisión actual, ¿qué consecuencias tendría para la compañía?
Tenemos alternativas. Las vías de financiación están cerradas completamente para las pequeñas empresas y nosotros, en la búsqueda de alternativas, encontramos la de los bonos. Pero está generando mucha desconfianza y eso va a hacer que, probablemente, tampoco sea una vía de financiación viable para Zinkia.
¿Una de las alternativas podría ser la entrada de fondos especulativos o capital riesgo?
Son vías que están en negociación. También estamos trabajando en la firma de contratos internacionales, que podrían alcanzarse antes de final de año y convertirse en una alternativa a los bonos. Para nosotros lo esencial es poder financiarnos con nuestros clientes. Aunque ciertos banqueros dicen que el dinero sobra por todas partes, la realidad es que a la pyme no está llegando.
¿La última alternativa sería la entrada de un nuevo inversor?
Esa es otra alternativa más, pero estoy en la obligación de proteger los intereses de los accionistas y agotar otras vías antes de proponer una dilución. Zinkia no tiene problemas de capital, tiene más de 10 millones de euros en fondos propios, por lo que no necesitamos ampliar capital. Se está poniendo en duda el futuro del grupo y se ha confundido el enfoque porque la viabilidad de Zinkia no está en discusión. Pocoyó es número uno mundial en audiencias digitales para el público al que vamos dirigidos. No creo que alguien piense que eso implica la muerte de la compañía, lo que tiene Zinkia es un cierre total de acceso a la financiación.
¿Ha acudido alguna gran productora al rescate?
Han venido varias veces. La realidad del mercado es que está lleno de oportunistas. Mientras a las pymes se las estrangula sin liquidez, hay otros que están inundados de ella en busca de oportunidades. Y nosotros tenemos una marca que es una oportunidad.
¿Cuál es el mensaje para el bonista que acudió a la anterior emisión al 9,75% que hoy tenga recelo de que Zinkia no alcance la financiación necesaria?
Si llegamos al extremo de no poder financiarnos tendremos que renegociar condiciones y sentarnos a hablar. La tranquilidad es que el negocio que Zinkia tiene por delante es sensacional.
¿Qué parte de culpa tiene la CNMV de lo que le ocurre a la compañía?
Quiero mostrar mi total y absoluto respeto hacia la CNMV. Está cumpliendo con su obligación y lo está haciendo de la mejor manera posible. En mi opinión, su visión es parcial, porque compara el mejor semestre de la historia de Zinkia con un semestre muy normal. Nosotros siempre damos previsiones anuales y la CNMV es consciente de los contratos que tenemos en proceso de negociación. Porque de no serlo, seguramente nos hubiera obligado a modificar las previsiones, cosa que no ha hecho.
¿La situación actual de Zinkia es mejor que la de hace tres años?, ¿qué sentido tiene pagar por el bono actual más que en 2010?
Muchísimo mejor (risas). Pagamos más porque no hay demanda. La prueba es que al 11% estamos teniendo dificultades. Pero tenemos margen para pagar esa cantidad, porque el negocio tiene gran rentabilidad y una marca de tamaño gigante a nivel mundial. Se ve muchas más veces Pocoyó que El Quijote... Aproximadamente se ven siete capítulos por minuto de Pocoyó en Youtube, ¿crees que hay siete personas por segundo leyendo El Quijote en el mundo?
¿Por qué se ha descartado la salida al MARF?
Porque el MARF se aprobó hace dos semanas y esta emisión estaba pendiente de aprobación desde hace más tiempo. Además, en un primer momento se hablaba de emisiones mínimas de 25 millones y nosotros no necesitábamos tanto. Y lo último es que el MARF va destinado a los institucionales, que no encuentran ventajas para invertir en emisiones de tamaño reducido. No descartamos entrar, pero no hemos detectado ningún interés por parte de los institucionales.
¿Cómo interpretar la salida del consejo de Juan José Güemes?
Güemes es una persona muy sincera. Ha salido de Zinkia por un tema personal. Se ha marchado con las cuentas firmadas, auditadas y revisadas en varias ocasiones por la CNMV. No hay nada que esté pasando de lo que no esté enterado.
¿Cuál es el endeudamiento real de Zinkia?
En las previsiones anuales fijamos en 14 millones el ebitda, lo que implica un ratio deuda/ebitda de una vez. Es verdad que a veces hemos fallado en el cumplimiento de algunas previsiones, pero Zinkia las hizo a cinco años, en 2009, antes de la tormenta perfecta que nadie preveía. Y aún así hemos multiplicado por cinco nuestro tamaño. El grupo es mucho más grande que cuando salió a bolsa y tiene un negocio infinitamente más consolidado. Por ejemplo, hace ocho meses ganamos un concurso en EEUU para ser la marca que lleve el inglés a todos los colegios americanos de habla hispana. Y en Youtube, Pocoyó es la marca número 50 en cuanto a minutos de vídeo consumidos de todas las marcas a nivel mundial.
En 2011, los derechos de explotación de Pocoyó estaban al 20%, ¿en qué estado se encuentran ahora?
Desde el momento que recuperamos los derechos comerciales en abril de 2011, hasta que se refleje en el mercado, pueden pasar cuatro o cinco años. Es un mercado que tiene que tirar a largo plazo. Aún así, no hay correlación entre las audiencias que tiene Pocoyó y el ingreso por licencia. El negocio de las licencias llegará. De hecho, ya lo estamos viendo y esperamos dar noticias al mercado, antes de que acabe el año, que lo demuestren. Y algunas van a ser sorprendentes.
La CNMV alerta de la sobreexposición de Zinkia a la marca Pocoyó, ¿cómo piensa seguir impulsándola?
En un mercado como el actual en el que el consumidor limita al máximo sus gastos, tenemos que concentrarnos en la marca que sabemos que al consumidor le gusta y esa es Pocoyó. Maximizando este negocio minimizamos el riesgo de la compañía. Desarrollar ahora nuevas marcas, que no sabemos si al público le gustarán o no, es un riesgo altísimo que no es momento de correr. Pocoyó tiene un largo camino por delante, las audiencias van creciendo y la marca es número uno a nivel mundial en el ámbito de preescolar.
¿Se ha planteado cambiar el nombre de Zinkia y llamarla Pocoyó?
No. La vocación de Zinkia no es ser solamente Pocoyó, lo que pasa es que ahora es lo más potente que tenemos. Aún así nunca hemos dicho ni diremos que Pocoyó vaya a ser la única marca.