Describe el proyecto con el mismo entusiasmo con el que se habla de un hijo que acaba de nacer. Con más de 20 años de experiencia en el mercado oficial de renta fija (AIAF), Gonzalo Gómez Retuerto es el director gerente del mercado alternativo de renta fija (MARF), es decir, uno de los padres de la nueva iniciativa para la financiación gestada en un tiempo récord de diez meses. Orgulloso, resalta la labor del equipo de BME y el apoyo del Gobierno mientras hablamos con él de los primeros pasos del MARF tras sus pocas semanas de vida.
Una vez abierto, ¿andará solo pronto? ¿Veremos la primera emisión este año?
Hay niños que empiezan a andar al año y otros tardan más (explica empleando el símil). No lo descarto este año, pero es complicado. Hay muchos agentes del mercado hablando con compañías y muchas están en un grado alto de maduración en cuanto a la documentación. Pero quedan pocas semanas porque diciembre es un mes casi inhábil en los mercados, en el que es difícil cerrar una operación. Hay bastantes expedientes de asesores y miembros del mercado y estamos tramitando las solicitudes. En los próximos días (asegura que antes de que acabe octubre) vamos a ir aprobándolos y publicándolos paulatinamente. A partir de ahí vendrán las emisiones. Nos consta, además, que visitarán a empresas para explicarles el MARF, harán de caja de resonancia.
Las comparaciones son odiosas, pero es inevitable pensar en uno de sus hermanos, el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y en el poco capital que ha captado.
Es un mercado joven y no se puede medir solo por el número de compañías. Hay un trabajo muy importante de acercar los mercados de capitales a empresas que no tenían acceso. Los activos de renta variable y renta fija son complementarios. Hay compañías del MAB que a lo mejor han llegado a sus límites de volumen de emisión en renta variable y pueden optar ahora por emitir renta fija, que es un producto adicional. Y puede haber compañías en MARF que luego se planteen la renta variable.
¿Las empresas del MAB encajan en MARF?
Pudieran encajar. Pero no solo las del MAB. Las que ya están en ese mercado están habituadas a publicar información y, por lo tanto, el salto hacia renta fija tampoco debe ser muy complicado. Pero hay otras empresas que a lo mejor no quieren estar en renta variable y optan por la renta fija directamente.
Zinkia, cotizada del MAB, ha emitido al 11 % con una advertencia de la CNMV. ¿Qué papel tendrá el supervisor en este mercado?
Tiene un papel muy importante en la génesis del MARF, pero no hace falta que los emisores inscriban un registro en la CNMV como en el mercado oficial. Eso se sustituye por un documento de incorporación inscrito directamente en mercado. En ese documento se tiene que detallar que la emisión va dirigida a cualificados. Se ha pactado, además, que la inversión sea superior a 100.000 euros.
¿Todas las emisiones deben ir dirigidas al inversor institucional?
Sí, por un tema muy técnico. MARF se articula a través de un sistema multilateral de negociación (SMN) y por la normativa europea tiene ventajas de acceso para las empresas, pero cuenta con la restricción de tener que ir dirigido exclusivamente a inversores cualificados.
Entiendo que entonces el minoritario nunca tendrá acceso a este mercado...
En estas condiciones no. Las ofertas dirigidas al público en general tienen que ir a AIAF.
¿Cree que hay un interés real de invertir en el MARF? ¿También del internacional?
Hay fondos que están especializados en comprar papel de empresas de mediana capitalización y en España estamos recibiendo un flujo importante de capital. Hay emisiones donde los no residentes representan un porcentaje del 40-50% de la colocación y eso se puede replicar aquí. Incluso habrá emisiones a la medida que compre un solo inversor. Se puede hacer un traje a la medida perfecto, con la estructura específica que necesite un fondo. Podrá pedir a un asesor unas características, un volumen o un sector determinado. Esto se puede diseñar muy bien en la renta fija. Por eso hay sitio para emisiones de 5 millones, igual que de 500 millones.
¿Será verdaderamente una vía alternativa al crédito para la mediana empresa como su propio nombre indica? ¿Qué costes supone?
Creo que sí. Estamos ante un cambio estructural en muchos aspectos. En economías cercanas la financiación no bancaria es del 30-40% y en España, del 10-20%. Puede darse el cambio con un aumento del mercado de bonos, pero llevará tiempo. El coste para un emisión de 20 millones a 5 años rondaría los 15.000-18.000 en los 5 años.
¿Se incentiva lo suficiente fiscalmente?
Se ha tratado de equiparar el régimen fiscal que tendrían estos valores en mercados oficiales y regulados para no desincentivar al inversor frente a otros activos de renta fija. En un futuro vamos a ver si se puede llegar, además, a algún tipo de atractivo general a las emisiones que coticen en MARF. Pero tampoco hay una necesidad de una ventaja específica para que el mercado se desarrolle.