Los llamados 'frontier markets' han escapado de la fiebre vendedora que sí han sufrido los mercados emergentes más tradicionales y cada vez son más los expertos, Mark Mobius entre ellos, que recomiendan destinar una parte de la cartera a destinos tan desconocidos como Paquistán o Nigeria. Analizamos dónde están sus 'pros' y sus 'contras'.
La amenaza del fin del quantitative easing en EEUU ha tenido, además de en el propio país norteamericano, en los emergentes a sus grandes víctimas. La percepción de un regreso del dinero desde los emergentes a los países más desarrollados, al calor de un aumento en los tipos de interés en EEUU tras el principio del fin de los estímulos, causó grandes ventas, que han provocado que los mercados de valores como China o India sumen en 2013 rentabilidades inferiores al 5%, muy por debajo de las ganancias de dos dígitos de las que presumen los mercados desarrollados.
Sin embargo, ese sell off visto en los emergentes no ha estado tan generalizado como parece. Y una prueba de ello se ve en que, según los datos de Bank of America-Merrill Lynch, las suscripciones en fondos en mercados frontera emergente alcanzan los 1.500 millones de dólares en 2013 frente a las salidas de 2.100 millones que han protagonizado los activos de fondos de mercados emergentes, lo que demuestra que pese a que ambos llevan el sobrenombre de emergentes, no guardan tanta correlación como cabría esperar. De hecho, esto explica que casi todos los fondos que invierten en mercados frontera registren rentabilidades de dos dígitos en 2013.
También están consiguiendo mantenerse más o menos al margen en lo que a estimaciones económicas se refiere. No hay que olvidar que estos países suman un PIB de 3 billones de dólares, el 4,4% de todo el PIB mundial mientras que por capitalización solo suponen el 0,4%. Y esta cifra se espera que vaya en aumento progresivamente en un contexto de crecimientos nimios en los países desarrollados.
Así, según los datos de Citi Investment Analyst se espera que en esta década presenten un crecimiento anual de entre el 5% y el 6%, frente al 5% que se espera para los emergentes o el escaso 2% que se pronostica para las economías desarrolladas.
El consejo de Mobius
Quizá estas divergencias entre los mercados frontera, donde se incluyen países como Vietnam o Paquistán, pero también Arabia Saudí, Kenia o Nigeria, entre otros, y los emergentes tradicionales, explique por qué cada vez más gestores recomiendan invertir en estas economías ante la desaceleración de las clásicas emergentes.
Es el caso del gran gurú de emergentes Mark Mobius, presidente de Franklin Templeton Emerging Markets, quien en una entrevista con elEconomista, recomendó a alguien que no haya invertido nunca en emergentes hacerlo "en países como Paquistán o Nigeria ya que los frontiers markets deberían suponer el 4% de cualquier cartera". Y no es el único. "Los mercados frontera son los que están mejor posicionados en cuanto a crecimiento hasta 2020", zanjan desde Bank of America.
Sin embargo, todo mercado tiene sus pros y sus contras. En el lado de los pros figuran sus excelentes perspectivas económicas, sus variables demográficas -cuentan con una población en total de 848 millones, de los que el 60% tiene menos de 30 años-, su elevada competitividad (según un informe de la gestora Schroders los costes laborales en Bangladesh, de 0,3 dólares por hora es una décima parte de los de China), y el hecho de que es un mercado aún por explorar ya que los inversores internacionales sólo invierten 17.000 millones de dólares en estos mercados frente al billón de dólares que destinan a emergentes tradicionales.
Y eso que la cifra va en aumento como se ve en el hecho de que, según los datos de Mergermarket, el número de operaciones corporativas en Asia Pacífico creció en el segundo trimestre un 26% en comparación con el mismo trimestre de 2012 y las realizadas en África en el primer semestre del año se incrementaron un 316% en comparación con el primer semestre de 2012, hasta los 30.200 millones de dólares.
Pero el principal contra al que se enfrentan no es como cabría pensar los conflictos políticos o la corrupción de sus gobiernos, sino la limitada liquidez de sus mercados. Es por ello que fondos como el Templeton Frontier Markets se vio obligado a cerrarse a suscripciones y reembolsos ya que tenían demasiado dinero que invertir tras protagonizar fuertes suscripciones por parte de los inversores y pocas opciones líquidas para hacerlo.
En todo caso, quien esté dispuesto asumir riesgo, puede tomar nota de las distintas opciones que tiene para destinar un mayor o menor porcentaje de su cartera a estos mercados. Eliminada la compra directa de acciones debido a la falta de liquidez de sus mercados, solo queda delegar la gestión en fondos. Una opción son los ETF, fondos que replican el comportamiento de los índices de frontier markets. A su favor, sus bajas comisiones y su más que razonable inversión mínima que, según los datos de Morningstar no alcanza los 50 euros en el peor de los casos. En contra, que no realizan una gestión activa por lo que cualquier problema en alguno de los mercados frontera les repercute a diferencia de los fondos tradicionales que sí realizan una gestión activa tanto en lo referente a la selección de compañías como de países.
De momento, el balance de unos y otros es positivo. Dentro del universo de ETF, todos, con la excepción de Guggenheim Frontier Markets, todos obtienen rentabilidades superiores al 10%. En el lado de los fondos el balance es muy similar. De los siete fondos de este tipo que se venden en España, solo uno acumula pérdidas en 2013. Del resto conviene destacar el comportamiento de Schroders ISF Frontier Markets que se anota un 23% en lo que va de año. Su truco, destinar la mayor parte de su cartera a mercados árabes como Catar, Emiratos árabes y Kuwait, donde concentra sus mayores posiciones, siendo el sector financiero el que tiene más presencia en el producto de la gestora inglesa.