EA tilda de "obsoleta" a la planta, a cuyos sistemas el tiempo ha afectado "gravemente" y pide que se no se renueve su permiso en 2009
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
La ONG Ecologistas en Acción (EA) apoyará mañana la marcha de protesta contra la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, que partirá desde la localidad de Barcina del Barco a las 19 horas.
La protesta de este año --señala la ONG en un comunicado-- tiene un carácter "de más simbolismo que en años anteriores", porque se va a producir en un momento en que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) está estudiando la solicitud de ampliación de su vida útil más allá de octubre de 2009, fecha en que expira su actual permiso de explotación.
Durante el pasado mes de julio, Nuclenor, empresa propietaria de la central, remitió la documentación preceptiva sobre el estado de la central que acompaña a la solicitud de prolongación de la vida. En 2009, la central de Garoña, que en estos momentos, y tras el cierre de Zorita (Guadalajara) es la más pequeña y más antigua de las nucleares españolas, cumplirá 38 años de funcionamiento.
Para Ecologistas en Acción es "una temeridad" mantener en funcionamiento la planta por lo que solicita al CSN que no le conceda esta prórroga en el permiso de explotación. Garoña es, con Zorita, una central de primera generación diseñada entre finales de los años 50 y primeros de los 60, que no incorpora las enseñanzas y experiencias de seguridad que se obtuvieron con los accidentes de Harrisburg (Estados Unidos) en 1979 y de Chernobil (Ucrania) en 1986.
DISEÑO OBSOLETO Y POCA SEGURIDAD
Pero, agrega Ecologistas, "además de tener un diseño obsoleto", Garoña se caracteriza "por que el tiempo ha hecho estragos en sus sistemas de seguridad de la central".
"Probablemente el problema más importante que presenta hoy Garoña es que su circuito primario está aquejado de graves problemas de corrosión", dice la ONG. El circuito primario de refrigeración es el que posee el agua que está en contacto con el combustible y que, por tanto, es la más radiactiva.
Además, una pieza clave para la seguridad y la integridad del reactor, el barrilete, ya sufrió una serie de reparaciones en 1999, que no fueron sino "unas chapuzas que no pueden garantizar cabalmente la seguridad de la central".
Tras estas reparaciones, fueron los manguitos de las penetraciones los que dieron problemas y llegaron a producir fugas. Al igual que en el barrilete, "se produjeron una serie de reparaciones chapuceras que, desde luego, no evitan el avance de la corrosión", explica Ecologistas.
En el caso de Garoña, las penetraciones están en la parte de debajo de la vasija del reactor, por lo que no cabe acometer el cambio de la pieza, tal como se hizo en Zorita o en Ascó (Tarragona) en los años 90. En estas centrales, las penetraciones están en la parte de arriba de la vasija, con lo que se pudo cambiar las tapas y así evitar la corrosión, "aunque tan sólo fuera de forma temporal".
A su juicio, la situación actual de Garoña implica la realización de inspecciones en cada recarga, lo que supone "unas altas dosis radiactivas para los trabajadores, que además no garantiza la seguridad al cien por cien", porque con ello, "no se puede evitar que aparezcan nuevas fugas en los intervalos de tiempo entre recargas".
"Si se llegara producir la ruptura de un manguito de una de las penetraciones, nos encontraríamos ante un posible accidente severo", advierte EA. Por todo ello, solicita que "se proceda al cierre inmediato de esta vieja y peligrosa central nuclear".