
Un último esfuerzo. El Tesoro Público español está a punto de coronar su última gran etapa de vencimientos de deuda de 2013 y lo hace con mejor forma física.
A partir de mañana se enfrenta cara a cara al Tourmalet, que para el organismo no es otro que el mes de octubre, en el que se topa con el mayor pico de títulos que vencen. Es decir, que España tendrá que devolver buena parte del dinero que le han prestado los inversores. Sólo entre letras, bonos y obligaciones del Estado tendrá que afrontar casi 24.406 millones de euros.
Este fuerte desembolso supone el 15 por ciento de todos los vencimientos del año y llega después de que el organismo encargado de emitir la deuda española haya superado tres grandes puertos en 2013. Una vez que supere esta última etapa, España ya habrá resuelto prácticamente el ejercicio, le restarán 20.000 millones en vencimientos de deuda. Lo importante es que llega con reservas, al haber reunido casi todo el dinero previsto.
A principios de año, el Tesoro ya era consciente en su estrategia de que este año sería algo más duro en cuanto a vencimientos de bonos y obligaciones. "Serán mayores que en 2012", reconocía. "En concreto, vencerán cuatro referencias en los meses de enero, abril, julio y octubre por un total de unos 60.000 millones de euros", señalaba el organismo en la estrategia que elabora cada mes de enero. En esa cifra, ni siquiera se tenía en cuenta que en la mochila también estaría el dinero captado a través de las letras a 3, 6 y 9 meses, que emitiría durante este tiempo y que, por tanto, habría de devolver antes de diciembre.
En octubre ya no sólo tiene que asumir el vencimiento de deuda a largo plazo, sino que también se acaba la vida de papel a corto plazo. A los 16.186 millones de euros que vencen en bonos el 31 de octubre, hay que sumar otros 8.219 millones de euros en letras el día 18, según recoge Bloomberg.
Lleva ventaja
El Tesoro ya conocía el duro camino de antemano, por lo que se ha preparado durante el año e incluso antes. Para empezar, tomó ventaja en 2012, cuando adelantó el trabajo de este ejercicio. A principios del pasado noviembre ya tenía cubiertas sus necesidades de financiación a medio y largo plazo, con lo que comenzó a llenar la hucha de 2013. Con este impulso inicial, no es de extrañar que a estas alturas del año ya haya captado 101.036 millones de euros a medio y largo plazo, un 83,3 por ciento de lo previsto (la cifra es de 185.000 millones con letras). Pero no hay duda de que este año ha tenido que acelerar el paso. En nueve meses ha captado en total un 35 por ciento más que en el mismo periodo de 2012.
El problema de ir a este ritmo de emisiones es que el volumen de deuda sigue marcando máximo tras máximo. Según los últimos datos del Banco de España, la deuda en circulación ya es equivalente al 92,6 por ciento del PIB español, un nuevo récord.
Y aquí no acaba. España todavía tiene por delante una docena de emisiones antes de cerrar el ejercicio. Lo negativo es que esta carga seguirá aumentando. Lo positivo, que en la mitad de las subastas pretende colocar bonos y obligaciones con las que podría acabar su programa de financiación de este año antes de diciembre y adelantar así el de 2014. De momento, ya hay pendientes unos vencimientos totales -incluyendo deuda del Estado y de las administraciones públicas- de 153.662 millones para el próximo año según las cifras de Bloomberg.
La primera emisión será este mismo jueves. El Tesoro buscará más liquidez con una subasta de bonos con vencimiento en enero y octubre de 2018 y obligaciones a 10 años. Si coloca alrededor de 3.000 millones de euros -el máximo que se marcó en la última colocación a largo plazo- ya tendrá cubiertas el 85,8 por ciento de sus necesidades.
Financiación más barata
En el calendario de este año, el Tesoro se ha encontrado un aliado: el propio mercado. Los inversores han rebajado el listón que reclamaban a la deuda española y el organismo ha encontrado financiación más barata. La relajación de la prima de riesgo española en 137 puntos básicos durante el año -la rentabilidad del bono español ha pasado del 5,26 al 4,36 por ciento- se ha traducido en una rebaja en el coste de las emisiones de deuda pública. El interés medio de las colocaciones de 2013 se sitúa en el 2,61 por ciento, frente al 3,01 por ciento del año pasado.