
La operación entre Vodafone y Verizon podría provocar un cambio en el sector, aunque los expertos descartan que los 'cazadores' puedan con firmas de gran tamaño comoTelefónica.
"Hay algo ahí fuera acechándonos, y no es un hombre. Vamos a morir todos". Cuando Billy Sole pronunció esta frase en la película Predator (1987) no sabía exactamente a lo que se enfrentaban: una criatura alienígena que cazaba humanos y otras especies peligrosas. Y es que en la ley de la naturaleza, para que unos sobrevivan otros tienen que morir, y algo parecido es lo que ocurre en el mundo bursátil cuando se producen operaciones corporativas.
En la selva de las telecomunicaciones ya hay algunos cazadores que han disparado para marcar territorio frente a otros depredadores, como es el caso de Telefónica, que el pasado julio anunció la compra de E-Plus, la filial de la holandesa KPN, por 5.000 millones de euros en efectivo y una participación del 17,6% en Telefónica Deutschland. No obstante, la compañía que preside César Alierta no ha sido la única en mover ficha.
La semana pasada, Verizon sacó la artillería pesada al comprar a Vodafone su participación del 45 por ciento en Verizon Wireless por 130.000 millones de dólares, una de las operaciones corporativas más grandes de la historia y que no sólo le ha reportado beneficios económicos. En este sentido, los títulos de Vodafone han experimentado una subida superior al 11% desde el pasado día 29 (día en que se conoció la operación) en bolsa, hasta las 2,11 libras, (la semana pasada alcanzó las 2,13 libras, su nivel más alto desde mayo de 2001). Además, desde Citi ya lanzan una previsión prometedora: el nivel de endeudamiento de Vodafone se reducirá hasta 1 vez en 2015, frente al ratio de 1,74 veces de media que presentará el sector europeo.
De este modo, la británica estaría un 40% menos endeudada que las grandes europeas del sector, lo que la convertiría en una de las grandes cazadoras en el Viejo Continente al gozar de una mejor posición para efectuar adquisiciones que algunas de sus principales competidoras y podría tener en el punto de mira tanto piezas de pequeño tamaño como de caza mayor. "La operación en Verizon, gracias a la cual la empresa británica ha conseguido unas plusvalías superiores a los 100.000 millones de dólares, nos hace pensar que es el momento de elegir una compañía que considere estratégica para consolidarse en su posición destacada entre las telecos a nivel mundial", señala Daniel Álvarez, analista de XTB.
De hecho, desde Nomura señalan a Ono y Jazztel como futuros objetivos de Vodafone. Mientras que Ono "cuenta con un 12% de la cuota de banda ancha y, hasta la fecha, ha penetrado solamente en el 25% de su mercado objetivo" (podrían producirse sinergias derivadas de la migración de los clientes), la firma que preside Leopoldo Fernández Pujals cuenta a su favor con "únicamente 33 millones de euros de deuda y una capitalización de 1.500 millones de euros". Además, es de las pocas empresas del Ibex 35 que cuenta con el beneplácito del consenso de mercado que aconseja adquirir sus títulos.
No obstante, ¿apuntaría la británica a una presa más grande como Telefónica? Aunque el ministro de Industria, José Manuel Soria, destacó que no teme que haya una opa sobre el grupo que dirige César Alierta, ya que "está en una posición muy importante para ser uno de los grandes operadores europeos", lo cierto es que no hay nada descartable. Si bien en estos momentos sería un proyecto quizás demasiado ambicioso para Vodafone, "el hecho de que se atreviera con Verizon en el pasado hace que no se pueda descartar por completo un movimiento en esta dirección. Desde luego cuestiones como la diversificación geográfica de la compañía española -con presencia en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica-, amén de sus sólidos fundamentales, la hacen muy apetecible de cara a un movimiento de estas características", explica Daniel Álvarez.
A este respecto, algunos expertos, como Daniel Pingarrón, analista de IG, descartan totalmente esta posibilidad: "Más bien creo que sería una operación con una compañía mediana, o varias operaciones más pequeñas, buscando sinergias y posicionamiento en mercados estratégicos (fuera de Europa)", indica.
¿Cazador cazado?
El hecho de que Vodafone se haya convertido en un potencial competidor no está exento de riesgo, ya que además de tener más posibilidades que otras telecos de cara a nuevas adquisiciones, también se ha convertido en un trofeo apetecible para otras grandes del sector. Al menos así lo dejan entrever desde Citi, siendo AT&T -la segunda compañía por capitalización bursártil, por detrás de China Mobile- la principal amenaza: "creemos que AT&T podría considerar la adquisición de Vodafone en algún momento en el futuro, pero para ello la transacción entre Verizon y Vodafone tendría que completarse antes de que AT&T pudiera subir al ring".
Una jugada que cuadraría dentro de sus obligados planes de expansión en Europa, ya que la ley antimonopolio de Estados Unidos impide su crecimiento doméstico (en Estados Unidos el sector está concentrado en pocas manos mientras que en Europa existen alrededor de 80 operadores). Es más, en agosto de 2011 el Departamento de Justicia de Estados Unidos bloqueó los planes de AT&T de hacerse con T-Mobile USA, con el argumento de que la fusión reduciría la competencia y elevaría los precios.
Y parece que la operadora tendrá que jugar pronto sus cartas si no quiere quedarse atrás (el jueves sonaron rumores de que Telefónica y otros accionistas de Telecom Italia estarían considerando venderla a AT&T, entre otras). En lo que va de año sus títulos retroceden en el parqué un 0,9% (los de Verizon lo hacen en un 7%). De hecho, aunque sigue mantiendo su segundo puesto en el ranking mundial por capitalización, entre las diez grandes es la que más peso ha perdido en bolsa desde enero, un 7,4%, hasta los 177.000 millones de dólares.
Asimismo, mientras que los expertos que la siguen recomiendan mantener sus títulos, aconsejan comprar los de Verizon. Además, sus resultados no terminan de convencer. En el segundo semestre de 2013 presentó un beneficio neto de 3.822 millones de dólares, un 2,1% menos que en el mismo periodo del año pasado.
El mayor 'depredador' está en letargo
El rey en la cadena alimenticia de las telecos es sin duda China Mobile. Con una capitalización próxima a los 168.000 millones de euros, uno de sus puntos fuertes reside en su caja, que según los analistas alcanzará este ejercicio los 46.800 millones de euros, 1.000 millones más que el pasado año. Eso sí, sus ganancias dependen únicamente del mercado doméstico, ya que los 15.700 millones de euros de beneficio que obtuvo el pasado ejercicio provinieron de China. Es más, las cuatro adquisciones que ha llevado a cabo en la última década son compañías con pasaporte chino (en este mismo periodo AT&T y Vodafone han comprado entre 20 y 40 empresas). Este letargo del gigante asiático, que aún no ha salido de caza, podría cambiar ante la necesidad de adaptarse a una nueva estructura del sector. A pesar de contar con sólidos fundamentales, sus títulos caen en bolsa un 4,7% y los expertos recomiendan mantenerlos en cartera.
Otras de las compañías que hay que mirar de cerca es la japonesa SoftBank. Con el consejo de compra más claro dentro de las diez grandes del sector, la compañía también ha protagonizado este año operaciones corporativas. En el mes de julio se hizo con el 78% de la tercera mayor operadora de Estados Unidos, Sprint. No obstante, las contraofertas lanzadas por la plataforma de televisión de pago Dish Network provocaron que la nipona tuviese que desembolsar 21.600 millones de dólares frente a los 20.100 millones que había acordado en un principio.

Las tecnológicas pierden cobertura
Nokia: La caída de un gigante
El pasado martes 3 saltaba la bomba: Microsoft anunciaba que adquiría la división de telefonía móvil de Nokia por unos 5.440 millones de euros. De este modo, la compañía finlandesa se ha desprendido del negocio que le otorgó reconocimiento mundial y llenó sus arcas. Un final de historia que deja patente la debacle en la que se ha visto envuelta Nokia que llegó a ser un 'peso pesado' dentro del sector. De hecho, su peso en bolsa alcanzó los 137.000 millones de euros, un 88,5% más de lo que vale ahora. En esta misma línea, los títulos que una vez alcanzaron los 55 euros, han visto cómo su precio ha caído en picado a los 4,12 euros.
Nacida en 1855 como una fábrica de papel, la tecnológica no supo adaptarse a la llegada de los 'teléfonos inteligentes', lo que se convirtió en el principio del fin. Es más, la caída en sus ingresos provocó que en febrero de 2011 los responsables de Nokia ya sellaran una alianza con Microsoft. Sus principales 'verdugos' han sido Apple, que causó furor en el mercado con el 'iPhone', y Google, que desarrolló el sistema operativo Android para no quedarse atrás en el nuevo panorama tecnológico. Y es que no se trata de una cuestión baladí. Si en hace una década las ganancias de la multinacional nórdica rondaban los 5.000 millones de euros, este año el consenso de mercado estima que despida el ejercicio con un beneficio neto de 144 millones de euros.
Blackberry busca comprador
Cuando las cosas van mal, siempre pueden ir a peor, y si no que se lo digan a Blackberry, otra historia de un fracaso. Al igual que le ha ocurrido a Nokia, su tardía adaptación al mercado de los 'smartphones' la ha llevado cuesta abajo y sin frenos y su situación no hace más que empeorar. Ante este panorama, la tecnológica creó el pasado mes de agosto un comité especial para buscar "alternativas estratégicas", incluyendo posibles 'joint ventures', alianzas e incluso una venta directa. En este sentido, 'The Wall Street Journal' destacaba la semana pasada que la compañía canadiense está desesperada buscando comprador y que ya ha comenzado a tener las primeras conversaciones para vender parte del negocio o la firma en su totalidad. De hecho, el diario americano apunta a que el proceso de venta podría comenzar en breve y que estaría listo en noviembre. Desde luego el tiempo no corre a su favor.
Desde que marcó máximos históricos el pasado junio de 2008 en los 149,90 dólares, el valor de sus títulos en el parqué ha caído un 92%, hasta los 11 dólares. Asimismo, su beneficio ha ido mermando paulatinamente y la media de firmas de inversión que la sigue espera que en 2013 acumule unas pérdidas de casi 400 millones de dólares (en 2012 los 'números rojos' alcanzaron los 640 millones). Lejos queda ahora 2010, cuando obtuvo su beneficio récord en los 3.389 millones.
Palm, una historia del pasado
Corría el año 1992 cuando nació Palm, uno de los fabricantes líderes de PDAs (asistente personal digital) y 'smartphones'. Pero los grandes hitos de la historia no siempre han ido acompañados de éxitos comerciales y 18 años después la que fuera reina del 'mundo PDA' dejó de existir tras ser comprada por HP por un total de 900 millones de euros. Un precio más que apetecible si tenemos en cuenta que en aquel momento HP contaba con una caja de unos 13.000 millones. De este modo, HP ganaba presencia en el negocio de los dispositivos móviles, en un momento en el que la cuota de mercado mundial de Palm apenas rozaba el 1,2%, pese a disponer de un modelo de gran calidad como el Palm Pre, frente al 41,1% de Nokia, el 19,9 % de RIM y el 14,4% de Apple.
Quizás el gran error de la compañía residió en su estructura arcaica dentro de un mundo que avanzaba a pasos agigantados (en 2007 Apple lanzó su primer 'iPhone'). Así, en marzo de 2010 Palm anunció unas pérdidas de su último trimestre de 22 millones de dólares, lo que significaría el fin. Su recorrido en bolsa tampoco fue un camino de rosas. Tras diez años de cotización, la empresa tecnológica se despidió del Nasdaq 100 con un descenso superior al 96 por ciento. Es más sus títulos llegaron a cerrar en los 1,73 dólares (en octubre de 2000 superaban los 192 dólares).