Roberto Arnaz
Nueva York, 2 ago (EFECOM).- La "Gran Manzana" ha recuperado el magnetismo como capital de los negocios, tras más de dos décadas de éxodo empresarial, durante el que las grandes firmas abandonaron sus emplazamientos neoyorquinos en busca de mayores beneficios fiscales.
El número de sedes centrales de corporaciones se ha doblado desde 1990, según ha hecho público un informe del Departamento de Trabajo de Nueva York, que de esta manera vuelve a deslumbrar como el área comercial más grande de EEUU y, para muchos, del mundo.
Además, tras casi cinco años, el distrito financiero de Manhattan comienza a recuperar el frenético nivel de actividad anterior a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En la actualidad 602 grandes compañías tienen su base de operaciones en Nueva York, frente a las 274 de 1990, lo que ha supuesto un incremento de más de 12.000 empleos, a pesar de que el número medio de trabajadores por oficina se ha reducido de 127 a 78.
Nueva York continúa a la cabeza en la lista de la revista económica "Fortune" que recoge las ciudades estadounidenses con mayor número de sedes entre las 500 principales empresas del país, según ingresos.
En su ultima edición, la publicación señala que en la "Gran Manzana" tienen su oficina central 44 corporaciones -el mayor aumento desde 2002, cuando se registraron 40-, seguida de Houston, que apenas cuenta con la mitad, 23.
Sin embargo, el fenómeno no refleja el retorno del monstruoso engranaje que supondría el traslado de toda la compañía, con sus miles de cargos medios y empleados, sino de unos pocos ejecutivos cuya presencia en el centro mundial de los negocios se presume fundamental.
Esta tendencia ha hecho que en numerosos círculos, tanto económicos como mediáticos, se halla bautizado a Nueva York como "la ciudad de los grandes jefes".
Una de las claves del regreso han sido los avances tecnológicos, sobre todo de los sistemas de comunicación, que permiten a los altos ejecutivos dirigir en tiempo real el devenir de sus empresas, aunque se encuentren a miles de kilómetros.
Alcoa, la mayor productora de aluminio del mundo, y Federated, propietaria de los exclusivos almacenes Macy's y Bloomingdale's, son dos buenos ejemplos de esta novedosa forma de deslocalización.
Alain Belda, presidente de Alcoa, tomó la decisión de trasladar su despacho a la exclusiva Park Avenue neoyorquina al poco de asumir su cargo, y desde allí, junto a 50 ejecutivos, dirige a los más de 2.000 empleados de la compañía en Pittsburgh.
"Necesitamos tener el mejor acceso, y lo necesitamos en el momento preciso, cuando aparece la idea o la necesidad, no dentro de una semana, cuando nuestros clientes puedan reunirse con nosotros en Pittsburgh", aseguró Belda.
La compañía financiera CIT es una de las últimas que ha iniciado el camino de retorno a la gran ciudad, tras abandonarla hace tres décadas en busca de mejores condiciones al otro lado del río Hudson, en Nueva Jersey.
La financiera fue una de las numerosas empresas que cambiaron de aires en la década de los setenta y ochenta, obligadas por un fuerte incremento de los impuestos locales y las altas tasas de criminalidad en las calles neoyorquinas.
CIT inauguró el pasado mes de abril sus nuevas oficinas en la famosa Quinta Avenida, ocupadas en exclusiva por sus altos directivos, mientras que el grueso de empleados continúa en sus dependencias de Livingston (Nueva Jersey).
"Abrir nuestra sede central en la capital financiera del mundo responde a la necesidad de dar un mejor servicio a nuestros clientes", aseguró Jeffrey Peek, director ejecutivo de la compañía, en una entrevista a "The New York Times".
Sin embargo, no es fácil adaptarse al estilo de vida de Manhattan, con sus lujosos restaurantes y colegios privados, por lo que el sueldo medio de los empleados de estas corporaciones se ha incrementado de 64.000 a 160.000 dólares anuales en los últimos 15 años. EFECOM
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