Como un mago que no quiere descubrir el secreto de su truco, una jornada más las palabras de la Reserva Federal (Fed) acerca del inicio de la retirada del programa de compras de bonos en Estados Unidos fueron ante todo ambiguas.
Esta vez fue Dennis Lockhart, el dirigente de la institución en Atlanta, el encargado de comunicar, con el mercado europeo ya cerrado, que la disparidad existente entre los datos macroeconómicos conocidos hasta ahora dificultan la hoja de ruta a seguir a la hora de comenzar el recorte de los estímulos.
Precisamente fue Lockhart el que anunció la semana pasada que el banco central estadounidense podría comenzar a rebajar las compras de deuda en alguna de las próximas tres reuniones, aunque hoy ya descartó que esto se produzca en la primera que tendrá lugar a mediados de septiembre.
Vuelven las 'cifras verdes'
Este mensaje llenó de optimismo a los inversores. Las caídas que habían registrado los principales selectivos de Estados Unidos al inicio de la jornada -entre un 0,40 y un 0,60%-, y que vienen siendo la tónica general en los últimos días, se tornaron en cifras positivas. Así, mientras que el Dow Jones escaló al cierre de la sesión un 0,20%, el S&P 500 hizo lo propio al subir un 0,28%.
No obstante, en este avance también tuvieron peso los datos macroeconómicos publicados al otro lado del Atlántico. Aunque a priori las ventas minoristas decepcionaron al consenso de mercado al crecer en julio un 0,2%, frente al 0,3% previsto, se trata del cuarto incremento consecutivo.
Eso sí, el plato fuerte vendrá el jueves: junto al índice de la Fed de Filadelfia, los inversores conocerán la producción industrial de julio o el índice NAHB (la encuesta sobre las condiciones de ventas de viviendas de nueva construcción).