
La bolsa está llena de paradojas: los principales índices de Estados Unidos caen sólo un 4 por ciento en lo que va de año, mientras que los europeos sufren recortes superiores al 10 por ciento. La bolsa estadounidense es el epicentro de los problemas y es un mercado más rentable que la zona euro. Sin embargo, los inversores consideran que la Fed siempre va a estar ahí para evitar que los problemas vayan a más mientras que en Europa no existe ese mismo convencimiento con el BCE.
Esta situación llama la atención si se tiene en cuenta que ha sido en EEUU donde se han destapado los grandes agujeros de la crisis de las hipotecas de alto riesgo -conocidas como subprime- donde las entidades bancarias están presentando las mayores pérdidas, donde los expertos esperan una recesión económica y donde las empresas cotizan con mayores primas. De hecho, esta contradicción ha pillado a más de un gestor con el pie cambiado, ya que desde el 1 de enero la mayoría de las firmas de inversión recomendaba infraponderar la región. Pero, ¿qué está pasando en la primera economía del mundo para poder aguantar tan bien el año?
Actuación más contundente
La principal razón de este buen comportamiento hay que buscarla en la decidida respuesta de la Reserva Federal a estos problemas. La institución monetaria ha bajado el precio del dinero desde el 5,25 hasta el 2,25 por ciento en tan sólo siete meses y no ha dudado en aplicar medidas que la propia entidad ha calificado como "heterodoxas", como la de canjear deuda pública por títulos hipotecarios. Además, acudió al rescate del Bear Stearns a mediados de marzo.
"Las medidas de Bernanke, con el recorte de los tipos de interés, las inyecciones de liquidez y el rescate de Bear Stearns, han permitido que los inversores consideren que la Fed siempre va a estar ahí para evitar que los problemas vayan a más", dice Juan Ramón Caridad, socio director de Atlas Capital.
En Europa no existe ese convencimiento
En Europa, sin embargo, no existe ese mismo convencimiento. Hasta la fecha, el BCE se ha mostrado muy activo a la hora de suministrar liquidez al sistema financiero, pero ha sido reticente a bajar los tipos ante las presiones inflacionistas vigentes. De hecho, este sesgo alcista supone un freno para los parqués europeos.
Esta firmeza mostrada por el BCE ha dado alas al euro, que desde el comienzo del año se ha apreciado un 7 por ciento frente al dólar, un hecho que está favoreciendo la recuperación de Estados Unidos.
"Cuando una moneda se deprecia, como le ocurre al dólar ahora, esa economía tiende a mejorar y se acaba traduciendo en subida bursátil. Esto ya se vio en España en 1993 con la devaluación de la peseta y posiblemente ocurra en EEUU después de tanta caída del dólar", dice Ofelia Marín-Lozano, directora de análisis de Banca March.
Pero toda moneda tiene dos lados. Y si la cara corresponde a EEUU, la cruz se vive en Europa. Banif cree que la fuerte apreciación del euro dificulta la recuperación en la región, que ya de por sí actúa con retraso frente a la economía americana, que puede exportar más barato.
Aún queda mucho por aparecer
Este crecimiento del mercado exterior puede permitir, de hecho, el despegue de EEUU en el segundo semestre, mientras que los peores datos de Europa pueden deteriorarse en el tercer trimestre del ejercicio, según los expertos. "Esto podría ser otra explicación del parqué, ya que las bolsas adelantan en torno a seis meses la evolución de la economía", dice Caridad.
Por último, otro de los motivos para explicar este buen comportamiento es la fuerte limpieza que están haciendo los bancos en sus cuentas. "Existe la creencia de que en Estados Unidos quedan pocos agujeros por ser reconocidos, es decir, que los bancos ya han puesto sobre la mesa la mayor parte de sus errores, mientras que en Europa aún queda mucho por aparecer", dice Beatriz Tejero, analista de Ibersecurities.