Bolsa, mercados y cotizaciones

La puerta que ha abierto Bernanke ya no se volverá a cerrar

  • Los expertos creen que la rentabilidad del bono de EEUU puede avanzar al 3%

Desde que la Reserva Federal pusiese el final del año como posible fecha para iniciar la retirada de estímulos monetarios, la rentabilidad del bono ha comenzado un camino alcista que no parece que vaya a parar.

Hacia finales de año, fueron las palabras que pronunció el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, el pasado mes de junio al referirse a una posible fecha para comenzar a retirar los estímulos monetarios en EEUU.

Aunque desde entonces ha matizado mucho esta afirmación, ya ha dejado la puerta abierta a las dudas y parece que no se va a volver a cerrar.

La reacción del mercado ha sido la venta mayoritaria títulos de renta fija en el mercado secundario. La rentabilidad del T-Note a 10 años (bono estadounidense) llegó a avanzar un 68% desde el mes de mayo hasta principios de junio y, aunque luego se ha contraido casi un 10%, todavía cotiza a un 52% por encima del nivel de hace dos meses.

Durante la primavera, el bono llegó a cotizar por debajo del 1,7%, algo que también fue habitual durante el año 2012, mientras que a estas alturas del año se sitúa en el entorno del 2,5%. Y eso que los esfuerzos de Bernanke por emitir un discurso más pesimista sobre la economía sirvieron para rebajar su tipo de interés en las últimas semanas.

Los analistas, sin embargo, creen que los esfuerzos del presidente de la Fed no conseguirán cambiar un camino que ya ha iniciado la renta fija. De hecho, ha habido quien se ha atrevido a hablar de burbuja con las rentabilidades del bono, que llegaron a caer del 1,4% en 2012, niveles no vistos en décadas.

"El punto de inflexión coincide con el techo de la política expansiva de la Fed", explica Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, a partir del cual volverán a crecer los tipos de interés de la deuda más segura. Los analistas no descartan la posibilidad de que el T-Note acabe el año en el entorno del 3%.

Se defina como se defina esta situación, los analistas no tienen dudas de que el camino que ha iniciado la renta fija no lo podrá desandar a medio y largo plazo: "no descartamos algún repunte a la baja casual, pero en la medida que la economía se recupere, también caerá el precio de los bonos y seguirán subiendo sus tasas de rentabilidad interna, debido a la reducción de los volúmenes de compra de activos", explica Julián Lirola, analista de SelfBank. "Para volver a ver al bono a 10 años por debajo del 2%, deberíamos visitar un escenario distinto al que está configurado por defecto, dado el actual ritmo de crecimiento económico", indica Pingarrón.

"La economía de Estados Unidos creciendo al 3% interanual y el bono entre el 2 y el 2,5% no tiene mucho sentido salvo que sea porque se haya instalado el miedo", advierte José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

La mejor evolución de la economía, con unos datos de actividad muy positivos en EEUU, empuja a muchos miembros de la Fed a considerar que ya ha llegado el momento de comenzar a retirar su inversión mensual de 85.000 millones de dólares al mercado. De hecho, la mitad de los participantes del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) cree que deberían de finalizar su dopaje de liquidez a finales de 2013.

Por este motivo, un avance de las rentabilidades es plenamente racional y se enmarca en un proceso de normalización de la economía. "Los tipos de interés tan bajos en EEUU y Alemania tienen nombre y apellidos: miedo y bancos centrales", explica Campuzano. Una vez que el país envíe señales claras de recuperación de la actividad -un PIB creciendo a ritmos del 1,8% trimestral anualizado, parece avalarlo- y la retirada de estímulos monetarios se confirme, lo normal es asistir a una reacción al alza de la rentabilidad (y a la baja de los precios).

La 'gran rotación'

Este movimiento también contribuirá a normalizar la situación en el mercado. La recuperación de la confianza vendrá de la mano de una búsqueda de mayores rentabilidades. Será entonces el momento en el que se pueda iniciar la gran rotación, en la que los inversores venderán sus títulos de renta fija que ofrezcan una baja rentabilidad por otros activos que ofrezcan mayores ganancias, como la renta variable. "En un futuro llegará el momento en el que los inversores vuelvan a aumentar su cartera de riesgo", explica Campuzano, aunque advierte que ese momento todavía no ha llegado.

Esa situación también favorecerá el avance de la bolsa, lo que contribuirá a sostener los máximos históricos de Wall Street. De hecho, la renta variable estadounidense consiguió marcar sus máximos históricos a partir del mes de mayo, fecha en la que comenzó a caer con fuerza el precio del T-Note.

Europa, que todavía sufre ataques contundentes de incertidumbre, tiene al bono europeo cotizando en niveles del 1,5% en el mercado secundario, 100 puntos básicos por debajo del estadounidense, mientras que el EuroStoxx cotiza un 65% por debajo de sus máximos históricos. Una situación que refleja cómo los inversores se refugian de las dudas que generan los países periféricos en la renta fija de los países del núcleo de Europa.

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