No hay sorpresas. El mercado permitió al Tesoro Público español cumplir con el guión que se esperaba. El organismo que se encarga de emitir la deuda pública española volvió a tomar el pulso de los inversores para colocar títulos a largo plazo con los que pretendía captar hasta 3.000 millones de euros.
Lo lógico es que cumpliera sin problemas con este propósito, ya que se trataba de una cuantía menor a la que se ha marcado en otras ocasiones. Y así fue, al conseguir 3.063 millones de euros. Por otro lado, era previsible que los costes de financiación bajasen ligeramente, pero que fuesen similares a los de la última subasta. Y también fue así, ya que se abarató la emisión, aunque no hubo grandes cambios.
El Tesoro Público vendió bonos a 3, 5 y 10 años y el mercado le exigió un menor precio en las tres referencias. Por la deuda a una década, con vencimiento en octubre de 2023, tuvo que desembolsar una rentabilidad media del 4,723%, frente al 4,765% anterior. Al final del día, los inversores reclamaban a España un 4,66% de interés por el bono a 10 años en el mercado secundario, en el que cotizan los títulos después de ser emitidos.
Al mismo tiempo, se mantuvo estable el precio que el Tesoro pagó por financiarse con papel a 3 y 5 años. La última vez que colocó deuda con vencimiento en 2016 y 2018 fue hace solo dos semanas. Entonces, el rendimiento medio del 3 años ascendió al 2,875%, mientras que esta vez se quedó en el 2,768%. En el caso de los títulos a 5 años el interés bajó hasta el 3,735% desde el 3,792% de esa colocación de principios de julio.
Por tramos, las cantidades estuvieron muy repartidas. El Tesoro adjudicó 1.120 millones en los bonos a 3 años; 926 millones a 5 años; y 1.017 millones a 10 años. Aunque donde más se concentró la demanda fue en el plazo más corto, donde hubo peticiones por 2.880 millones de euros, un 40% del total de 7.121 millones que solicitaron los inversores.
Pisando el freno
El Tesoro se marcó un objetivo más factible que en otras subastas a medio y largo plazo. Una de las razones que explica que el organismo emisor no aspirase a captar más dinero es que ya ha reunido 88.373 millones de euros en deuda a medio y largo plazo en lo que va de año, lo que supone el 72,9% de sus necesidades de financiación de 2013.
La hoja de ruta en las próximas semanas puede seguir en esta línea de pisar el freno a no ser que las rentabilidades se relajen en el secundario y el Tesoro tenga una buena oportunidad de financiarse barato.