
Cinco años... y dos realidades muy diferentes. La crisis ha obligado a las compañías de infraestructuras españolas a corregir los excesos del pasado, cuando el dinero fácil invitaba a endeudarse masivamente para embarcarse en proyectos de grandes dimensiones. Ferrovial, ACS, OHL, Acciona, Sacyr y FCC se han desapalancado un 37% de media en este período, aunque siguen siendo -con la excepción de ACS- los valores del Ibex 35 en los que la deuda neta prevista para este año se come mayor cantidad del beneficio bruto de explotación (ebitda).
Las previsiones apuntan a que estas seis compañías de construcción recortarán este año su endeudamiento hasta su nivel más bajo desde 2005 y a casi la mitad de los niveles del estallido de la crisis. El consenso de mercado, recogido por FactSet, espera que sus compromisos financieros se sitúen en 38.260 millones de euros, frente a la cifra máxima de casi 73.300 millones de 2007 o los 60.900 millones que tuvieron de deuda neta en 2008.
En esta etapa de ajuste es ACS quien lleva la voz cantante -ver gráfico-. La desinversión obligada para sobrevivir en Iberdrola ha dejado a la compañía presidida por Florentino Pérez con una radiografía mucho más saneada. El apalancamiento previsto para 2013 es de 1,38 veces, lo que supone un descenso del 78,5% respecto al máximo de 6,45 veces registrado en 2009. La reducción de su endeudamiento es uno de los principales objetivos que se ha marcado ACS para este ejercicio: la compañía tiene el propósito de rebajar su deuda neta a unos 3.000 millones de euros. Un reto que hasta el momento los analistas ven inalcanzable, ya que estiman que el endeudamiento del grupo se sitúe en cerca de 4.200 millones y el beneficio operativo en los 3.025 millones de euros.
Ferrovial y Sacyr son las siguientes compañías de infraestructuras españolas que más se han desapalancado en la crisis al rondar el 50% y el 40%, respectivamente. La primera podría rebajar su relación deuda/ebitda hasta las 6,85 veces este año, desde el máximo de la crisis de 13,82 veces de 2008. La opa que lanzó Ferrovial sobre BAA en 2006 y la reintegración de sus autopistas (Cintra) en 2009 son las dos operaciones más deficitarias de la compañía en el pasado. Y es a día de hoy, junto con OHL, las únicas compañías del sector en España en las que el consenso de analistas recomienda comprar sus títulos.
En el caso de Sacyr, los expertos apuntan que las desinversiones realizadas podrán rebajar su apalancamiento desde las 28,34 veces de 2009 a las 17 veces previstas para este ejercicio. Mientras que en Acciona -que ha aprovechado la crisis para enfocar su negocio más hacia las energías renovables después de haberse endeudado en el pasado con la compra de Endesa junto a Enel-, en FCC y OHL se espera que la reducción del apalancamiento sea del 28, del 21 y de cerca del 5% en cada uno de los casos -ver gráfico-.
FCC sigue reduciendo deuda
Una de las compañías del sector que más está moviendo ficha en los últimos días es FCC. La compañía ha querido matar dos pájaros de un tiro con la venta del 3% de su autocartera: conseguir más ingresos para continuar reduciendo su elevado endeudamiento y dotar a la acción de mayor liquidez, puesto que ayer la compañía comunicó a la CNMV que la operación está sujeta a un período de lock up -tiempo en que no se permite vender los títulos- de 90 días.
La compañía se deshizo de un total de 3,82 millones de acciones en una colocación acelerada a 8,13 euros por acción, por lo que ingresó 31 millones. "Valoramos positivamente que la operación se haya hecho con un descuento tan limitado -del 2,3%-", decían ayer los analistas de Sabadell, quienes pese a todo siguen otorgando al valor una recomendación de vender. Ayer FCC fue el valor más alcista del Ibex 35, al anotarse un alza del 6,67%, hasta los 8,88 euros, aunque su saldo anual sigue arrojando unos números rojos del 5%.
La venta de la autocartera es otro mecanismo más al que la compañía ha recurrido para hacer viables sus complicados vencimientos. De hecho, los problemas para rebajar su endeudamiento llevaron a la compañía en el mes de marzo a anunciar un nuevo plan estratégico con tres líneas maestras: desinvertir unos 2.200 milllones, reducir su deuda y limitar su dependencia de la banca al contemplar que al término del mismo unos 2.000 millones de su deuda total sea financiación no bancaria, como los bonos, y centrarse en el negocio medioambiental y de servicios.
Tras la operación la autocartera de FCC se ha quedado reducida al 6,37%, frente al 9,963% previo a la transacción -el máximo de acciones propias que puede tener una compañía es del 10%-. La compañía siempre ha tratado de tener un elevado número de acciones para que su principal accionista, Esther Koplowitz, no se diluyera en la conversión de convertibles. En el caso de que el grupo se deshiciera de la autocartera restante supondría unos ingresos a precios actuales de unos 72 millones, que representan el 1,03 por ciento del endeudamiento previsto para 2013.
Ni siquiera con la acción en los 14 euros, un precio que FCC no ve desde abril de 2012, la venta de la totalidad de sus acciones propias supondría un 2% de sus compromisos financieros.