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Una caja de seguridad blinda a los bañistas de los hurtos playeros

Madrid, 7 jul (EFE).- Las llaves, el móvil, el reproductor de música... cada vez llevamos más objetos de valor a la playa que ahora pueden estar a salvo de hurtos sin necesidad de vigilarlos gracias a una caja con candado, un "sencillo" invento de un empresario madrileño que ha empezado a comercializarse este verano y que considera que hará que nuestras vacaciones sean más "relajadas".

Cuando se quedó sin trabajo, hace ocho años, Pedro Torán decidió montar una empresa de venta de cerraduras industriales junto a su mujer, un proyecto al que se unió más adelante un excompañero que también perdió su empleo.

Al dedicarse al sector de la seguridad, reconoce que suele estar pendiente de las noticias relacionadas con este tema, así que cuando escuchó hace tiempo una información en la televisión sobre los hurtos que se producían en las playas durante los meses de verano pensó que tenía que buscar la manera de "encontrar la solución" a este problema.

"Se nos ocurrió lo más sencillo del mundo", asegura en una entrevista a Efe.

Su invento es una caja de seguridad para la playa llamada 'blocke beach', de plástico y de tamaño reducido, en la que se pueden guardar los objetos personales de valor sin necesidad de vigilarlos, ya que se cierra con un candado.

"El problema con el móvil no es sólo que te lo roben sino que se te estropea con el agua, la arena, el calor... hay que protegerlo", ha dicho.

Registraron la caja en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) hace unos meses pero han empezado a comercializarla este verano a través de la página web en la que se anuncia el invento y en diversas tiendas de localidades de la costa española donde se han desplazado representantes para dar a conocer el producto.

Para que el sistema funcione es imprescindible ir equipado a la playa con una sombrilla, ya que el pincho que se usa para anclarla en la arena es el mismo que sirve para fijar la caja y evitar un posible hurto.

Este detalle es el que diferencia la 'blocke beach' de otros inventos parecidos que analizaron Pedro y su socio que contenían un pincho para fijar la caja al suelo dentro del contenedor, lo que obligaba a sacar los objetos cada vez que el usuario quería desplazarse a otro lugar.

Aún así, Pedro reconoce que su invento no es infalible ya que "todo se puede robar", pero cree que el hecho de que la caja vaya unida a la sombrilla disminuye las posibilidades porque habría que desenroscar el pincho y en ese caso, prosigue, "el vecino algo dirá".

Para Ana Serrano, una joven madrileña que suele veranear en playas de España, este invento es una "muy buena idea" sobre todo para aquellas personas que pasan todo el día en la playa y quieren comer en un chiringuito, jugar a las palas en la orilla o bañarse sin tener que estar "mirando todo el rato" sus pertenencias.

"A mí no me roban porque Dios no quiere", bromea, ya que reconoce que en su caso suele dejar abandonado el móvil en la toalla mientras se da un baño en el mar.

Tras idear la caja de seguridad para la playa, Pedro ha registrado otros dos inventos: un cierre de seguridad para furgonetas y un sistema para máquinas de tabaco que activa una luz de emergencia cuando detecta que una persona sin autorización ha abierto el contenedor.

Se queja de que el proceso que hay que seguir para proteger la propiedad industrial es "largo" y hay poca información al respecto, por lo que tuvieron que acudir a una agencia de patentes y marcas, algo que aconsejan desde la propia OEPM para que los inventores reciban asesoramiento en la redacción de su solicitud.

"A saber cuántas ideas se quedan en el cajón", se lamenta Pedro, aunque sabe que al menos ése no será el caso de su caja, que ya está disponible para convertirse en otro complemento playero este verano.

Sol Carreras

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