Bolsa, mercados y cotizaciones

El Ibex cierra el semestre con pérdidas del 5% tras marcar mínimos anuales

Adictos a la liquidez, así son los mercados. Su dependencia a los bancos centrales ha vuelto a quedar en evidencia una semana más, en la que sólo las esperanzas insufladas por el europeo, que volvió a recordar que está preparado para actuar si hace falta, aplacaron los ánimos de unos inversores que comenzaron la semana igual que terminaron la anterior: deshaciendo posiciones por el temor a que la Reserva Federal (Fed) empiece a retirar sus estímulos más pronto que tarde.

De hecho, el viernes Jeremy Stein, uno de los gobernadores del banco central, señaló septiembre como una fecha hipotética para aminorar el ritmo de las compras de bonos. El efecto fue inmediato. Mientras que las bolsas fueron el blanco de los bajistas, el rendimiento del bono español a 10 años, superó el 5% por primera vez desde marzo, aunque despide la semana en el 4,767%. Asimismo y pese a la caída registrada el viernes, el Ibex 35 se anota un saldo positivo en los últimos cinco días del 0,81%, hasta los 7.762,7 puntos.

No obstante, aunque el selectivo español ha logrado un balance semanal teñido de verde se despide la primera mitad del ejercicio con una caída del 5%, convirtiéndose así es la segunda bolsa más bajista de Europa. Eso sí, de momento comenzará el segundo semestre del año tomando un poco de aire, ya que es la primera vez en tres semanas que los alcistas ganan la batalla. Aunque no lo han tenido fácil. A la incertidumbre desatada por Bernanke el pasado 19 de junio, los bajistas encontraron más argumentos para continuar con las ventas el lunes en la crisis de liquidez que podría vivir China.

Pero es que además, ese misma jornada, Goldman Sachs se encargó de aumentar todavía más la presión al rebajar las perspectivas de crecimiento para el país asiático, desde el 7,7%, hasta el 7,4%. ¿El resultado? El principal índice de la bolsa española tocó su nivel más bajo del año y el interés del bono español a una década superó el 5%. Sólo el mensaje tranquilizador del Banco Central de China un día después, asegurando que las restricciones de liquidez se aliviarán de forma gradual, devolvió la calma al mercado. Éso y las declaraciones de Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) en Berlín, donde salió en defensa de su programa de compra de bonos (OMT, por sus siglas en inglés) y alejó el momento de retirarlo. Suficiente para que las correcciones sufridas hasta el martes dejaran paso a las compras, que gestaron un rebote que cobró aún más fuerza el miércoles.

Más que nada, porque ese día se conoció la revisión a la baja del Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU del primer trimestre que, lejos de caer como un jarro de agua fría en el mercado, se interpretó como un síntoma de empeoramiento de la salud de la primera economía del mundo, lo que podría alejar la retirada de los estímulos.

Una dosis de optimismo que se reflejó en el balance semanal de las bolsas europeas. Ni siquiera el hecho de que el Banco de España recomendara el jueves a la banca que sus dividendos en efectivo no excedan este año el 25% del beneficio truncó las subidas del Ibex 35 en el balance semanal (aunque el viernes sí que pasó factura al indicador). No obstante, el alza más pronunciada en el Viejo Continente fue la de Francia, que se anotó un saldo semanal del 2,21%. Le siguió Alemania, con un avance del 2,18%. Por detrás, Italia con un retroceso del 0,10%. Unas cifras que en lo referente a su recorrido desde enero se traducen en un repunte del 2,7%, en el caso de Cac 40 y del 4,7% en el del Dax. Por su parte, el Ftse Mib se cuelga el cartel del selectivo más bajista de Europa al caer un 6,4%.

Algo distinto es el caso de Wall Street, donde los principales selectivos se despiden de los primeros seis meses con los deberes hechos. Mientras que el S&P 500 escala en torno al 13%, el Dow Jones hace lo propio con un repunte de casi el 14%. De hecho, en mayo ambos selectivos lograron alcanzar máximos históricos.

Las compras vuelven a la deuda

Esa misma transformación de las ventas en compras que se vivió en la renta variable con el paso de los días se repitió en el mercado de renta fija. Después de que el interés del bono español a una década no rebasara el umbral del 5% desde marzo, los focos de incertidumbre a principios de semana lo auparon hasta el 5,11% (su nivel más alto desde febrero) con la prima de riesgo ubicada en los 330 puntos básicos. Y podría haber sido peor de no ser porque la rentabilidad de la deuda alemana a una década tampoco se escapó de la presión bajista y ese día alcanzó un nivel no visto desde finales de abril del año pasado.

Pero lejos de ser la deuda periférica la única afectada, la estadounidense, considerada como una de las más seguras junto a la alemana, empezó la semana con un repunte que la llevó hasta el 2,55%, cuando hace solo un mes, estos títulos cotizaban con un rendimiento inferior al 2%.

Aunque todo acabó mejor que empezó. A pesar de que el diferencial español llegó a cotizar por debajo de los 300 puntos básicos el viernes, no consiguió cerrar por debajo de esa cota. Aún así, pasó de los 319 puntos básicos hasta los 304 puntos en la última semana. Esa menor desconfianza hacia la deuda española se reflejó también en la rentabilidad que exigen los inversores a los bonos a una década, que bajó desde el 4,91% hasta el 4,767% en los últimos cinco días.

Pero la tregua no llegó al oro. El activo refugio por excelencia acumula un descalabro del 5,5% una semana más (la anterior perdió otro 6,9%), en la que la desconfianza que suscita China, ahora que cada vez suenan más voces que alertan sobre su ralentización, penaliza al metal precioso porque el país asiático es uno de los compradores mundiales de oro junto a India. El castigo es tal, que esta semana llegó a perder la cota de los 1.200 dólares por onza por primera vez desde agosto de 2010.

Mejor suerte tuvo el petróleo, ya que el Brent, el barril de referencia en Europa, se revalorizó un 1,9%. Aunque para avance significativo, el del West Texas, que registró una subida del 3,6%, hasta superar los 97 dólares. En divisas desde que la Fed avanzó hace una semana que comenzará a retirar los estímulos económicos, el dólar está imparable. La consecuencia más inmediata es la depreciación del euro, que encadenó su segunda semana bajista contra el dólar con una caída del 0,9%.

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