Bolsa, mercados y cotizaciones

La presión de Europa será buena para nuestro mercado

Recomiendo encarecidamente la lectura del documento emitido por la Comisión Europea en el que formula una serie de recomendaciones realizadas al Reino de España en el marco de la estrategia 2020 para el crecimiento económico.

Estas recomendaciones no son en absoluto optativas, sino de obligado cumplimiento, y tienen una vinculación directa con el procedimiento por déficit excesivo en el que también está comprometido nuestro país. El documento constituye un programa acelerado de reformas, con objetivos y fechas. Como muestra: introducir un factor de sostenibilidad en el sistema de pensiones antes del final de 2013, llevar a cabo una revisión sistemática de nuestro sistema fiscal antes de marzo de 2014, revisar la reforma laboral antes de julio de 2013, incluyendo modificaciones si fuera necesario antes de septiembre de 2013, corregir el déficit de tarifa eléctrica antes de finalizar 2013, publicar antes de acabar 2013 una Ley sobre colegios profesionales eliminando requisitos y liberalizando servicios...

La agenda de los próximos seis meses va a estar tan llena que no vamos a ser capaces ni de digerir las noticias. Lo más importante es que, por mucho que el Gobierno quiera dar la sensación de que dirige la nave, lo cierto es que la ruta está totalmente marcada. Por suerte, la legislatura no ha llegado a su ecuador y la inestabilidad política no será un problema. Algo me dice, además, que la contestación social no será un obstáculo, tras una crisis tan larga y tan dura.

Desde el punto de vista del orgullo nacional, la batalla está, por tanto, perdida. No sigamos fingiendo, esto se parece mucho a estar intervenidos. Pero si lo que nos importa es la recuperación económica y el saneamiento de nuestra economía, entonces todo esto no son más que buenas noticias. Porque, por mucho que se acuse a Europa de recetar sólo austeridad, también se nos exige la puesta en marcha de medidas para luchar contra el desempleo juvenil, la reforma de la formación profesional, la toma de medidas contra la exclusión social a causa de la pobreza, la eliminación de trabas a la creación de empresas y el desarrollo de un mercado de vivienda de alquiler, por poner otros ejemplos. Y esto es tan obligatorio como lo anterior. También me parece evidente que, sin la presión exterior, pocas de estas medidas saldrían adelante.

Punto de inflexión

Mi tesis es que 2013 va a marcar un punto de inflexión. Se completará uno de los más profundos programas de reforma económica que se han conocido en Europa. Si todo esto se cumple, habremos recuperado una enorme distancia en competitividad. Y si este proceso coincide con un inicio de recuperación de la economía europea, los efectos pueden ser sorprendentemente beneficiosos. Y desde un punto de vista más egoísta, más interesado, todo ello significa que nuestros mercados, tanto de deuda pública como el de renta variable, ofrecen en este momento una buena oportunidad a medio plazo. Cuando el crecimiento vuelva a ser positivo, la prima de riesgo bajará.

El consumo y la inversión podrían sorprendernos al alza en la segunda mitad de 2013, aunque sólo sea por el bajísimo punto de partida. Cuando todo esto ocurra, la bolsa probablemente llevará algún tiempo anticipándolo. Quizá en este tercer trimestre llegue el momento de apostar por el lado más doméstico de nuestros mercados, por aquellas compañías que pueden aprovechar este punto de inflexión. Como siempre, con la ayuda del BCE, no lo olvidemos.

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