Barcelona, 28 jul (EFECOM).- Los hermanos Francisco y José María Rubiralta Vilanova, que controlaban un consorcio industrial que facturaba en conjunto 3.422 millones de euros, han alcanzado un acuerdo amistoso para separar sus grupos empresariales después de meses de disputa y de cuarenta años de historia.
La junta de accionistas de Barna Steel Werfen, 'holding' que agrupa los principales negocios de Francisco y José María Rubiralta, una de las mayores fortunas familiares de Cataluña, ha aprobado hoy la disolución de esta sociedad, después de que ambos hermanos hayan logrado ponerse de acuerdo en los últimos días sobre el proceso de separación de los bienes industriales que compartían.
Fuentes próximas a ambos hermanos han dicho a Efe que Francisco Rubiralta, presidente de Celsa, grupo dedicado a la siderurgia que engloba múltiples sociedades, como Nervacero y Global Steel Wire, ha pagado una cantidad no especificada de dinero a su hermano por la separación del conglomerado, dado que el grupo controlado por José María Rubiralta, la compañía de material hospitalario Werfen, tiene un volumen mucho menor de ingresos.
En un comunicado conjunto, Werfen y Celsa han informado de que José María y Francisco "han alcanzado un acuerdo para la separación de sus grupos industriales", un pacto a partir del cual "cada uno de ellos ostentará, respectivamente, la titularidad total y exclusiva de dichos grupos".
La junta de accionistas, que tenía previsto celebrarse el pasado 12 de julio, se aplazó hasta hoy precisamente para disponer de más tiempo para poder llegar a un acuerdo amistoso, como finalmente ha ocurrido.
El acuerdo, según fuentes próximas a ambos grupos, no perjudica la evolución de ambas compañías, aunque otras fuentes conocedoras de las actividades de Celsa y Werfen han subrayado que el conglomerado industrial basaba una parte de su fortaleza en la diversificación, con un sector cíclico como el acero y las trefilerías, y otro estable como el del material hospitalario.
Otras fuentes, en este caso sindicales, han comentado que la mezcla no implica siempre una posición de ventaja, por lo que la ruptura entre los negocios del acero y el material sanitario no tiene por qué ser un problema.
La disputa entre ambos hermanos, que salió a la luz a principios del pasado mes de mayo, se originó a raíz de la compra por parte de Francesc Rubiralta Rubió, hijo de Francisco Rubiralta, de la empresa finlandesa Fundia al grupo finés Rautaruukki dos meses después de que dicha adquisición fuese estudiada y rechazada por Celsa con el voto en contra de José María Rubiralta, quien hasta ahora controlaba la mitad del capital.
En un primer estadio del conflicto, José María Rubiralta comunicó a su hermano una valoración de los dos negocios y de la cantidad que debía abonarle Francisco para quedarse con el control del grupo Celsa, que factura más y que tiene una mayor perspectiva de negocio, ya que los precios del acero no han dejado de subir en los últimos años y no se espera que cambie la tendencia en un futuro próximo.
Esta valoración fue rechazada por el presidente de Celsa, Francisco Rubiralta, por lo que a partir de entonces se inició una pugna, con bancos de negocios encargados de valorar los activos de por medio.
En este conflicto también han influido las dificultades de los Rubiralta para encauzar la sucesión en la dirección del grupo, pues cada hermano tiene cuatro hijos, lo que ha acentuado la tensión en las relaciones familiares.
En conjunto, ambos grupos cuentan con plantas en España -Castellbisbal (Barcelona), Vizcaya, Cantabria, Asturias-, Polonia, Reino Unido, Italia y Alemania, entre otros países.
El grupo Celsa obtuvo en 2005 unos ingresos de 2.800 millones de euros y un beneficio neto de 145,8 millones de euros, mientras que el grupo Werfen facturó en el mismo ejercicio 622,8 millones de euros y registró ganancias por valor de 31,98 millones de euros. EFECOM
mf/pll/jj