Los bancos centrales deberán retirar las medidas expansivas de manera muy gradual
El momento actual se caracteriza por la confusión, algo que dificulta tomar decisiones de inversión apropiadas. El mercado está pendiente de tres cuestiones.
Primero: la fecha en la que comenzará la retirada de los estímulos de la Fed, y el importe. Mensajes que se decidirán en la reunión del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto por sus siglas en inglés). No se esperan cambios en el tipo de referencia (0,25%), pero habrá que estar atentos al mensaje posterior, que podría aclarar cuándo se reducirán las compras de deuda.
Segundo: las medidas que vaya tomando Japón en su política monetaria y los flujos que puedan llegar para la compra de deuda periférica. Estos flujos han desaparecido por el aumento de rentabilidades de la deuda, y porque el Banco de Japón no ha tomado más medidas expansivas.
Tercero: si el Banco Central Europeo (BCE) va a asumir estrategias más agresivas en materia de política económica.
No esperamos cambios hasta el último trimestre del año. Hay que tener en cuenta las elecciones de Alemania en septiembre, y los comentarios del presidente de Bundesbank sobre la compra de deuda por parte del BCE.
Este jueves se reúne el Eurogrupo para tratar medidas que faciliten el proceso hacia una unión bancaria. Por otra parte, el Tesoro acudirá de nuevo al mercado con subastas de deuda pública. Es de esperar menor demanda de los inversores. Dada la subida de las rentabilidades de la deuda, los niveles tendrán que acercarse a los niveles del secundario, y por ello, posiblemente subirán las rentabilidades.
Pese a que la atención está puesta en lo que haga la Fed, los bancos centrales tendrán que retirar las medidas expansivas de manera muy gradual, con el fin de no realizar ventas masivas en todos los mercados, porque la elevada liquidez que han ido inyectando sostiene a los mercados. Sólo las expectativas de relajación en las compras, han sido suficientes para que haya fuertes ventas. Tanto en deuda que actúa como activo refugio, como deuda periférica.
Los 10 años americanos han subido por encima del 2,20% (a principios de año 1,62%). Alemania ha pasado del 1,15% al 1,62%. Estas ventas han afectado también al bono español, que ha pasado del 4% al 4,56%. Pero el más castigado ha sido Portugal, que ha pasado desde mínimos del 5,23% al 6,30% actual. Esto supone un incremento de la prima, que pasa de 100 puntos básicos a los actuales 190 puntos básicos.
Lo lógico es que este diferencial vaya reduciéndose, aunque algunos analistas estiman el nivel de TIR del bono de EEUU en 2,50/3%, lo que podría llevar al bono español a niveles del 4,90%. El inicio de la retirada estaría basado en un crecimiento económico sostenido que ahora mismo todavía no se ha consolidado lo suficiente. Por tanto, es un momento complicado para valorar en qué plazo invertir. Por el momento, y ante la incertidumbre existente, habría que analizar lo que diga la Fed.